Procesado en 1938 por seducir y corromper a una joven distinguida de New Jersey. Foto: via The Smoking Gun

Lo mejor aún ha de venir“, es lo que se lee en el epitafio de la tumba del cantante, mafioso, galán, actor e ídolo de multitudes, quien el 14 de mayo de 1998, a sus 82 años falleció de un infarto y a 17 años de su muerte, sigue cautivando con su música.
Oriundo de New Jersey, pero con background siciliano, Frank Sinatra, de emblemáticos ojos azules fue rodeado de color rosado al nacer, pensando que sería niña. Fue hijo único y sus padres, Dolly y Anthony Sinatra querían que fuera ingeniero, pero luego de escuchar cantar a Bing Crosby, cantante estadounidense, decidió que le dedicaría su vida a la música.
Con cuatro matrimonios,  tres hijos y tres nietos en su haber, grabó su primer demo con Frank Mane en 1935 llamado “Our Love” y fue su primera grabación de 1300 canciones que produjo en sus seis décadas de carrera, lo que lo llevó a ganar más de 40 premios. En materia cinematográfica, apareció en más de 60 películas, produjo 8 largometrajes propios y se considera que Sinatra fue la inspiración del personaje Johnny Fontaine en la afamada película El Padrino en 1972.
Su estilo musical reunió, desde sus comienzos, influencias del jazz y la incipiente música pop que empezaba a difundirse en la radio. Sinatra se concentraba en la comprensión de la música popular, y entendía que ésta, debía ser  una extensión de la conversación, para contar una historia de la forma más expresiva posible. Quizás, ésta haya sido la clave de su éxito y de la multiplicidad de versiones que se han realizado de sus temas.
My Way” – A mi manera- es la segunda canción más versionada de la historia.  Popularmente, se la identifica con Sinatra, quien la lanzó en 1969 y la convirtió en un éxito, pero es originalmente basada en “Comme d’habitude”, de Claude François y reescrita en inglés por Paul Anka. “New York, New York”,es quizás su más afamada canción, que con el tiempo fue popularmente tomada como  himno homenaje a la cosmopolita ciudad estadounidense: «Empiecen a extender la noticia: me voy vivir (a Nueva York), quiero ser una parte de ella. Mis zapatos de vagabundo están deseando cruzar su corazón. Quiero despertar en la ciudad que nunca duerme y ser el rey de la colina, en la cima del éxito. Mis tristezas de pueblo pequeño se esfuman…Si puedo conseguirlo allí, lo puedo conseguir en cualquier parte».
A su manera
Siempre se lo relacionó con la mafia, aunque nunca se pudo comprobar su vinculación. Según un contrabandista de su barrio, “siempre quiso ser un gangster”. Amigo de Lucky Luciano y Sam Giancana, líderes de la mafia italiana y estadounidense respectivamente, y miembro  de una banda mafiosa, el FBI siempre lo tuvo bajo la lupa.
“Rat Pack” –Pandilla de Ratas- fue como se autobautizó su barra de amigos, compuesta por Dean Martin,  Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Sammy Davis Jr., Peter Lawford, Joey Bishop, Buddy Grego, y Judy Garland, en diferentes etapas. Trabajaron juntos en películas, conciertos, espectáculos, incluso en eventos políticos desde la década de 1950 y mediados de 1960.
Simboilzando lo “cool” de la época, porque vivían pensando que mañana podía ser aún mejor que hoy, el grupo fundó una especie de sociedad secreta que se basaba en los principios de Bogart: Hollywood apesta,  no te fíes nunca del jefe, bebe todo lo que puedas y ama la música como a ti mismo.
Parte de su vida fue marcada por eventos icónicos reflejando lo admirado y querido que fue y sigue siendo: su ciudad natal, Hoboken creó el “Día de Sinatra” el 30 de Octubre de 1947 y en conmemoración de sus 80 años, el Empire State Building se iluminó completamente de azul en honor al color de sus ojos.
El hombre que alguna vez fue definido como “el Mercedes Benz de los hombres“, el mismo del que Crosby lamentó que hubiera vivido en su misma época, el inventor del cantante pop como género, de la autobiografía como tema y de los perdedores como héroes, sigue cautivando, y sin dudas, cumpliendo con lo que pregonaba con su “Voy a vivir hasta que muera”, vivirá por siempre en los oídos y corazones de aquellos que escuchan su música, porque “La Voz”, nunca morirá.
Tamara Mardones

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