Los bombardeos israelíes a la franja de Gaza. Foto AFP

El primer ministro de Israel, el conservador Benjamin Netanyahu, no pudo evitar una escalada contra Hamas ante las presiones de los sectores de extrema derecha del gobierno de Tel Aviv. La iniciativa dentro del Ejecutivo israelí queda así en manos de elementos ultranacionalistas que tienen su principal base de apoyo en las colonias ilegales en territorio palestino.La escalada que comenzó días atrás con el secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes por dos palestinos creó un ambiente favorable para que los encabezados por los ministros de Relaciones Internacionales y de Economía de Israel, Avigdor Lieberman y Neftalí Bennet, se hicieran con la iniciativa y pusieran en marcha una nueva incursión en la Franja de Gaza.Al momento de escribir esta nota comienzan las operaciones terrestres de las fuerzas israelíes en Gaza. También continúan los ataques con misiles de milicias palestinas a territorio de Israel, sorteados sin mayores dificultades por el sistema de defensa aéreo de ese país. Hasta el momento suman 215 los palestinos fallecidos, en tanto un israelí murió a consecuencia de los ataques lanzados desde Gaza.
El colono moldavo. Avigdor Lieberman, nacido en Moldavia en 1958, emigró a Israel en 1978. Graduado en Relaciones Internacionales y Ciencia Política en la Universidad Hebrea de Jerusalén, es desde hace años una figura prominente de la política israelí. Participó en coaliciones de gobierno en cuatro oportunidades desde 2001 y es el líder de Yisrael Beiteinu, partido que se convirtió en la tercera fuerza de Israel en las elecciones de 2009.El matutino israelí Haaretz, informó que a poco de llegar a Israel, Lieberman estuvo afiliado al actualmente prohibido partido israelí Kach. El líder histórico del Kach, fue el rabino sionista Meir Kahane, quien se hizo famoso por su prédica abiertamente racista contra los palestinos. El Kach fue declarado ilegal luego de que apoyara públicamente la masacre de Hebrón de 1994, donde uno de sus miembros asesinó a 29 musulmanes (e hirió a 125) que se encontraban rezando en una mezquita.Aunque Lieberman negó haber sido parte del Kach, en la actualidad adscribe a una visión radical del sionismo, y el Yisrael Beiteinu,  defiende una línea guerrerista contra la población palestina. Cuando Ariel Sharon propuso en 2003 liberar a 350 presos palestinos, Lieberman manifestó, jocoso: “Sería mejor ahogar a estos prisioneros en el mar Muerto si fuera posible, ya que es el punto más bajo del mundo”. En otra de sus frases célebres se refirió a uno de sus modelos bélicos. “Debemos continuar combatiendo a Hamas como Estados Unidos combatió a los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial”, dijo en 2009 a los estudiantes de la Universidad Bar Ilan, para luego recordar que aquella vez no hizo falta conquistar Japón. Aunque sus autoridades no han revelado su envergadura, internacionalmente se reconoce que Israel posee un importante arsenal atómico. En 2006 tomó la palabra en la Knesset, el Parlamento israelí, para pedir que los diputados árabes que se habían reunido con delegados de Hamas fueran declarados culpables de alta traición: “La Segunda Guerra Mundial concluyó con los juicios de Nüremberg y con la ejecución de la dirección nazi. Pero no sólo se ejecutó a los cabecillas, sino también a quienes colaboraron con ellos. Deseo que ese sea el destino de los colaboracionistas que hay en esta casa”. Lieberman también propuso que se obligue a los árabes que viven en Israel a jurar fidelidad al Estado. En 2010 la Knesset, inspirada en esta propuesta aprobó que ciudadanos no judíos deban hacer un juramento de lealtad al Estado “judío y democrático”.
El Ministro de Relaciones Exteriores, férreo defensor de la expansión de asentamientos israelíes en territorio palestino, dice lo que piensa y hace lo que dice. Él y su familia viven desde hace 26 en años en Nokdim, una colonia judía en Cisjordania. Para la ONU y la comunidad internacional estas colonias son ilegales y un obstáculo de primer orden en la conquista de la paz en la región.
“Todo el pueblo palestino es el enemigo”. Ayelet Shaked es una diputada del partido de Bennet, Bait Yehudi. La joven dirigente es además la líder del movimiento extraparlamentario derechista Mi Israel, que apoya la expansión de las colonias ilegales. El 30 de junio, horas antes de que extremistas israelíes quemaran vivo al joven palestino Mohammed Abu Khudair, posteó en su Facebook: “Las palabras tienen significado. Esto es una guerra. Y la guerra contra el terrorismo no es una guerra contra los extremistas, ni siquiera una guerra contra la Autoridad Palestina. Ambas son formas de evadir la realidad. Esto es una guerra entre las dos naciones. ¿Quién es el enemigo? El pueblo palestino. ¿Por qué? Pregúntale a él, él empezó”. Al comienzo del post Shaked señaló que las palabras pertenecen a un artículo de Uri Elitzur (periodista y asesor de Benjamín Netanyahu) y se lamenta por la tardanza en su publicación. El post recibió casi 5000 likes y fue compartido más de mil veces. Allí se refiere a la población civil palestina alegando que “detrás de cada terrorista hay docenas de hombres y mujeres, sin las cuales no podría pelear (…) Todos ellos son combatientes enemigos, y su sangre será sobre sus cabezas. Ahora, esto también incluye a las madres de los mártires, que los mandan al infierno con flores y besos. Tienen que seguir a sus hijos, es lo más justo. Ellas tienen que ir, y también tiene que ir al infierno el hogar físico donde criaron a su serpiente. De lo contrario, crecerán allí otras serpientes pequeñas”. “Todo el pueblo palestino es el enemigo” enfatizaba el artículo que compartió Shaked, “incluyendo los ancianos y las mujeres, las ciudades y los pueblos, los bienes y la infraestructura”.

