La periodista Shireen Abu Akleh, de la cadena de noticias Al Jazeera, estaba informando sobre una redada del ejército israelí en un campo de refugiados ubicado en la ciudad de Yenín (Cisjordania) cuando una bala impactó en su cabeza quitándole la vida. Abu Akleh estaba utilizando casco y chaleco antibalas que la identificaban claramente como periodista.

Eso sucedió el pasado 11 de mayo. Al Jazeera lanzó un comunicado el 26 de ese mes donde reiteró su condena al asesinato y afirmó que se presentará en la Corte Penal Internacional en La Haya para que se investigue el crimen.

La redada del ejército israelí fue ejecutada en respuesta a “supuestos ataques palestinos”, según informó a Sala de Redacción la reportera de la cadena Al Jazeera, Teresa Bo. “A Shireen le pasaron esa información y fue para ahí”, expresó. A su vez, agregó que si bien “el hecho de que haya una redada es una noticia, hay que reportar no solamente lo que hace el ejército en el momento sino también las consecuencias, si hay víctimas o violaciones de derechos humanos; todo es parte de la historia”.

Bo explicó que su colega conocía muy bien el territorio, había tomado todas las medidas de seguridad necesarias para una cobertura de este estilo y se encontraba en permanente contacto con los productores de Al Jazeera radicados en la oficina que la cadena tiene en Cisjordania.

Condena internacional

En el comunicado del 26 de mayo la cadena reiteró su condena al asesinato de Abu Akleh, prometió “seguir todos los caminos para lograr justicia” por la periodista, además de “garantizar que los responsables de su asesinato comparezcan ante la justicia y rindan cuentas en todas las plataformas y tribunales internacionales”.

Al Jazeera anunció la designación de un equipo legal internacional para presentar el caso ante la Corte Penal Internacional. Según el comunicado emitido por la cadena de noticias, además del asesinato de Abu Akleh el archivo del caso incluirá “el bombardeo israelí y total destrucción de la oficina de Al Jazeera en Gaza en mayo del 2021”, así como también “los continuos hostigamientos y ataques a periodistas trabajando en territorios ocupados de Palestina”.

“La razón por la que Israel puede hacer ciertas cosas es porque se le permite”, consideró Bo y dijo que la cadena busca una sanción a nivel internacional: “por incidentes mucho menores se condena a un montón de países, y la verdad es que nadie le pide [a Israel] que rinda cuentas sobre lo que pasa”. Recordó que el bombardeo a la oficina de Al Jazeera del año pasado se hizo bajo la acusación de que allí había terroristas, sin embargo nunca se presentaron pruebas: “les dijeron tenés un minuto para salir de la oficina y después tiraron misiles al edificio”.

“Como en cualquier otro Estado, en Israel muchas veces se cometen abusos por parte de las fuerzas de seguridad y esos abusos tienen que ser investigados. Nosotros los investigamos donde ocurren”, expresó la reportera. Además, calificó de “poco serio” que para algunos países de la comunidad internacional -especialmente Estados Unidos- exista una visión de que “no pasa nada” si este tipo de acciones se dan por parte de Israel, porque se considera como una respuesta a “los terroristas”.

Versiones encontradas

En una primera declaración pública, el primer ministro israelí lamentó el hecho e indicó que según la información recabada por Israel “palestinos armados, quienes dispararon indiscriminadamente en ese momento, fueron los responsables de la desafortunada muerte de la periodista”. Naftali Bennet también informó que Palestina rechazó su propuesta para realizar una investigación en conjunto. Bo opinó que esta primera acusación de Israel buscó “embarrar la cancha” y agregó que es “gravísimo” que las autoridades israelíes hayan acusado primero a los palestinos “para tratar de salvarse” y “después salir a reconocer que no estaban seguros”.

Por su parte, desde la Autoridad Nacional Palestina (ANP) dijeron que la negativa a la investigación en conjunto fue por falta de confianza. En la ceremonia funeraria realizada en Ramala, el presidente de Palestina Mahmud Abbas expresó: “responsabilizamos plenamente a las autoridades de ocupación israelíes por su asesinato, y en este crimen no se podrá ocultar la verdad”. Sobre la negativa a la investigación en conjunto, la reportera entrevistada por Sala de Redacción dijo comprender la decisión de la ANP y explicó que “nunca ha habido una investigación en serio cuando asesinan a ciudadanos o periodistas palestinos”.

