Puesto de venta de figuritas en 18 de julio / Foto: SdR

“Recuerdo la Croacia de Suker, el Brasil de Ronaldo, la Francia de Zidane, la Argentina de Bati y Piojo López, la Inglaterra de Michael Owen. Ese mundial en Francia fue el que hizo que me empiece a interesar el tema de las figuritas”, contó Marcelo Bulla, un profesor de tenis de 26 años que colecciona álbumes de los mundiales desde Francia 98.

El fenómeno de la colección de figuritas de mundiales tuvo un notorio auge en Uruguay desde la exitosa participación de la selección nacional en el mundial de Sudáfrica 2010. A partir de ese momento, niños, jóvenes y adultos dieron paso a una práctica que se hace cada cuatro años, pero que tiene una larga historia en el país.

Tanto en los espacios públicos como a lo largo de la avenida 18 de Julio, se puede ver el intercambio y canje de figuritas entre coleccionistas y meseros, algo que se ha hecho habitual cada vez que sale a la venta el álbum del mundial. “En la calle, las de Uruguay, Argentina y Brasil se compran más caras. Los jugadores como (Luis) Suárez valen entre 70 y 100 pesos, los demás alrededor de 30. Las brillantes, en algunos lados cuestan 30 pesos, en otros 50. Las legendarias salen 80 pesos”, explicó Bulla.

En este negocio informal también se pueden cambiar las figuritas que faltan, pero existen determinadas reglas. “Los meseros te canjean tres brillantes, tres estadios o tres selecciones por solo una de ese tipo o tres comunes por una común sin ser uruguayo, argentino o brasilero”, dijo Marcelo. A su vez, agregó: “Los jugadores de estos equipos junto con las brillantes, legendarias y selecciones son las más caras. De todas maneras, podés ir a Panini y comprar las que te faltan para completar el álbum, ahí es seguro que tengan todas”.

Panini, la empresa multinacional que tiene los derechos comerciales para la edición e impresión de las figuritas y el álbum del mundial, está en Uruguay desde 1998 y su relación con los coleccionistas fue creciendo torneo a torneo. Nicolás Lerner, representante comercial de la empresa en Uruguay, dijo a SdR que “el álbum es el más exitoso que tiene Panini en Uruguay y el mundo. En el Mundial de Brasil rompimos todos los récords y vendimos 9 millones de sobres de figuritas, lo que nos posicionó como uno de los países con mayor venta per cápita y dentro del top mundial de álbumes completados”.

El público que compra el álbum pasó de estar mayoritariamente en edad escolar a ser un público amplio, de diversas edades y ambos sexos. “Tenemos coleccionistas que van desde los 5 años en adelante. Muchas veces vienen abuelos y compran para ellos y para sus nietos. La gente adulta también las está juntando, no son solo niños en edad escolar. Ver personas de 20, 35, 40 años comprando figuritas es común. Además, aumentó en gran medida el número de mujeres que completan álbumes que son entre un 30 y un 40 por ciento de los coleccionistas”, contó Lerner.

Durante el mundial de Sudáfrica, con el motivo de poner a prueba la teoría de que hay figuritas difíciles y comprobar si Panini imprimía la misma cantidad de figuritas, la Universidad de Ginebra hizo un estudio llamado Panini Mania. La investigación dio como resultado que las figuritas difíciles no existen.

Consultado al respecto, Lerner afirmó que “es un mito”. Según el representante, “Panini imprime la misma cantidad de figuritas de cada número mediante un proceso que está certificado”. Asimismo, indicó que “el sobrado claramente es aleatorio y se distribuye en todas partes”. Las figuritas faltantes se pueden conseguir por su número en los locales oficiales y valen todas lo mismo: 14 pesos.

El desarrollo del proyecto del álbum del mundial es grande y lleva mucho tiempo de preparación. La edición se cierra con anticipación respecto al mundial y esto hace que muchas veces la lista definitiva de los futbolistas que finalmente van al torneo no coincida con los jugadores que aparecen en el álbum. Por eso, Panini ofrece una actualización de las selecciones aunque “no tiene un lugar físico dentro del álbum, es una compensación que da Panini”, comentó Lerner.

Guillermo Corbo

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