Bait Yehudi es un partido israelí de tinte confesional, que tiene su base en el movimiento religioso de las colonias. Allí radica una de sus diferencias con el Yisrael Beiteniu de Lieberman, sionista laico y con base en los inmigrantes provenientes de la ex Unión Soviética en los últimos 25 años. Sin embargo, ambos defienden una postura intransigente hacia el conflicto israelí-palestino al interior del Ejecutivo israelí.
Disputas en el Ejecutivo. Para Mario Sznajder, profesor titular de Ciencia Política en la Universidad Hebrea de Jerusalem, “nadie en Israel envidia hoy la posición de Netanyahu”. Según el académico, la coalición de derecha que hoy gobierna Israel se encuentra tensada por dos polos. La ministra de Justicia, Tzipi Livni, y el de Finanzas, Yair Lapid, son las caras visibles de los sectores de la coalición abiertos al diálogo. Livni incluso fue la encargada de dirigir las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos propiciadas por el secretario de Estado estadounidense John Kerry a mediados del año pasado.
Pero con la escalada de violencia de los últimos días la posición de Livni y Lapid queda en franca desventaja. “La opinión mayoritaria en Israel hoy día es de no hacer ningún cese al fuego, seguir adelante, inclusive llevar adelante la operación terrestre” señaló Sznajder en conversación con Sala de Redacción, e indicó “esa es también la posición de Lieberman y de Bennet”.
Según Sznajder, la escalada actual fue originada por Hamas. El experto en política israelí sostuvo que los sectores más extremistas de ese movimiento islámico, aquellos con núcleo en la ciudad cisjordana de Hebrón, presionan al resto de la organización, en especial al sector que gobierna en la Franja de Gaza, al enfrentamiento constante contra Israel. Es este sector radical del movimiento el que parece haber protagonizado el secuestro de los tres jóvenes israelíes asesinados el mes pasado.
Pese a no ser los generadores de la actual situación, entiende Sznajder, los beneficiarios directos a nivel político dentro de Israel son el sector más a la derecha. “Tanto Lieberman como Bennett tienen una posición ideológica que es absolutamente anti Hamas. Netanyahu también maneja una retórica anti Hamas, pero esta semana estaba negociando un cese al fuego a través de Egipto. Lieberman y Bennet consideraron eso intolerable”.
Como consecuencia, Lieberman quebró el frente político entre Yisrael Beiteniu y el partido de Netanyahu, el mayoritario Likud. Sin embargo, permaneció en la coalición de gobierno. Para Sznajder se trata de “una maniobra política sofisticada por parte de Lieberman”“al mismo tiempo que Lieberman anunció la ruptura del frente y votó en contra de la propuesta egipcia de paz dentro del gabinete, el ministro de seguridad interior, (Yitzhak) Aharonovich, votó junto con Netanyahu a favor de esa propuesta”. Lo paradójico es que Aharonovich pertenece al mismo sector político que Lieberman. Con esta maniobra, el canciller israelí “adquiere la libertad de criticar a Netanyahu”, lo que le reportaría aumentar su popularidad y caudal de votos en las actuales circunstancias, “pero sin perder el capital político que significa seguir siendo parte de la coalición de gobierno”.
Bennett, y el sector social que representa, los colonos, también hacen sus cálculos. “El movimiento de los colonos en este momento está muy callado”, “la situación que se ha generado aquí al beneficiar a su partido político y a su líder, Naftali Bennett, es una situación favorable a la continuación de su presencia en Cisjordania. La lógica de ellos es, creo yo, una lógica muy táctica, muy de corto plazo y muy simplista: cuanto peor mejor. Cuanto peor la situación con los palestinos, más legitimidad adquieren dentro de Israel, e inclusive internacionalmente, entre los círculos que no ven posible la negociación con Hamas”.
De cualquier manera, y a pesar de las divisiones de las últimas semanas, “hay que tener en cuenta que la responsabilidad central está sobre Netanyahu, y que pese a que Lieberman es canciller, la firma de todo lo que se hace en Israel la tiene Netanyahu”, manifestó el politólogo israelí. A la hora de formar la coalición de gobierno, el Primer Ministro otorgó a Lieberman el puesto que tiene actualmente. “En el sistema parlamentario israelí, luego del cargo de Primer Ministro, los otros dos ministerios más importantes son Defensa y Relaciones Internacionales” señaló Sznajder. Vale recordar también que Naftali Bennet y Ayelet Shaked dieron sus primeros pasos en la política israelí trabajando para la oficina de “Bibi” Netanyahu durante gobiernos pasados.
Francisco Claramunt
 

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