Luego de realizar su propia investigación, la fiscalía de la ANP concluyó que las fuerzas israelíes asesinaron a Shireen deliberadamente, ya que, como habían sostenido numerosos testimonios, no había milicianos palestinos en el momento de los disparos. “Los únicos disparos fueron de las fuerzas de la ocupación con el objetivo de matar”, expresó el fiscal Akram al Khateeb en conferencia de prensa.

Bo tiene basta experiencia como corresponsal de guerra y entiende que “los soldados en combate están bajo mucha presión, con mucha adrenalina. Y si lo que hicieron no fue a propósito y fue algo del momento, también debe ser investigado y penado”. La reportera considera que hay un doble estándar hacia los periodistas palestinos, ya que cuando denuncian hechos de este estilo se les cuestiona y pone en duda: “hay colegas que salieron a decir ‘estábamos ahí, sabemos lo que pasó’ y la prensa internacional no les creyó”, expresó.

La periodista recordó que hubo testimonios de muchas de las personas que se encontraban allí, incluso existe un video en el que “se ve a Shireen tirada en el piso, cuando ya estaba muerta y cada vez que un colega intenta acercarse se escuchan disparos certeros de un francotirador”. No sólo los testimonios de los presentes indican que las únicas fuerzas que habían en el lugar eran israelíes, una investigación realizada por Bellingcat (grupo de investigación holandés) mediante geolocalización “demuestra que las fuerzas que estaban a menos de 200 metros son las israelíes y que los palestinos estaban a más de ocho cuadras”. A esta conclusión también llegó la ONG israelí B’Tselem y la cadena de noticias CNN, luego de sus respectivas investigaciones. Además, de acuerdo a Bo se trató de “un ataque muy certero”, ya que el disparo impactó en una de las pocas zonas de la cabeza que quedan al descubierto.

La despedida

El funeral de la periodista se llevó a cabo en Jerusalén el 13 de mayo y estuvo marcado por el enfrentamiento entre los asistentes y la policía israelí.

Cuando el ataúd de Shireen estaba siendo trasladado desde el hospital Saint Joseph sobre los hombros de un grupo de personas, la policía israelí cargó contra los asistentes y casi cae al suelo. Según declararon las autoridades, “alborotadores lanzaron piedras y otros objetos hacia las tropas, que en respuesta actuaron para dispersarlos”. Sin embargo, esta versión fue desmentida por el director del hospital, Jamil Koussa, quien aseguró que el objetivo de la policía eran los asistentes con banderas de Palestina. “Ellos consideran que eso es violento”, declaró a la Agencia EFE.

Desde la familia de la periodista dijeron a la misma agencia de noticias que la policía israelí convirtió el funeral en una “zona de guerra”. Lina Abu Akleh, sobrina de Shireen, expresó que la estrategia policial “fue completamente irracional”, ya que desde temprano hubo despliegue de gran número de patrullas, tanques de agua e incluso lanzamientos de granadas de aturdimiento. “Una escena barbárica, inaceptable, completamente irrespetuosa”, declaró.

'Uruguay no vayas'
Frente a la posibilidad de que la Selección Uruguaya de Fútbol realice en Israel su preparación hacia el Mundial de Catar, diversas organizaciones de nuestro país comenzaron la campaña “Uruguay no vayas” y enviaron a la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) una carta solicitando que se rechace la invitación.
La misiva, firmada por más de veinte organizaciones sociales y deportivas de Uruguay, expresa: “las invitaciones que Israel cursa a jugar partidos amistosos o hacer entrenamientos en su territorio son parte de una campaña para lavar su imagen internacional –cada vez más deteriorada− y ocultar los crímenes que comete a diario contra el pueblo palestino, contra sus futbolistas y deportistas”.

Además de ésta, las organizaciones hicieron entrega de otras dos cartas: una del Club Deportivo Al Khader y otra de la Asociación Palestina de Fútbol, ambas dirigidas también a la AUF. En la carta del Al Khader expresan que “necesitamos que seleccionados célebres como el de Uruguay no ofrezcan a Israel una oportunidad de oro para blanquear con el deporte su régimen de apartheid”. Por su parte, la Asociación Palestina de Fútbol indica en su carta que la Asociación Israelí de Fútbol incumple las normas de la FIFA, y que “la ocupación israelí impide el movimiento, arresta y asesina a jugadores palestinos y destruye nuestras instalaciones deportivas”.


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