Actividades de divulgación para escolares durante la Semana de la Ciencia y la Tecnología. Foto: merc.gub.uy

La Facultad de Ciencias (Fcien) cumple 25 años desde su fundación un 21 de noviembre de 1990, y desde hace 16 años, se encuentra ubicada en el edificio de Iguá al 4225. Hoy día la facultad cuenta con mas de 4000 estudiantes y unos 400 docentes que en su mayoría se encuentran dentro del régimen de Dedicación Total, lo que implica un fuerte compromiso con la investigación científica por parte de la institución. La facultad se organiza en distintas áreas específicas de cada rama de la ciencia; dentro del mismo edificio se encuentra por ejemplo el Centro de Matemáticas, el Instituto de Física, el Instituto de Química Biológica, etc.
A propósito del cuarto de siglo que celebra la institución, el decano de la Fcien, Juan Cristina, conversó con Sala de Redacción y habló sobre la realidad de la facultad, sus proyectos en curso, y lo que falta por hacer. Cristina reconoció que si bien el Uruguay ha mejorado cualitativamente y cuantitativamente en cuanto a investigadores, estimó que aún no son los suficientes. Comparó con Estados Unidos, por ejemplo, donde un 2 por ciento de la población económicamente activa está abocada a tareas de investigación, mientras que en nuestro país tan solo 2 de cada 1000 se dedican a este tipo de actividades.  Cree que es necesaria “una política de Estado que nos permita contar con ese tipo de recursos (humanos) que nosotros mismos formamos”. De la mano de estas políticas se podrá, según él, ser cada vez más competitivos a nivel mundial, estableciendo claramente que en el siglo que transitamos “ya no basta para una economía el poseer el capital o el poder intercambiar commodities”, sino que será necesario agregarle valor a la cadena productiva sumándole investigación e innovación. Esto a su vez, incentivará la generación de nuevos puestos de trabajo que se traducirán en una revaloración del capital humano del país. Opina que “los recursos humanos que forma la facultad deben ser aprovechados por las empresas públicas, por ejemplo, ya que éstas son en gran medida el motor de un país. Si no los utilizamos nosotros (a los científicos) lo va a hacer otro Estado que no hizo la inversión para formarlos”.
A pedido de El Observador, la Dirección General de Planeamiento de la Universidad de la República, elaboró el año pasado un informe sobre los costos que representa para UdelaR formar a sus estudiantes. Este estudio establece que la facultad que insume un mayor presupuesto es Facultad de Agronomía, con un promedio de 14.500 pesos por estudiante por mes. Inmediatamente se ubica la Facultad de Ciencias, con un costo aproximado de 11.400 pesos por mes por estudiante. El cálculo para estos datos se hizo en base al presupuesto asignado para el año 2012 para cada carrera, y dividirlo entre la cantidad de estudiantes que asistieron a clases o rindieron exámenes entre 2010 y 2012.
La Facultad de Ciencias busca también poder ofrecer nuevas propuestas y orientaciones en áreas aún no explotadas en nuestro país. Ejemplo de esto es la nueva Licenciatura en Ciencias de la Atmósfera, orientada a formar personas capaces de atender problemas relativamente recientes como lo son el cambio climático y la contaminación atmosférica. A su vez, la facultad también pretende volcar su conocimiento en los sectores productivos trabajando con ellos y dotándolos de herramientas que mejoren su competitividad. En esta línea, las jornadas de UdeaR con distintas empresas públicas como Ancap o UTE, o los planes del CSIC para acercar el sector privado a la investigación, contribuyen a fomentar la innovación y a conectar la academia con el sector productivo. Para Juan Cristina el relacionamiento de la facultad con el exterior en proyectos de I+D (Investigación mas desarrollo), es fundamental para un país pequeño como el nuestro, “ya que por nuestro tamaño relativo, no podríamos ocuparnos de todas la áreas que quisiéramos”.
El decano de la Fcien cree también que para que estos planes prosperen es necesaria una “apropiación social de la ciencia”, que en nuestro país no está plenamente instaurada. Pone como ejemplo a Estados Unidos, reconociendo que allí existe una valoración de la ciencia por parte del ciudadano común, el cual reconoce el rol de la ciencia en el desarrollo de un país. Cristina aclara que hay que distanciarse de la idea de que en las naciones desarrolladas se invierte en ciencia, “porque son países ricos que les sobra el dinero”. Po-r el contrario opina que pensar de esta manera simplista no conduce a una competitividad plena, y arrastra a los países al estancamiento. Para revertirlo, cree que es de vital importancia acercar la Facultad de Ciencias a la población, para alejar esa “caricatura” que se tiene del científico como “esa gente rara que no tiene nada que ver conmigo”, cuando la realidad es que aquella persona que estudia ciencia “es un vecino mas”. La Fcien pretende revertir este ideal colectivo con planes de fomento de la ciencia, como lo es por ejemplo la feria que realiza la facultad desde hace dos años en el atrio de la Intendencia. También la facultad cuenta con un programa de visitas para que los escolares y liceales recorran las instalaciones de la Fcien, y se pretende en un futuro cercano terminar de equipar un ómnibus, que será transformado en un laboratorio itinerante que recorrerá las escuelas y liceos del país, entre otros planes.
En noviembre del año pasado, el por aquel entonces candidato a la presidencia, doctor Tabaré Vázquez, reiteraba en una visita al Instituto Pasteur su promesa de destinar un porcentaje mayor del 0,4 % del PBI, que es el que hoy por hoy se destina a investigación. Vázquez prometió aumentar esta cifra con otro 1%, aparentemente con miras a crear un organismo de investigación nacional que nuclee distintos planes gubernamentales. El pasado mayo el vicepresidente de la República, Raúl Sendic, en su visita a la Fcien en el marco de la “Semana de la Ciencia”, reiteró el compromiso de Vázquez y remarcó que “la competitividad del país no solo se refiere al tipo de cambio o costos laborales”, sino que incluye la incorporación de valor en la cadena productiva, utilizando “el conocimiento, la capacitación y y la generación de capacidades humanas”. El principal obstáculo que encuentran los más de 100 estudiantes que egresan por año de la Fcien, es que el mercado laboral uruguayo en el que pretenden insertarse es reducido e inestable. Los contratos que establecen los principales organismos estatales que se dedican a la investigación (Instituto Pasteur, Instituto Clemente Estable, Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria[INIA]), son concursables y a término, por lo que la fuente laboral no está asegurada plenamente en ningún momento.
Juan Cristina cree que el hecho de que el presidente Tabaré Vázquez y el vice Raúl Sendic sean personas estrechamente ligadas a la ciencia (Vázquez en su rol de oncólogo y profesor titular de la Fcien, y Sendic como licenciado en genética humana), propenderá a un mejor entendimiento entre las instituciones y las personas encargadas de hacer ciencia en nuestro país, y las autoridades gubernamentales. Piensa que “ellos dos (Vázquez y Sendic) tienen muy claro el rol que juega la ciencia en el desarrollo de un país”.
Facundo Carrasco
 
 

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