"Hablemos de Autismo" en la plaza Matriz. Foto: SdR / Sheila Baptista

Parecía un sábado como cualquier otro en la emblemática plaza Matriz de la Ciudad Vieja. El barrio, que entre semana es transitado por cientos de trabajadores, estaba en calma y se podía caminar tranquilamente por las finas calles que aún guardan un vestigio colonial. El espacio era compartido por feriantes, artesanos, turistas y algunos lugareños que simplemente tomaban mate y aprovechaban el sol sentados en la plaza. Las casas de comida se preparaban poniendo manteles sobre las mesas, vistiendo de blanco el lugar; el día prometía ser de calor .

Todo era normalidad, cuando en determinado momento llegaron al lugar un grupo de personas vistiendo remeras, globos y carteles y se sumó un nuevo color que se impondría al correr de la mañana: el azul. Bajo la consiga “Hablemos de Autismo”, los individuos desplegados por todo el lugar repartían folletos y dialogaban con los curiosos que se acercaban. Los turistas miraban con atención el movimiento que estaba en una fase inicial. Los feriantes, conocedores del lugar, facilitaron a los sonidistas, que habían llegado hacía unos minutos con todo tipo de instrumental, la posibilidad de acceder a la energía eléctrica.

Un momento después no sólo se trataba de personas congregadas repartiendo papeles por una plaza, sino que era un despliegue de frescura e inocencia bajo una impronta militante. El 2 de abril se conmemora mundialmente el Día de la Concientización sobre Autismo, un trastorno que padecen 1 de cada 88 personas. En Uruguay no hay estadísticas claras, pero se presume que hasta el momento son  35.000 las personas diagnosticadas. El evento que se llevó a cabo el sábado 11 de abril fue organizado por la Federación Autismo Uruguay: una institución que nuclea a familiares y allegados de personas que sufren este tipo de trastorno.
Al lugar también se acercaron otras instituciones que se embanderan bajo la misma causa y especialistas como psicólogos y médicos. Se hicieron presente algunos medios de comunicación, fotógrafos y autoridades gubernamentales como Federico Lezama, coordinador ejecutivo de la Secretaría de Gestión Social para la Discapacidad de la Intendencia de Montevideo.

Los protagonistas de la mañana fueron los más pequeños: niños que sufren Trastornos del Espectro Autista (TEA) y Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD), acompañados también por hermanos, primos y otros menores allegados que, como los adultos, se animaron a hacer fuerza por la causa. Todo era carcajadas, gritos y también algún que otro llanto ya que algunos amenazados por el tumulto y el barullo miraban de costado prendidos a las piernas de sus mamás. Pero el miedo se transformó cuando llegó la sorpresa final: el pelotero. Todos corrieron -incluso algunos niños ajenos a la actividad- y se zambulleron en el mar de pelotas de colores.

Transcurrida la mañana se dio la palabra a una de las madres del colectivo para que hiciera la lectura pública de la proclama y reivindicara sus necesidades, exhortando a los gobernantes a que ejecuten políticas públicas que lleven al rápido diagnóstico de las personas con TEA y que se facilite el tratamiento. Se pidió la creación de un centro específico para tratar a pacientes con TEA y TGD que nuclee las diferentes terapias. Ven una necesidad específica de intervención de especialistas y que sea temprana. Consideran fundamental el trabajo con un equipo interdisciplinario para la adquisición de herramientas para una mejor interacción con el mundo y sus allegados.
“Porque las personas con TEA viven en este mundo”. A partir de este concepto, la federación pide a las autoridades gubernamentales el cumplimiento de ciertos derechos básicos para toda persona establecidos en la Ley de Protección Integral de Personas con Discapacidad. Una de las grandes problemáticas es la de la inclusión de personas con este tipo de trastornos en escuelas tanto privadas como públicas. Desde la federación se afirma que el acceso a la educación es un derecho, no un “lujo” , imprescindible para desarrollar cierta independencia para el futuro. Otra de las necesidades es la aceptación por parte de las instituciones de deportes y recreación, que no sólo brinden la posibilidad de ejercitarse o practicar algún deporte sino también oportunidad de socialización con otras personas.
Otro de los temas tratados fue el del derecho a la inserción al mercado laboral. Si bien la ley obliga al Estado, los gobiernos departamentales, entes autónomos, servicios descentralizados y a las personas de derecho público no estatales a ocupar personas con discapacidad que reúnan condiciones de idoneidad para el cargo en una proporción mínima del 4 por ciento de sus vacantes, el colectivo afirma que ese acuerdo muchas veces no se cumple.
Como se hace mundialmente, bajo un aplauso unánime de todos los concurrentes y algunos rostros empañados se dio el toque final a la actividad, soltando globos azules al cielo.

Sheila Baptista

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