Fotos: Fundación Chamangá

En el año 2000 un grupo de amigos uruguayos y franceses se propusieron apoyar a jóvenes uruguayos a desarrollar su vocación. Con donaciones de cada uno, nació la Fundación Chamangá, un programa que hizo su primer llamado en 2001 y que ahora busca nuevos interesados que quieran ser parte de la Generación 2019. Para postularse al llamado hay tiempo hasta el viernes 31 de agosto inclusive.

En la Fundación Chamangá la vocación es el hilo conductor de todas las actividades: los jóvenes son seleccionados, entre otras cosas, por demostrar su vocación que, según la definición de la Real Academia Española, es la inclinación o interés que una persona siente en su interior para dedicarse a una determinada forma de vida o un determinado trabajo.”

Alejandra Bértola, psicóloga e integrante del Equipo Técnico de la fundación, comentó que “Chamangá surgió con la impronta de apoyar vocaciones” y que “desde los inicios los que formaron y formamos parte, tenemos la fuerte convicción de que apoyar jóvenes vocacionales es la mejor manera de asegurarnos que ese joven tenga un futuro feliz y, a la vez, que avance el país, porque ese joven va a aportar al país toda su pasión”.

La primera generación de becarios, la Generación 2002, incluyó a siete estudiantes y sirvió como plan piloto para la fundación que, hasta ahora, ha apoyado a 425 jóvenes con diversas vocaciones. La generación actual, denominada Daniel Viglietti, cuenta con 23 becarios.

Cada generación lleva el nombre de referentes del país: así como la generación 2018 homenajeó al músico recientemente fallecido, la de 2004 se denominó Julio Castro, la de 2012 Idea Vilariño, y la de 2017 Pedro Figari.

Las becas que brinda la Fundación Chamangá son integrales, porque además de recibir un apoyo económico, los becarios cuentan con la orientación de un tutor (profesional relacionado a su área vocacional) y con seguimiento del equipo técnico, compuesto por una asistente social y una psicóloga; además, participan de reuniones mensuales, talleres, y semanalmente destinan de dos a cuatro horas a hacer trabajo comunitario, una tarea voluntaria que el becario desarrolla en un centro en el que pueda aportar desde su vocación.

Jóvenes durante actividades de trabajo comunitario. Fundación Chamangá.

Según Bértola, “la modalidad de beca integral nos permite asegurarnos casi 100% que esta es una beca exitosa, porque el equipo técnico, el tutor y el trabajo comunitario hacen de red de contención para el joven becario”.

Las becas se sustentan con donaciones que recibe la fundación, la mayoría de ellas provienen de la Red de Amigos de Chamangá que reúne a más de 80 personas de Uruguay, Francia, Suecia, Argentina, Suiza, Inglaterra y Canadá. Según informaron desde la fundación, hoy en día más del 50% del ingreso proviene de apoyos nacionales -a través de empresas y convenios-, además del aporte que hacen diferentes personas, entre ellos ex becarios .

Para colaborar con Chamangá se pueden realizar también depósitos en el Banco República a nombre de Fundación Chamangá (Cuenta BROU CA $ 1564611-00002 y Cuenta BROU CC U$S 1564611-00003) o por débito automático de la tarjeta OCA.

Requisitos

Para solicitar la beca es necesario tener entre 18 y 30 años; ser ciudadano uruguayo y residir en el país; demostrar la vocación con certificados, producciones o elementos que la prueben, además de una carta de motivación que explique cómo nació esa vocación, cómo se ha desarrollado o se piensa desarrollar, y probar que presenta dificultades socioeconómicas. Las solicitudes pueden ser para cursar estudios terciarios -universitarios o no-, y se aceptan también postulaciones a capacitaciones que no sean de ese nivel.

Además, el Consejo de Selección tiene en cuenta las cualidades personales de todos los aspirantes, su actitud de servicio a la comunidad y compromiso con la sociedad, dimensión que resalta la fundación.

Eva Silva tiene 20 años, estudia para ser geóloga y es integrante de la Generación Daniel Viglietti. En conversación con SdR relató: “Para mí el trabajo comunitario es muy importante, porque te da la oportunidad de afianzar tu vocación. Yo doy charlas en una escuela de Malvín Norte sobre geología y me da gran satisfacción personal, porque siento que transmitir mis conocimientos les puede servir a esos niños, no solo por los conceptos sino por la experiencia, espero que les sirva de estímulo para su futuro.”

Sobre el trabajo de la fundación, la chica reveló: “Jamás me había imaginado la metodología de trabajo de Chamangá; la importancia que le dan al bienestar de los becarios, las entrevistas y las reuniones va más allá de un seguimiento individual: tratan de unir al grupo y formarnos como personas”, concluyó.

Analía Pereira

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