Jorge "Loco" Contreras en Racing. Foto: Tefield

En la “vida” deportiva de los jugadores de fútbol, la línea divisoria entre la juventud y la vejez parece ser indefinida. En el medio conviven aquellos jóvenes que recién comienzan su carrera y los más maduros que se acercan a su retiro. De hecho, el fútbol uruguayo posee varios referentes que actualmente superan la tercera, e inclusive la cuarta década de edad. Jugadores como Andrés Fleurquín, Darío Rodríguez o Andrés Scotti, son algunos ejemplos. Otro de los jugadores que  forma parte del “club de los veteranos”, es el actual golero de Racing Club de Montevideo, Jorge “Loco” Contreras.
El “Loco”, que hace días cumplió 43 años, es padre, abuelo, y golero titular del equipo sensación del torneo Apertura. Sus inicios en el fútbol fueron a los diez años, cuando comenzó a jugar en el Club Atlético Cerro. Desde entonces, el fútbol se convirtió en su gran pasión.
Con motivo de su vinculación con el deporte, Sala de Redacción consultó su visión sobre la juventud y la vejez en el fútbol. También recabó otros testimonios, el de Ricardo Piñeyrúa, periodista deportivo y profesor de Educación Física; y el de Eduardo Arismendi, preparador físico de Juventud de Las Piedras.
Lo bueno y lo malo
El “Profe” Piñeyrúa destacó que las principales virtudes de los jugadores jóvenes se relacionan con la mejor condición física que poseen en comparación con los maduros. “Los jugadores jóvenes tienen menos lesiones y mayor explosión (velocidad y potencia) junto a una recuperación más rápida, tanto de lesiones como del esfuerzo”.
Por otro lado, las principales dificultades pasan por la ansiedad de rendir de acuerdo a lo que se espera de ellos y eso puede pesar en su desarrollo, según Piñeyrúa, “hasta el punto de detenerlo”. Entre los veteranos, para el periodista, las fortalezas se vinculan principalmente a la experiencia y a la repetición de circunstancias por la que deben pasar a lo largo de sus carreras.“Logran el mismo resultado que otros con menos esfuerzo, saben cómo correr y cuando hacerlo”.
En relación a las dificultades, la salud es protagonista.“Para los mayores el largo recorrido comienza a dejar secuelas de lesiones, se pierde potencia física y velocidad y puede empezar a jugar el tedio de la repetición”.
El preparador Arismendi coincidió en varios aspectos con Piñeyrúa. “El joven tiene todo para desarrollar desde el punto de vista físico, técnico y táctico”. Agregó que el jugador joven debe tener el respaldo de su familia como pilar principal de su carrera futbolística, ya que existen muchas distracciones cuando se adquiere cierto reconocimiento. “Está el amigo que se te acerca porque capaz que estás ganando algún dinero importante, o porque es bueno salir contigo ya que seguramente las muchachas te van a mirar más si están con un futbolista.Muchos ven al jugador como una salvación”.
Entre los aspectos positivos de los maduros, lo más importante es la experiencia vivida, de partidos, de jugadas aprendidas y de toma de decisiones. En el ámbito personal la familia vuelve a ocupar un lugar de importancia. “Por lo general el maduro ya tiene una vida ordenada, su familia, sus hijos, tiene su lecho más formado y no busca las salidas”, señaló Arismendi.
Por último entre las dificultades, la que ocupa sin dudas el primer lugar, es el deterioro físico que acumula el jugador cuando lleva años dentro de las canchas. Contreras enfatizó en que los principales obstáculos de los jóvenes actualmente son las salidas nocturnas y la ambición con la que se encuentran cuando adquieren reconocimiento público. “Hoy a los jóvenes les gusta salir a bailar, que no está mal, pero hay tiempo para todo. Se preocupan por tener su propio autito primero, y yo por ejemplo nunca pensé en eso, en lo primero que pensé cuando gané mi primer sueldito fue en comprarme mi casa, que hoy la disfruto con mi familia”.
La idiosincrasia uruguaya
Consultados sobre el comportamiento de la sociedad uruguaya en relación a los jugadores maduros, los entrevistados plantearon posturas diferentes.
