El primer Sofar Sounds (songs from a room) se hizo en Londres en 2011, y se extendió a más de treinta países. Raffe Offer, uno de los fundadores ingleses de Sofar, declaró en un informe de Reuters sobre las intenciones de este movimiento: “Se trata de llevar la música y su forma de escucharla de vuelta a sus orígenes y al mismo tiempo ayudar a difundir artistas con mucho talento”. El movimiento llegó a Uruguay hace un año y está cargo de Carolina Olivera, Elisa Uriarte y Lucía Tomás.
En diálogo con Sala de Redacción, Elisa Uriarte contó que la idea surgió porque deseaban emprender un proyecto que vincule la música y lo audiovisual “Había encontrado videos de Sofar en Facebook y me encantaban. Lo hablamos y nos pusimos en contacto con los organizadores de Londres. Nos contestaron enseguida y empezamos a reunirnos por Skype”.
El primer evento se celebró en julio de 2013 y desde ese momento se hace una vez por mes. Para participar hay que inscribirse a través de su página oficial y quedan seleccionadas alrededor de cincuenta personas. La dirección del evento se comunica un día antes por mail y una de las reglas es mantenerla en secreto. También es requisito la puntualidad : llegar entre veinte y treinta minutos antes de que empiece la música. El público entra a un living desconocido y se entera en ese momento de los músicos que estarán.
La entrada es gratuita, y es organizado sin fines de lucro. Sin embargo, hay algunos gastos para cubrir, entonces cuando termina de tocar el último músico, se pasa una gorra para colaborar. Sofar cuenta con un equipo de trabajo voluntario en cámara y sonido. Las tres organizadoras también se encargan de editar un video de la canción seleccionada por cada artista, que luego es difundido por las distintas redes sociales y el canal de Sofar Montevideo en youtube.
Por muchios años más. SdR asistió al aniversario, que por ser una fecha especial, tuvo cuatro bandas invitadas: Jesusa Delbardo, La Bottica, La negra candela y Boomerang. Jesusa Delbardo compone sus temas, los canta y acompaña con guitarra. Tiene un vestido que lleva a sus toques y en cada oportunidad lo va pintando. Está casi todo lleno, sólo queda espacio libre para pintar en la espalda.
La negra candela es una banda formada por músicos de distintos países: Argentina, España y Uruguay. Con zapateos, contrabajo y guitarras, tocaron candombe, tango y rumba flamenca. Aprovecharon la ocasión para demostrar su apoyo a Palestina y ubicaron la bandera detrás de sus instrumentos.
“Está lindo pa’ cantar en la orilla de la chimenea. ¡Buenísimo lo que hacen, a todo pulmón”, gritó uno de los integrantes de La Bottica antes de empezar a tocar. Con tres voces y una guitarra, eligieron su nombre por la frase: “de todo como en botica”. De todo, como la cantidad de géneros que abarcan.
Boomerang, con diez años de trayectoria, se presentó con tres de sus integrantes, que tocaron temas nuevos en un formato acústico, distinto al que están acostumbrados.
Jesusa comentó que lo que más le gusta de Sofar es “que te escuche tanta gente en el silencio, en un ambiente así”. Los integrantes de La Bottica, destacaron que su parte favorita es “el sistema, que la gente no sepa lo que va a venir a ver y la banda tampoco sepa el público que va a tener. Es como un encuentro que se da, y ayuda a conocer artistas. Es una forma muy linda de promover la música”.
Elisa Romego