Vacunación en la Escuela Felipe Sanguinetti, de Montevideo, el 5 de abril. Foto: Secretaría de Comunicación de Presidencia de la República.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) inició en abril la campaña de vacunación contra el Virus del Papiloma Humano (HPV) en las escuelas públicas y privadas de todo el país. La vacuna por ahora sólo es suministrada a niñas de 11 y 12 años que cuentan con la autorización de sus padres. A casi un mes de iniciada la campaña, alrededor de 7.000 niñas han sido vacunadas contra el HPV en las escuelas, informó el viernes 27 el subsecretario del MSP, Jorge Quian. Al margen de la polémica por la vacunación, y en especial por esta vacuna, las autoridades sanitarias sostienen que la campaña se desarrolla a buen ritmo y que cumple con sus expectativas.
El HPV se transmite por contacto sexual, sea a través de sexo vaginal, anal u oral. Las vacunas Cervarix (del laboratorio GlaxoSmithKline) y Gardasil (del laboratorio Merck & Co.), creadas en 2006, generan anticuerpos contra las cepas 16 y 18, que provocan 70% de las lesiones cancerígenas. La vacuna del HPV que se está dando en Uruguay es Gardasil cuatrivalente, que protege de los serotipos oncogénicos 16 y 18, y contra dos serotipos (6 y 11) que provocan verrugas genitales.
La vacuna contra el HPV impediría una infección inicial de esas cepas, pero no protegería en caso de ya estar infectado, por eso se recomienda dar previo a la adolescencia. Si bien es una infección que afecta tanto a hombres como a mujeres, debido a la mayor incidencia del cáncer de cuello uterino con respecto al cáncer anal y bucofaríngeo, y a una administración de los recursos, la mayoría de los países ha priorizado la vacunación de las niñas.
Claudia Romero, asesora responsable del Área Programática Salud de la Niñez del MSP, contó a Sala de Redacción que el ministerio comenzó la campaña en las escuelas preocupado por los índices de vacunación en adolescentes. Por estar más expuestos a la posibilidad de tener encuentros sexuales y por pasar a recibir un control médico anual, Romero considera que los adolescentes son “una de las poblaciones más vulnerables” al virus. “Se empieza la estrategia mirando las fortalezas de otros países, como Reino Unido, España y Estados Unidos, que también vacunan en las escuelas y mejoraron sus coberturas”, explicó.
Objeciones
En 2012, cuando el MSP comenzó a recomendar el suministro de la vacuna contra el HPV, se instaló un fuerte debate con argumentos en contra y a favor de la vacuna. La reciente decisión de ir a las escuelas reavivó la polémica. El MSP considera que la vacuna del HPV muestra ser muy efectiva para prevenir una primera infección con el virus. Las reacciones adversas más frecuentes son similares a las que provocan otras vacunas: inflamación y dolor en el sitio de la inyección, formación de edemas y eritemas. También puede producir desequilibrio del sistema inmunológico, dolores de cabeza, fiebre, sensación de fatiga y náuseas, vómitos, diarrea, dolores abdominales y urticaria, y desmayos. Hay estudios que indican que puede provocar menopausia temprana, pero se desconoce su alcance. Romero alegó que esta vacuna se da a nivel mundial hace más de diez años; según los informes de la Unidad de Inmunización del MSP, no se han registrado efectos adversos en nuestro país.
Quienes se manifiestan en contra de la vacuna del HPV observan que diez años no es un período suficiente para demostrar que previene las lesiones que provocan cáncer de cuello uterino y los estudios definitivos requieren un periodo de 30 años. Otro argumento es el que afirma que la manera más efectiva de prevenir el cáncer de cuello uterino es a través del papanicolau, técnica que detecta cualquier lesión del órgano inmediatamente; se pide, entonces, que la vacunación no provoque una falsa idea de protección, y que se continúe insistiendo con la realización periódica de ese estudio.
Romero cree que uno de los motivos por los cuales hay una mirada escéptica sobre la vacuna se debe a la información errónea que ha sido difundida por “los colectivos que se manifiestan en contra”. Insistió en que “las redes sociales funcionan como amplificadores” y que es preciso corroborar “la veracidad de las fuentes”. Comentó también que en algunas críticas hay “aspectos religiosos” involucrados, ya que muchos adultos ven con desconfianza el hecho de que se suministre una vacuna contra una enfermedad de transmisión sexual a niñas de 12 años. A ojos de esos adultos, se estaría sexualizando antes de tiempo a la población infantil, pero la verdad es que se selecciona esa edad porque la vacuna busca prevenir el contacto con el virus antes del primer encuentro sexual. Romero observó que “hay un montón de enfermedades que también son de transmisión sexual y que se previenen con vacunas, como la Hepatitis B” pero “como tienen otras formas de transmisión nadie las cuestiona desde ese lugar”.
