Bienvenida a la generación 2011 de Paysandú. Foto: Portal de la Udelar

Algún amigo, algún familiar o algún conocido. Todos saben de alguien que no pudo entrar al Instituto Superior de Educación Física (ISEF) y se quedó sin estudiar ese año. O alguien que ante el mismo problema pero con diferentes posibilidades económicas recurrió a la opción privada para cursar la licenciatura. Algunos no cesan en sus esfuerzos y dan el famoso ingreso cuatro o cinco veces. Otros, se anotan en esta carrera y alguna otra y, ante el fracaso de la prueba, continúan su camino por la otra opción y hoy son médicos, abogados o comunicadores. Solo este año, el ingreso por sorteo dejó a más de mil jóvenes sin posibilidad de cursar la licenciatura en Educación Física.
Rodrigo Cardozo, de 22 años, se quedó sin posibilidad de cursar en el ISEF en 2011, 2014 y 2015. En 2011, tras la prueba práctica y teórica, no consiguió entrar entre los mejores 50 rankeados. Tres años después, tras superar el práctico, nuevamente perdió en el sorteo. Y este año, tras el nuevo cambio de modalidad a sorteo directo, el azar no le sonrió y dejó su nombre afuera.
De la primera no se olvida más: “El teórico era sobre la historia de la UdelaR, no era vinculado a lo que se iba a estudiar”, apunta y agrega que “se había corrido un prototipo de la Asociación Cristiana de Jóvenes muy similar al que pusieron en el ISEF y por esa razón se dieron una cantidad de buenas notas en los primeros 50. Yo no tuve acceso a ese documento”.
Rodrigo opina que “el ingreso debería ser libre, pero como no es posible, no creo que sea justo sólo por sorteo y con las mismas chances para todos”, ya que, argumenta, habría que “implementar un sistema donde los aspirantes que ya hayan quedado afuera en sorteos anteriores tengan más posibilidades de quedar que los que se anotan por primera vez”. Desde el ISEF aclararon que este año el sorteo no se puedo realizar con ponderación a los que habían quedado afuera porque el año pasado las condiciones de la prueba habían sido distintas (incluía prueba práctica) pero adelantaron que” la idea para el año que viene es hacer un sorteo ponderado para los que quedaron excluidos del sorteo en 2015″.
El revés de 2011 llevó a Rodrigo a estudiar arquitectura, carrera que realizó hasta segundo año. Luego, en 2014, simultáneamente a la inscripción a la Licenciatura en Educación Física, se inscribió en la Tecnicatura en Fútbol, también en el ISEF. ¿El objetivo? Cursar algunas materias de esta tecnicatura de dos años que luego puede revalidar si en alguna ocasión es favorecido en el sorteo de la licenciatura.
EL PROCESO. La directora del ISEF, Paola Dogliotti, habló con SdR y manifestó que  “es un proceso de algunos años. El primer año fue 2013, cuando se hizo, a partir de los órdenes, una valoración del mecanismo y la Comisión Directiva del ISEF (la anterior) decidió sustituir la prueba teórica de múltiple opción por el sorteo y mantener la prueba práctica, ese fue el primer cambio”. El siguiente paso fue la eliminación de la instancia práctica (que la gran mayoría de los alumnos superaban) quedando el azar como la única barrera para acceder a uno de los 400 cupos en Montevideo o a los 100 que hay en Maldonado y en Paysandú. Las posibilidades de ser favorecido son menores en la capital debido a que la relación entre aspirantes y cupos es bastante más desfavorable (este año se inscribieron alrededor de 2.000 estudiantes).
Dogliotti apunta que el principal argumento fue “reivindicar el derecho a estudiar de cualquier estudiante y que, luego de terminar el bachillerato, todos tengan el derecho a estudiar educación física como tienen derecho a inscribirse en la gran mayoría de las carreras de la UdelaR. No había ningún motivo que pudiera justificar el hecho de seleccionar. Ni a nivel práctico ni a nivel teórico porque la selección se hace únicamente por la existencia de cupos”. Para dejarlo aún más claro, remarca que lo que se busca con la herramienta del sorteo directo “es mostrar la arbitrariedad de la situación”.
El otro argumento que plantea Dogliotti es que había una cuestión de clase social. “Se habían desarrollado a nivel de los clubes privados de Montevideo cursos pagos donde se entrenaba a los aspirantes a ingresar al ISEF. La gente que podía pagar y que había tenido, en su etapa de estudiante escolar, acceso a piscinas iba a tener mayor posibilidad que aquellos que no. Y en nuestro país existe una clara restricción con respecto al acceso al agua”.
Desde el ISEF se entiende que cuánto antes se sepa el número de estudiantes que desean estudiar la carrera, antes también se van a poder realizar cálculos y proyecciones. Esta es otra de las razones del sorteo. Al haber pruebas, de cualquier tipo, hay posibles futuros estudiantes que no se inscriben y que sí lo harían en caso de liberarse el ingreso. Dogliotti aclara que este año no se pudo realizar un sorteo con ponderación porque el año anterior las condiciones de la prueba habían sido distintas, pero adelanta que “la idea para el año que viene es hacer un sorteo ponderado para los que quedaron excluidos del sorteo en 2015“.
La jerarca explica además que “el sorteo explicita claramente que la responsabilidad es del Estado al no dar los cupos e infraestructura”. “A partir del año 2014, la gente se empezó a movilizar, a protestar. Antes, ello no había sucedido tal modo. Se generó una sensibilización en la sociedad y esto nos está ayudando a poder conseguir recursos en el Estado. Hubo un impacto en muchos sentidos”, cuenta Dogliotti, quien admite que la mayor traba para conseguir el ingreso libre es económica. “Hay que conseguir dinero para pagar los sueldos e infraestructura deportiva, piscinas, canchas, aulas. Uno podría, con esa plata, hacer un plan, abrir a 800 alumnos en 2016 y en 2017 liberarla”, aventura.
De todos modos recalca que no se trata únicamente de “liberar el ingreso. Hay que hacerlo con responsabilidad y calidad académica”. El área de extensión e investigación es muy importante en el ISEF y ha crecido exponencialmente en los últimos años. “Para liberar el ingreso, hay que hacerlo con calidad académica”.
LA CALIDAD. Actualmente la demanda de profesores es muy grande. La obligatoriedad de la educación física en las escuelas ha contribuido mucho a esa realidad. Dogliotti indicó que un estudio arrojó que “más del 80 por ciento de los docentes cuando se reciben ya han trabajado en el campo y muchos, incluso, desde el primer año“. Consultada sobre si en un futuro pueden existir, en caso de haber ingreso libre, más licenciados en la carrera que los necesarios opina que “es un tema que no le podemos recargar a la educación física. Es un tema de política universitaria uruguaya. En el Uruguay no se hacen ese tipo de planificaciones y hoy en día tenemos ese problema. Por ejemplo, tenemos muchos psicólogos, el ingreso en Facultad de Psicología es de 2.200  personas y no tenemos matemáticos y el ingreso a Facultad de Ciencias es bajo. No hay ningún tipo de control ni de conducción de la matricula. Yo no lo puedo predecir. No le pidamos a la educación física lo que no se le pide al resto de las facultades”.
Está claro lo complicado del panorama. Es evidente que la carrera corre con desventaja por pertenecer a la Universidad de la República hace pocos años. Pero reconforta saber que el azar es un medio y no un fin. Que el futuro es mucho más venturoso que un presente que lastima cada vez que un joven uruguayo ve negada su posibilidad de estudiar. El camino puede ser más o menos sinuoso pero se mira hacia una meta.
Luca Pratto

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