Para Contreras los jugadores maduros que actualmente están en actividad, por algún motivo siguen rindiendo, y uno de ellos es la vida ordenada que seguramente tuvieron.“Si vos no rendís la gente va a pedir tu retiro, pero si vos les rendís ellos te tienen que respetar como jugador”.
Piñeyrúa también coincidió en que el rendimiento de los jugadores es clave para que tengan la aceptación de la gente. “En Uruguay juegan jugadores mayores porque rinden en un medio deprimido por la ausencia de los mejores jugadores que se encuentran en la franja de los 25 a 30 años”.
Según el preparador de Juventud de Las Piedras existen dos clases de jugadores maduros: los que vienen del exterior y los que juegan en el medio local.
Entre los jugadores que vuelven al medio local, luego de un pasaje por el extranjero, están aquellos que la gente piensa que vuelven al país “a tirar los últimos cartuchos” y aquellos otros que regresan como ídolos, como el caso de Álvaro “Chino” Recoba o el de Antonio Pacheco en su momento; en esos últimos casos, para Arismendi, la gente es un poco más compasiva.
Entre los jugadores que militan en el medio local, existe el grupo de los que juegan por necesidad, calificados por el propio preparador como futbolistas “sacrificados”, y el grupo de los que lo hacen por placer. De todas maneras, como conclusión final, para Arismendi “el público uruguayo castiga bastante al jugador maduro”.
Tiempo de recambio
El recambio generacional en la selección uruguaya, es un cambio sumamente positivo, ssegún los entrevistados.
Parael “Profe” Piñeyrúa la selección ha cambiado permanentemente, no de manera brusca, pero sí buscando la integración de nuevos jugadores de manera paulatina.
El “Loco” Contreras coincide con la apreciación y además consideró que todo el ciclo de la selección de Tabárez fue muy bueno. “El director técnico siempre quiere hacer un recambio, hay algunos jugadores jóvenes que están pidiendo cancha”.
Arismendi afirmó que el recambio es muy bueno. “El fútbol es muy dinámico, la cédula y la trayectoria hay que dejarlas de lado”. Agregó también que el director técnico de una selección es específicamente un seleccionador, ya que no debe encargarse de entrenar con los jugadores a diario, y eso conlleva a un menor involucramiento con ellos.
Consejos y percepciones
Sobre la figura de Contreras, Piñeyrúa confesó admirar el caso porque considera extraordinario su rendimiento en relación con su edad. “Es cierto que los arqueros sufren menos el peso de la edad, en ellos la experiencia es más importante que la respuesta física, pero me parece bárbaro  que sigan jugando. Además le hace muy bien a los chicos jóvenes que comparten con ellos el trabajo y el juego”.
Arismendi conoció a Contreras personalmente cuando fue preparador físico de Racing en 2013, y al momento de dar una opinión sobre su persona, al igual que Piñeyrúa, destacó la admiración que siente por el golero. “Jorge es un ejemplo al trabajo, al sacrifico, al tipo que quiere, al profesional, al que va a entrenar en una moto. Estoy orgulloso de haber trabajado con él”.
Contreras, por su parte, exhortó a los jóvenes que pretendan tener una larga vida futbolística, como ocurre en su caso, a salir a bailar lo menos posible ya que “la noche a la larga te pasa factura”. Además, el estudio curricular debe ser esencial en la vida de cualquier jugador y tiene que complementarse a la faceta futbolística sin ser excluido.
En relación a sus planes futuros, el arquero no tiene la intención de retirarse por el momento y pretende seguir jugando hasta que el físico le siga rindiendo. “Trato de disfrutar el día a día y después se verá si sigo jugando uno o dos años más y cuando me toque dejar el fútbol me gustaría seguir vinculado al tema desde el ámbito que sea,  como director técnico, entrenador de arqueros, o de cualquier otra manera”.
El caso de Jorge Contreras, sumado al de otros jugadores, es un claro ejemplo de que el rendimiento de un jugador en la cancha es solo una cuestión de actitud.
Ana Rodríguez
 
 

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