En el marco del Día Mundial del Donante de Sangre y como solución a la disminución de la movilidad en el contexto de la pandemia de covid-19, en la semana del 14 de junio vehículos equipados del Hemocentro Regional de Maldonado de la Administración Nacional de Servicios de Salud del Estado (ASSE) recorrieron distintos puntos del país para conseguir donantes. En plena recorrida por la ciudad de Melo, Jorge Curbelo, director técnico del Hemocentro de Maldonado, dialogó con Sala de Redacción. Por un lado, se enorgulleció de los esfuerzos y logros alcanzados por el banco de sangre y, en particular, por la nueva unidad móvil de aféresis con la que cuenta el centro. Por otro lado, salió al cruce por algunas dudas generadas y recalcó la importancia del plasma convaleciente como tratamiento efectivo contra la covid-19.

-El Hemocentro cuenta con la primera unidad móvil de aféresis en América Latina, que permite la donación de plasma. ¿Qué valor tiene contar con una unidad de estas características?

La posibilidad que le estamos dando al interior con esta tecnología es única. Si no hubiéramos tenido esta unidad móvil sería imposible atender a los donantes. Esta es la única forma que tienen: a través de maquinas. Hoy este tipo de tecnologías están en diez cuadras a la redonda de [la terminal de] Tres Cruces, en la capital del país. Está todo centralizado en Montevideo. En el interior estamos tratando de meter presencia. Esto es una demostración clara: el Hemocentro, el hemobús y la unidad móvil de aféresis no hubieran sido posibles sin el empuje y las ganas de un grupo de ciudadanos, en este caso de Maldonado, que son los que conformaron la Fundación Hemovida, que nos da la posibilidad de tener los recursos económicos para este tipo de tecnología. En el caso de la unidad móvil de aféresis, cuando se hizo la “Cena de las Emociones” en febrero de 2020, obviamente que ni soñábamos con la covid-19, pero inicialmente fue pensada para tener donantes de plaquetas y de plasma, y así tratar de llevar la tecnología al interior. A raíz de la pandemia y de que existe un tratamiento posible a través del plasma de donantes que tuvieron covid-19 esta tecnología toma más fuerza. Ahí se crea el conocimiento a nivel nacional de esta unidad móvil, que es la única de Uruguay y de Latinoamérica. Hasta donde yo conozco, he buscado por internet, y no sé si no es la única a nivel mundial con estas características.

¿Cómo el Hemocentro controla el estado de salud de su personal?

Con los mismos controles que tiene cualquier personal de la salud, como cualquier sanatorio u hospital. Hay que ser consciente de los contactos que tiene cada uno, de los cuidados que tenemos que adoptar: tapabocas, distanciamiento, alcohol en gel, lavado de manos. Por otro lado, acceder al sistema de vacunación. Obviamente, a nadie se lo obliga, en general diría que en el Hemocentro está vacunado casi 100% de las personas que trabajan allí, hasta donde yo sé, porque no lo he preguntado. Las transfusiones de plasma las realiza Hemoterapia, porque es parte de su trabajo, sea en domicilio o si los pacientes vienen, los cuidados son los mismos que cualquier tratamiento de un paciente con covid-19.

¿Se realizan rutinas médicas a los donantes para comprobar que no tengan alguna enfermedad en la sangre, por ejemplo VIH?

En Uruguay al donante se le deben realizar cinco estudios: el VDRL, que es para determinar si el paciente tiene sífilis, el control de llagas, Hepatitis B y Hepatitis C, que se hace a través de antihigiénicos y anticuerpos, los dos marcadores. En ASSE, a todos los donantes se les hacen los dos marcadores virales y la detección de HIV y HTLV [virus agente de la leucemia]. Esas son las seis enfermedades que por ley hay que detectar en el donante. Si da todo negativo son aptos y si alguno da positivo se hace lo que se llama la “conserjería”: se contacta al donante, se le informa para derivarlo a un infectólogo y que siga el tratamiento correspondiente.

¿Para qué procedimientos se requiere el uso de sangre? ¿En qué casos se realizan?

Primero, hay que saber algo que no todo el mundo sabe y ahí está la importancia de tener un Hemocentro como el que tenemos en el Uruguay. Es el único que tenemos a nivel regional para poder optimizar y racionalizar el recurso de la sangre. Si se tiene la tecnología adecuada se puede obtener el máximo de hemocomponentes (glóbulos rojos, plasma, plaquetas y crioprecipitado) de un donante. Esto significa que de un mismo donante podemos atender a cuatro pacientes diferentes con cuatro patologías diferentes. Lo más conocido es la sangre, que se usa en accidentes, hemorragias digestivas, intervenciones importantes que puedan tener sangrado, como cirugías cardíacas, trasplantes hepáticos, de prótesis de cadera o rodilla y todas las intervenciones que requieren de glóbulos rojos para hacer los tratamientos. Ni que hablar de aquel paciente hematoncológico, que tiene tratamiento o está en radioterapia o quimioterapia. En estos casos se necesita del soporte de la medicina transfusional, porque estos procedimientos afectan la médula y presentan una disminución en la producción de glóbulos rojos y de plaquetas.

¿La donación de plasma convaleciente afecta a la donación de sangre o se pueden donar ambas al mismo tiempo?

Podría potencialmente donar las dos cosas a la vez, obviamente en menor cantidad, la máquina te lo permite, se puede obtener los tres productos ya separados: la plaqueta, el plasma y los glóbulos rojos. Gracias a la buena respuesta que tenemos de los donantes, optamos por sacar plasma solamente cuando es plasma, glóbulos rojos cuando son glóbulos rojos y plaqueta cuando es plaqueta. Pero potencialmente se podrían sacar las tres cosas en una misma donación cuando es por aféresis. Cuando es a través de la máquina, el dispositivo separa los tres hemocomponentes que se precisan.

