El ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva es cargado por seguidores horas antes de que fuera a prisión. 7 de abril de 2018. Foto: / AFP PHOTO / Miguel SCHINCARIOL

Desde hace dos semanas, a raíz de la detención del expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, la izquierda brasileña disparó una campaña en búsqueda de expresiones de apoyo en el plano internacional, a modo de presionar para lograr la liberación de Lula.

La campaña está liderada por la expresidenta Dilma Rousseff y por los dos principales candidatos alternativos a Lula: Manuela D’Ávila, del Partido Comunista (PC) y Guillherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL).

Gira regional

D’Ávila, una joven periodista de 36 años, se presenta como la renovación en la izquierda brasileña y es una de las figuras más activas en las protestas contra el gobierno de Michel Temer. Actualmente se encuentra de gira por Cono Sur en búsqueda de expresiones  por parte de los líderes políticos de la región, especialmente de los partidos que forman parte del Foro de San Pablo, que fueron los aliados del Partido de los Trabajadores (PT) durante la llamada década progresista.

Esta gira trajo a la joven candidata a Uruguay el 13 de abril, donde se reunió con la bancada del Frente Amplio (FA). Tras el encuentro, el FA emitió un comunicado en el que condena la crisis política en Brasil, en contraposición con lo que hizo el gobierno, que evitó tomar posición sobre la prisión de Lula. Después de su pasaje por Uruguay, D’Ávila fue a Buenos Aires, en donde mantuvo una reunión en el Instituto Patria con Cristina Fernández, expresidenta de Argentina, quien difundió las fotos del encuentro en su cuenta de Twitter.

Apoyos extraregionales

Amparada en su visibilidad internacional, Rousseff está a cargo de la gira por Europa, donde está concitando respaldos de las socialdemocracias. De hecho es allí donde se están logrando las opiniones más encendidas en apoyo a Lula.

En España se reunió con Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista (PSOE), quien expresó su solidaridad con Lula a través de su cuenta de Twitter: “Ha sido un verdadero placer conversar con la expresidenta Dilma. Preocupado por la situación de Brasil. Confiamos en que pronto se recuperen la estabilidad institucional y social del país”, twitteó Sánchez. Su postura es novedosa, puesto que en los últimos años el PSOE mantuvo un discurso crítico hacia los gobiernos de izquierda latinoamericanos, con una postura de imparcial en su línea ideológica.

Rousseff también se reunió con Pablo Iglesias, líder del movimiento Podemos, quien fue una de las voces críticas del proceso de impeachment a Rousseff y a la posterior detención de Lula. La gira continuó en Estados Unidos y allí Rousseff dio una conferencia en la Universidad de Berkeley, California, en donde repasó la historia de Brasil desde el golpe de Estado de 1964 hasta hoy.

La gira de la exmandataria por el hemisferio norte cosechó declaraciones de apoyo, entre ellas, las de los líderes de izquierda europeos Jeremy Corbyn, del Partido Laborista del Reino Unido, y de Jean-Luc Mélenchon, candidato por el movimiento La Francia Insumisa. Pero lo que más llamó la atención fueron las columnas de opinión de prensa internacional como The Guardian o El País de Madrid, quienes lanzaron duras críticas sobre el gobierno de Temer y el sistema judicial brasileño.

Acceso restringido

Rousseff tuvo que interrumpir su gira por el norte para visitar a Lula, en la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba, donde Lula está preso desde el 7 de abril, porque se le estaban negando las visitas. Quisieron verlo, y no pudieron, personalidades reconocidas, como el músico Chico Buarque, el Premio Nobel de la Paz, Alfonso Pérez Esquivel y del teólogo Leonardo Boff, que con sus 79 años y un deteriorado estado de salud, esperó durante varias horas en el portal de la prisión y la autorización que nunca llegó.

Rousseff fue a la cárcel el lunes 23 en calidad de expresidenta, estatus que le daría el derecho a ingresar. Sin embargo, al igual que a otros líderes del PT, le negaron la entrada, bajo el argumento de que la jueza Carolina Moura había dispuesto que las visitas debían ser priorizadas para los familiares.
Propiedad
En tercer lugar de la campaña política, de cara a las elecciones, se encuentra Guilherme Boulos, líder de la Central Única de los Trabajadores, del Movimiento de los Sin Techo (MTST) y candidato por el PSOL, quien está liderando la campaña dentro del país y quien en las últimas encuestas se proyecta con un 10% de intención de voto. Boulos tuvo una gran visibilidad luego de que junto con el MTST, ocupara el 16 de abril el triplex que según el juez Sergio Moro Lula recibió a cambio de favores políticos, hecho por el que terminó condenándolo. La ocupación se hizo bajo el argumento de que “si es Lula es nuestro” y que solo el exmandatario podría solicitar el desalojo.

La ocupación generó repercusión ya que por primera vez se pudo visualizar el interior del inmueble: un lugar sin mobiliario y con materiales de bajo costo, que contradice la afirmación de la Justicia de que Lula habría realizado reformas por un costo de 350.000 dólares. El inmueble fue finalmente desalojado por la Policía Federal bajo orden judicial a pesar de que no fue pedido por Lula, quien ya cumple 20 días en la cárcel de Curitiba.

Javier Revetria

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