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La Comisión Nacional No a la Baja, apoyada por la organización Proderechos, es un colectivo de civiles empeñados en una ardua campaña desde el 2011 en contra de la moción para bajar la edad de imputabilidad de 18 a 16 años.  Si se aprobara la propuesta en el plebiscito que se realizará en octubre, estos menores que tienen problemas con la ley serán castigados con condenas que rigen para los jóvenes a partir de 18 años.  Según quienes no están a favor de bajar la edad de imputabilidad, juzgar a los jóvenes como adultos no es la solución. Han manifestado que la medida puede sobre todo además agravar el problema de la inseguridad.
La Comisión recibió el apoyo de integrantes de todo el espectro político y referentes de otras organizaciones, e incluso algunos se expresaron sobre el tema. Consultado por La Diaria, sobre si el Partido Independiente haría campaña en contra la baja de la edad de imputabilidad, Pablo Mieres afirmó que apoyan la iniciativa porque consideran que la baja va en contra de lo que se espera de cualquier medida tendiente a mejorar la seguridad. Por su parte, la presidenta del Frente Amplio  Mónica Xavier en una nota publicada en Uypress, dijo que si se aprueba el plebiscito, Uruguay estaría violando la Convención sobre los Derechos del Niño y los compromisos asumidos por el Estado ante la comunidad internacional.
La Comisión No a la Baja apuesta a otros tipos de medidas, no tan básicas y simplistas, que ataquen la raíz del problema desde otro lugar. Consideran que llenar las cárceles con gente cada vez más joven  solamente logrará aumentar el rechazo al sistema y las instituciones por parte de los adolescentes, en lugar de impulsar la rehabilitación y  la reintegración  a la sociedad. Exponen que tampoco se trata de que los adolescentes sean impunes, porque actualmente existe un régimen de privación de libertad para menores desde los 13 años. Esto quiere decir que a partir de esa edad los jóvenes ya son responsables penalmente pero cumplen condenas acordes a su edad.
En una entrevista disponible en el sitio web de la Comisión, la vocera de la organización, Fabiana Goyeneche, expresó que en base a diversas investigaciones realizadas y a las experiencias internacionales comparables, aumentar el período de reclusión de los menores no evita que reincidan, ni que siga aumentando la delincuencia. Por lo contrario, esta medida va a potenciar los problemas que hoy en día ya tenemos. Aseguró que si bien es real que hay menores que cometen delitos graves, lo que no es real son las dimensiones con las que esto se maneja. Los delitos cometidos por menores son menos del 10% del total.  Lo que proponen en cambio es buscar soluciones alternativas que apunten a evitar la infracción, y en el caso de los que ya han delinquido, impedir que reincidan. Plantea una paradoja: mientras que la población carcelaria es cada vez mayor, la inseguridad sigue en aumento.
Un ejemplo de las posibles medidas alternativas es la que ha surgido del programa “Apoyo al Egreso”  propuesta por el PIT-CNT. Se trata de darle trabajo de manera controlada a jóvenes que estén terminando de cumplir sus penas. Son acompañados durante todo el proceso, se los ayuda para que a través del trabajo vuelvan a reinsertarse en la sociedad y puedan egresar del sistema penal juvenil de una mejor manera. Goyeneche expuso que esta medida se viene aplicando hace ya un tiempo, y ha demostrado que la reincidencia es prácticamente inexistente.
La vocera de la comisión también se expresó con respecto a las posibles causas de la delincuencia juvenil.  A su entender, son múltiples y son esas fallas del proceso de crecimiento que se debe combatir. En primer lugar, la estructura familiar de una persona en desarrollo es fundamental, y los jóvenes de hoy son criados más por un televisor, o un videojuego, que por sus propios padres. Esta situación tan característica de nuestro tiempo no permite muchas veces que el desarrollo sea integral. Por otro lado hay un problema que se genera a partir de la sociedad vertiginosa, violenta y acelerada en la que estamos insertos. Existe también una desvinculación entre los jóvenes y los adultos en cuanto a la comunicación, a la integración y las oportunidades. Con esto se refiere a que los jóvenes son los más afectados con el desempleo, en la baja remuneración y en la dificultad de acceder a una vivienda.  Todo esto lleva a un quiebre social en el que una de las consecuencias es la delincuencia. Con respecto a la educación de estos jóvenes, señaló que no cree que sea solamente un problema del sistema educativo en sí, sino también un déficit en la contención familiar y la falta de incentivos para retenerlos o motivarlos a permanecer en un institución formal.
Se manifestó también sobre la relación directa que se hace entre el consumo de drogas y la delincuencia. Hizo énfasis en que la situación es mucho más compleja que simplemente decir que estos jóvenes se dedican a consumir pasta base y por eso delinquen. “Eso sería crear un enemigo falso, y por lo tanto, una solución que no es tal”, afirmó.
En una audición radial para el programa No es una día cualquiera, Goyeneche llamó a la reflexión y dijo  que no podemos olvidar que un adolescente es una persona en construcción, y la forma en la que lo ayudemos a construirse es definitoria.
Virginia Leberrié


 

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