Inmigrante africano rescatado por los guardacostas de Punta Salinas en la isla española de Canarias de Tenerife, luego de haber estado a la deriva. (Archivo, 2006). Foto: AFP / DESIREE MARTIN.

Los líderes de la Unión Europea se reunieron para poner sobre la mesa el problema del tráfico de personas. En una cumbre, el jueves 23 de abril se discutieron las medidas a implementar para frenar el gran número de inmigrantes ilegales que intentan cruzar el mar Mediterráneo desde África hacia Europa. La cumbre se lleva a cabo como consecuencia directa de la muerte de 800 personas que viajaban en calidad de inmigrantes ilegales en la bodega de un buque pesquero que intentaba atravesar el mar.
El domingo 19 de abril un barco pesquero que partió de Libia con aproximadamente 900 inmigrantes ilegales que viajaban en la bodega naufragó a 130 kilómetros de su partida, en el Canal de Sicilia. La portavoz de la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR) dijo a la agencia Efe que después de haber interrogado a la mayoría de los 28 sobrevivientes, “es posible decir que al menos 800 han muerto”.
En la zona en la cual se hundió el barco, a unos 200 kilómetros de la isla italiana de Lampedusa, fueron rescatados en los últimos días unos 10.000 inmigrantes cuyas embarcaciones también sufrieron algún problema, como informaron Guardacostas Italianos a la agencia Efe.

