Almagro interpelado. Foto:telesurtv.net

El ministro de Relaciones Exteriores Luis Almagro compareció el pasado 29 de abril al Senado en régimen de Comisión General. Fue citado por miembros de la oposición para explicar de qué tratan y el estado de las negociaciones del gobierno nacional con el de Estados Unidos por la posible llegada de presos de la cárcel de Guantánamo, Cuba, a nuestro país.
Almagro confirmó que serían seis los detenidos próximos a arribar, los cuales, si no reúnen los requisitos para ser considerados refugiados, serán ingresados en calidad de inmigrantes ordinarios.
Enfatizó en la responsabilidad de proteger los Derechos Humanos y en la importancia de la colaboración con el cierre definitivo de la base de Guantánamo, recibiendo “a algunos de aquellos que han sido perseguidos en distintas partes del mundo y han terminado recluidos, durante más de diez años, sin recibir una acusación y sin haber visto a un juez o a un fiscal”.
Añadió que hay otros 50 países que también tienen previsto recibir reclusos de esa prisión para colaborar con su cierre.
Por parte de la oposición interpelante, el senador Sergio Abreu fue quien demostró más interés en obtener respuestas, y si bien no cuestionó los motivos humanitarios del traslado, sí cuestionó la seguridad de nuestro país y el hecho de que no se conocen los antecedentes de los implicados ni quién los custodiaría durante su residencia en Uruguay. Además, criticó esta actitud de ayuda del gobierno hacia el país norteamericano: No podemos negociar con Estados Unidos porque le queremos sacar el peso de arriba de su violación de los derechos humanos. Nosotros no tuvimos nada que ver, y ahora venimos a sacar las castañas del fuego al gobierno de los Estados Unidos, de la mano del Frente Amplio. ¡Estamos todos locos!”
Por su parte, Almagro aseguró que no se trata de detenidos por terrorismo, ni de delincuentes comunes y afirmó que no serían un riesgo para nuestra sociedad. Comentó que el Ministerio ha hecho una investigación profunda sobre los presos transferidos; fueron entrevistados personalmente y se recabaron antecedentes con respecto a su actividad en otros países. Si bien sostuvo que no se revelará el contenido de los informes, confía en el criterio del Ministerio del Interior y de las agencias consultadas. Aseguró que los detenidos son “personas de riesgo mínimo no vinculadas a ningún ataque a Estados Unidos o sus aliados”. Y además Uruguay no va a vigilarlos; estarían en calidad de hombres libres, pero con ciertas restricciones.
Sobre el diálogo que se ha mantenido con el gobierno de los Estados Unidos, sostuvo que las pautas del traslado fueron propuestas por el gobierno uruguayo y afirmó que “Si no se aceptan las condiciones que hemos planteado, nos dolerá mucho no poder hacer algo por esta gente, pero no podemos aceptar recibirlas en otras condiciones que las que nos fija el marco jurídico del Uruguay y las convenciones que hemos ratificado”.
Además enfatizó que “Estados Unidos hizo una propuesta de la cual Uruguay rechazó el 80% y aceptó parcialmente dos puntos que nos parecieron convenientes”.
Para finalizar su participación, el canciller expresó: “Estados Unidos dice que abrirá la puerta de Guantánamo, y que la abrirá en Uruguay. Cuando se abra la puerta de Guantánamo, ¿en Uruguay la vamos a cerrar? No podemos cerrarla. Eso nunca lo va a hacer el Uruguay, con su larga tradición en estos temas, no va a cometer semejante ignominia. Nuestro acto humanitario es abrir esa puerta de Guantánamo en Uruguay para que liberen a esos presos. Este es nuestro punto, que no admite más consideraciones que esa definición clara y precisa”.
Por su parte, Abreu afirmó: “Nos damos por semi-informados, por semi-satisfechos y sobre todo porque debamos resumir el ejercicio de estos temas en un acto de fe”. En entrevista con El espectador, el legislador dijo que todos se quedaron con una información absolutamente precaria, que se invocaron disposiciones constitucionales que no se aplican a este caso, como la ley de refugiados, y que el gobierno no se debe amparar en la confidencialidad para no dar información a un Poder del Estado sobre dos temas cruciales: la identidad de los detenidos, y la información sobre las agencias de inteligencia que trabajaron junto al Ministerio del Interior. En definitiva, según Abreu, estas personas no deberían venir, salvo que sean absolutamente declarados inocentes.
A pesar de las controversias, la llegada de los presos de Guantánamo parece ser un hecho. Sin embargo, aún no está definido cuándo llegarían, ya que previamente, esto debe ser autorizado por el Congreso de Estados Unidos.
Natalia Macedo / Cecilia García

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