Donald Trump / Foto: Mandel Ngan, AFP


“El hecho es que la prensa es LIBRE para escribir y decir todo lo que quiera, pero gran parte de lo que dice son NOTICIAS FALSAS”, publicó días atrás el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su cuenta de Twitter. Los diarios estadounidenses amanecieron por la mañana del 16 de agosto con editoriales en las que contestaron al mandatario, en defensa de su bien más preciado, la libertad de prensa. De esa forma, más de 300 medios se unieron a la llamada que hizo el medio de prensa The Boston Globe para acabar con lo que consideran un constante acorralamiento a la prensa por parte de Trump. El periódico de Boston recibió llamadas amenazantes que están siendo investigadas por las autoridades. Marjorie Pritchard, subdirectora a cargo de la editorial del periódico, apuntó que hay que “hacer entender a los lectores que atacar la Primera Enmienda es inaceptable”, en referencia al artículo de la Constitución estadounidense que protege explícitamente la libertad de prensa.
Los redactores se defendieron con su mejor herramienta: la escritura. No importó la magnitud del medio, la mayoría de los periódicos norteamericanos defendieron a la prensa bajo una misma editorial y una etiqueta: “#EnemyOfNone” (en castellano, enemigos de nadie). “Decir que la prensa es el enemigo del pueblo es demasiado. Los periodistas no acosan a nadie, solo hacen su trabajo, que es mantener informada a la población”, explicó a France 24 Carmen Villavicencio, editora ejecutiva de El Diario de Nueva York.
Desde humildes periódicos locales hasta grandes publicaciones como The New York Times, todos se decidieron a poner fin a la batalla que el presidente Trump inició contra la prensa desde que llegó a la Casa Blanca. El diario neoyorkino publicó una editorial en la que apeló a los ciudadanos, a quienes consideró necesarios para tener una prensa libre, y comenzó la columna con una cita histórica del ex presidente Thomas Jefferson: “Si tuviera que decidir entre tener un gobierno sin periódicos o la ausencia de gobierno, no dudaría un momento en preferir lo último”. The New York Times sostuvo que “criticar a los medios -por darle menos o más importancia a las noticias, por equivocarse en algo- es completamente correcto”. “Los reporteros y editores son humanos y cometen errores. Corregirlos es crucial para nuestro trabajo”, defendió el histórico diario. No obstante, también hubo excepciones, como el caso del San Francisco Chronicle, de periódicos que no se unieron al movimiento. “No porque no compartamos la opinión de que generalmente Trump atenta contra la verdad”, ha indicado el diario en su editorial, donde explicó que tomó la decisión en aras de mantener su independencia.
Muchos reporteros de los medios apuntaron que las ofensivas del presidente norteamericano pusieron en riesgo no solo su trabajo, sino también su integridad física. Según algunos reporteros, los comentarios contra la prensa de Trump dieron lugar a ataques contra los profesionales de la información en las ruedas de prensa que ofreció el mandatario. Trump descalificó varias veces el trabajo de periodistas, como hizo con la periodista Maggie Haberman, de The New York Times, cuando acababa de ser galardonada con un Pulitzer (el premio más prestigioso del periodismo), y declaró que la prensa es su “mayor enemigo político”.
Branden Luis Figarola

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