Según los fiscales que investigan el caso, el barco se hundió por ir sobrecargado: “En total éramos unos 950, entre los cuales había 200 mujeres y 50 niños, muchos encerrados en la bodega de la embarcación”, aseguró uno de los inmigrantes sobrevivientes.
El comandante de una embarcación portuguesa que se acercó al pesquero tras recibir una llamada de auxilio del Centro de Coordinación de Salvamento de Italia relató que “las personas que estaban abarrotadas a bordo”, “nos vieron y comenzaron a agitarse. El buque se dio vuelta y se hundió. No nos dio tiempo a acercarnos más y bajar las lanchas de salvataje”, narró. Los fiscales aseguran que el barco estaba tan pasado de carga que no pudo realizar una maniobra adecuada, y que al ver que alguien acudía en su ayuda, los pasajeros se arrinconaron todos contra un solo lugar del barco, provocando el hundimiento del mismo. El capitán de la embarcación fue detenido bajo sospecha de “homicidio múltiple, al provocar la colisión de su bote sobrecargado contra un mercante que acudía en su ayuda”, según la agencia Reuters.
El naufragio del buque fue considerado por el presidente francés François Hollande como la “peor catástrofe” en el Mediterráneo en años recientes. Este reavivó un tema hacia el que, si bien era habitual, las autoridades europeas se mantenían indiferentes desde 2014: el aumento de los inmigrantes ilegales que fracasan en el intento de cruzar el Mediterráneo desde África hacia Europa.
ANTECEDENTES IGNORADOS. Según datos de la Frontex (la agencia que se encarga de las fronteras de la Unión Europea), en 2013 el número de inmigrantes indocumentados en la ruta del centro del Mediterráneo creció en un 288 por ciento respecto a 2012. Esta ruta marítima es la más comúnmente transitada por las embarcaciones, pero no es la única. En 2014 fueron 219.000 los migrantes que realizaron la travesía, de los cuales 3.500 murieron en el intento, según informa ACNUR.
Los datos del 2015 llaman la atención: según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en lo que va del año 1.727 personas han perdido la vida intentando “escapar” a Europa, número que es treinta veces mayor que el mismo período pero del año anterior.
El lunes siguiente dos embarcaciones, una con 200 y otra con 300 inmigrantes, tuvieron que ser auxiliadas por la marina italiana, a la vez que una embarcación con 200 migrantes naufragó frente a las costas de Grecia.
LOS NÚMEROS QUE ASUSTAN. Las altas cifras de migrantes de 2015 se deben a que “desde el 1° de noviembre de 2014 la operación Mare Nostrum, a cargo de Italia desde 2013, fue reemplazada por la operación Tritón, bajo control de la agencia europea Frontex”, según publica el diario argentino La Nación. Este cambio de operación implicó que los países europeos restringieran la financiación para las operaciones de vigilancia y salvamento en el Mediterráneo, con el argumento de que el hecho de rescatar a los inmigrantes víctimas de un naufragio anima a más personas a intentarlo.
Esta operación cuenta con menos recursos y menos medios. A su vez, no tiene la función prioritaria de salvataje, sino solo de vigilancia y la distancia que sus barcos pueden alejarse queda acotada a 30 millas de las costas europeas. Según se había pronunciado previo a la reunión de la UE Flavio Di Giacomo, responsable de OIM, “hay que regresar a un sistema de salvataje similar al de Mare Nostrum”, según informó La Nación.
Solamente Italia, Alemania, Francia, Suecia y  el Reino Unido -cinco de los 28 países que integran la Unión Europea-, se hacen cargo del asunto. Especialmente Italia que, según palabras de su ministro de Relaciones Exteriores, Sandro Gozi, está desbordada y “Sicilia ya no tiene sitio en sus cementerios para enterrar los muertos”. Italia reclama a los demás países de la UE que se involucren con el problema y compara la situación del tráfico de personas con la esclavitud de siglos pasados: “Cuando decimos que estamos en presencia de esclavitud, no usamos la palabra solo para causar efecto”, afirmó el primer ministro italiano, Matteo Renzi.
Existe otra situación que podría ser causa directa de la necesidad que tienen los habitantes de ciertos países asiáticos de escapar: las guerras civiles a las que se ven sometidos. Este es el caso especialmente de Siria, cuyo número de personas que huyen, tanto hacia Europa como a países vecinos, se ha visto inmensamente incrementado a causa de los conflictos bélicos. A su vez, países como Iraq, Turquía y también Siria están sufriendo un sometimiento constante a ataques del grupo terrorista Estado Islámico (EI), que empujan a miles de personas a una huida desesperada. Por otra parte, gran número de inmigrantes llegan a Europa desde Eritrea, país ubicado al norte de África; la mayor parte de las personas que emigra de este país son jóvenes, debido a que huyen para escapar del servicio militar, obligatorio en este país y considerado casi como una esclavitud.
Y SE ACORDARON. En la reunión entre los líderes de la UE realizada el jueves se decidió triplicar el presupuesto que se destina a la ayuda de los barcos que naufragan en el intento de cruzar el Mediterráneo con cientos y miles de inmigrantes: hasta el momento se destinaban unos 3 millones de euros, cifra que será aumentada a 9 millones mensuales.
A pesar de esta decisión, los mandatarios anunciaron que la operación actual no sería modificada y se seguirá acotando a la tarea de vigilancias a 30 millas de las costas europeas. Sin embargo, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, afirmó en conferencia de prensa que “en caso de catástrofe no hay límites geográficos o políticos”, como informa la agencia AFP. Otra medida implementada fue “proponer acciones para capturar y destruir los buques de los traficantes antes de que puedan ser utilizados”, dijo Tusk.
Varios países se comprometieron a brindar servicios y recursos para llevar a cabo estas medidas, pero ninguno pronunció un cambio en su postura. Como suele ocurrir, ciertos temas adquieren relevancia una vez que sucede una tragedia y el caso del tráfico de personas no es la excepción: así, un día antes de la reunión extraordinadria de la UE, dos grupos, uno de 220 y otro de 545 inmigrantes tuvieron que ser recatados el miércoles por guardacostas italianos. La OIM estima que 450.000 inmigrantes pueden tratar de cruzar el Mediterráneo en 2015 y también asegura que si no se detieene esta situación podría haber hasta 10.000 muertos este año.
Soledad Gago Delfino

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