El Colectivo Ciudadano por la No Obligatoriedad de la Vacuna contra HPV-Uruguay y la organización Mujer y Salud en Uruguay (MYSU) cuestionan la idea de “falsa protección” que puede dar la vacuna, puesto que hay más de 100 serotipos de HPV. Ambas organizaciones citan un estudio de la Universidad de la República (Udelar) del año 2013, que detalla que sólo 21% de la población femenina uruguaya analizada tenía la cepa 16 y no se había identificado la circulación de la cepa 18. Las organizaciones cuestionan la pertinencia de que se dé una vacuna con posibles efectos adversos para una protección que no es exhaustiva. Si bien ese estudio halló una baja circulación de las cepas 16 y 18, otros estudios de la Udelar indican que las cepas 16 y 18 son de las que provocan mayor número de cáncer de cuello uterino (alrededor de 75% de las lesiones). Según la Sociedad de Ginecotocología del Uruguay, y de acuerdo a la información que maneja el MSP, la vacuna protege contra 70% de las lesiones cancerígenas.
La Comisión Nacional Asesora de Vacunas del MSP por el momento sólo recomienda la vacuna contra el HPV (no es obligatoria, como sí lo son las vacunas que están en el Certificado Esquema de Vacunación). Romero manifestó que si bien la implementación de una nueva vacuna lleva un largo proceso de observación y evaluación, el MSP ya ha considerado su obligatoriedad. Declaró que si bien el organismo “tiene otras políticas sanitarias que son prioritarias” dijo que, no obstante, el MSP cree “que el camino va a ser que sea obligatoria”. En el futuro, se prevé que los varones también reciban la vacuna contra el HPV, ya que, aunque en menor proporción de las mujeres, también sufren las consecuencias de lesiones malignas. Además, los varones también transmiten el virus, y si el objetivo es erradicarlo, se los tiene que incluir.
Gestión
La primera etapa de la campaña de vacunación se desarrolla durante abril y mayo, y continuará en octubre y noviembre, puesto que la inmunización contra el HPV se da en dos dosis.
Además de vacunar contra el HPV, en las escuelas se está dando, a niñas y varones, la dosis de la vacuna dpTa, también conocida como triple bacteriana por proteger contra tétanos, diferia y tos convulsa (esta vacuna sí está en el Certificado Esquema de Vacunación). Según Quian, 13.000 niños recibieron la vacuna dpTa en las escuelas durante abril.
La campaña de vacunación es gestionada con recursos propios del MSP, particularmente de la Comisión Honoraria de Lucha Antituberculosa, y cuenta con el apoyo de la Cámara de Emergencias Móviles, de la Cámara de Seguros Móviles, de la Administración de los Servicios de Salud del Estado, y de las instituciones privadas de salud de todo el país.
Sadia Baudino, Bruno Gariazzo, Abril Mederos

Inmunización y cuestionamientos
La inmunización consiste en inducir artificialmente la inmunidad contra un patógeno. Las vacunas introducen en el organismo el patógeno atenuado, o algunos de sus componentes. Estos agentes estimulan la producción de anticuerpos y otras respuestas inmunitarias que actúan contra el patógeno tal y como se produciría en una infección “natural”, sólo que sin presentar síntomas clínicos. Inicialmente las vacunas se producían de una forma muy artesanal que culminaba a veces en la muerte de los individuos inoculados. Hoy en día el rigor con el que se regula su producción y utilización ha disminuido enormemente los riesgos.
El subsecretario de Salud, Jorge Quian, está satisfecho con los resultados de la campaña de vacunación en las escuelas y considera “de gran importancia poner el tema al alcance de la población para poder discutir y convencer a quienes no creen que las vacunas sean una estrategia adecuada”. “Estamos dispuestos a discutir con quien sea porque esta estrategia es de las que más vidas han salvado en la historia de la humanidad”, dijo. Como prueba de esto informó que desde que Uruguay incorporó la vacuna contra la Hepatitis A, en 2007, “prácticamente ha desaparecido la enfermedad del país”. Quian advirtió sobre el peligro que corre una población cuando se genera una corriente de opinión contraria a la vacunación. Dice que “en Europa se han muerto en estos últimos dos años 45 personas de sarampión porque han triunfado los grupos anti-vacuna”. También señaló que las personas se despreocupan por el peligro que representan algunas enfermedades que han sido erradicadas gracias a la vacunación y que, al no ver nuevos brotes de la enfermedad, dejan de vacunarse cuando, en realidad, la enfermedad “está eliminada porque se está pinchando a la gente”.
Para que una vacunación sea efectiva, cerca del 90% de los individuos deben estar inmunizados. Un descenso en la credibilidad de la población frente a la vacunación puede acabar en resultados muy negativos para el bien común. Por ejemplo, una disminución en un 30% de las coberturas contra la tos ferina en Inglaterra durante los años 70 provocó la infección de más de 100 mil personas.
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