¿Qué sucede si el donante tiene covid-19 y es asintomático al momento de realizar el acto de donación?

En general, nos pueden avisar y la verdad que es simplemente un dato más que tenemos. Porque hasta donde sé, por lo menos personalmente, no hay nada que confirme que la covid-19 se pueda transmitir por la sangre. A nivel mundial, hasta donde sabemos, eso no sucede. Hacemos mucho hincapié en que el donante tiene que ser una persona sana. Para comprobarlo se le hace una entrevista previa y se consulta si tuvo contacto con personas que estuvieran cursando la enfermedad. Se le toma la temperatura, se pregunta si tuvo fiebre, si tuvo tos en los últimos días. Hay una serie de filtros para tratar de minimizar y evitar esas situaciones.

-En abril, el Sindicato Médico del Uruguay alertó que el stock de sangre estaba en estado crítico. ¿Cuánto afectó la pandemia al número de donantes voluntarios?

Eso depende de a quién se lo preguntes. En el caso del Hemocentro, gracias a la estrategia desarrollada, al trabajo realizado y a que tenemos el hemobús, el número de voluntarios aumentó. Si comparamos con los números de antes de la pandemia, la cantidad de donantes aumentó entre 20 y 25%. Ahora, en Montevideo, los bancos de sangre están dentro de un centro asistencial, sea sanatorio o hospital, depende el lugar. Se registra una baja de 50, 60 y hasta 70% en la cantidad de donantes. No es la misma realidad la de los bancos de sangre en la capital que la del Hemocentro. Por eso también he salido al cruce de algunas declaraciones de parte de algunos grupos que han querido imponer o impartir ese miedo y decir que no tenían para tratamientos. Siempre digo lo mismo, el que haya suspendido una operación o un tratamiento porque no tiene sangre o no tiene tal o cual grupo, o no tenga plaqueta, es porque no llamó al Hemocentro de Maldonado, que hoy es la reserva de sangre que tiene el país. En 2020 cerramos con 27.000 donaciones en el año, un poco más de la cuarta parte de la cantidad de sangre que se recolecta anualmente en el país. Uruguay tiene un promedio aproximado de 100 mil donaciones al año y nosotros estamos en 25 o 27 mil. Además, hay que resaltar que es un centro público, muchos creen que somos privados y no, dependemos de ASSE. Tenemos todo como para ayudar y apoyar a quién lo necesite.

-¿Han tenido que asistir a centros asistenciales de Montevideo, donde hay stocks de sangre más limitados?

Todos los días estamos mandando sangre, entre 12 y 14 cajas de distintas cantidades por grupo: de sangre, de plaqueta, de plasma. Nos llaman y enviamos a los distintos servicios públicos y privados.  

-¿Qué campañas ha realizado en este tiempo para atraer donantes? ¿Hubo temor de que bajara la cantidad de donantes al inicio de la pandemia?

Ni hablar, el programa de extracción de sangre en las escuelas se nos cortó totalmente. Tenemos convenios solidarios, entre otros con el Hotel Conrad, y ahora está cerrado. Ahí se nos cortaba totalmente el acceso a donantes. A pesar de eso, instrumentamos un sistema de agenda web. Tenemos un sistema a través del área de comunicaciones y de promoción por el que contamos con un banco de datos muy grande, a un promedio de 25 mil donantes al año. Como llevamos 12 años trabajando, se trata de llamar a esa gente para invitarla a donar, dependiendo del grupo. Se han acercado muchísimos grupos: boy scouts, grupos de Rugby, clubes deportivos, ahora Securitas, por decir una empresa; todas instituciones que nos han llamado porque querían contar con el hemobús en su club, su empresa o en su lugar. Eso permitió que el hemobús esté saliendo hacia distintos puntos del país de lunes a viernes.

¿Se subestima la capacidad del plasma convaleciente contra la covid-19?

No sé si está infravalorado o es falta de información o conocimiento. Hay que darlo en los primeros tres días y no es cuando el cuadro de covid-19 está más florido. Muchas veces se subestima la sintomatología que puedan tener los pacientes. Capaz que nunca se piensa que va a agravarse un paciente de 65 o 70 años que apenas tiene alguna febrícula o un dolor muscular. Después de que pasan las 72 horas ya no se puede aplicar, pero, aún así, la aplicación ha venido aumentando.

Cuando el proceso de vacunación aún está lejos de finalizar, ¿el plasma es clave para ayudar a evitar la saturación de camas en los CTI?

Sí, yo estoy convencido. Una de las cosas que hace el plasma aplicado de acuerdo al protocolo es ayudar a descongestionar los centros de salud. En la medida en que tengamos los resultados que buscamos, disminuir el agravante en las personas, esa persona va a estar en su domicilio, va a cursar la enfermedad como una gripe más, sin necesidad de ingresar o a un CTI, a una intubación o a un centro asistencial.

-¿El rol del hemobús se vio más potenciado que nunca con la disminución de la movilidad?

Totalmente, le ha dado seguridad a la gente. Hoy las personas tienen miedo a concurrir a un centro asistencial, porque el donante es una persona sana que quiere evitar el riesgo donde hay más carga de circulación viral. ¿Dónde la encuentra? En los sanatorios, hospitales, y los bancos de sangre. El Hemocentro también desarrolló la donación de sangre en domicilio. Una de las estrategias para no tener un número bajo de donantes fue: “Si usted está de acuerdo, nosotros vamos hasta a su casa, nos estacionamos, sale de la puerta a la unidad y de la puerta a su casa”.  

FacebookTwitter