La Asociación Uruguaya de Pádel (APP) anunció el 4 de noviembre el cierre de su participación en el XVI Mundial Absoluto de Pádel. La selección nacional viajó a Dubai, donde se presentó con los equipos femenino y masculino y terminó en el puesto 11 de 17 países clasificados. Actualmente hay 45 países en competencia y 17 calificados con deportistas de alto rendimiento en un certamen que se realiza cada dos años. Diego Miller, presidente de la APP, explicó a Sala de Redacción que, “ante la realidad deportiva” de Uruguay, el desempeño “no está mal”, pero se mantiene la aspiración de posicionarse entre los cuatro y ocho mejores, que es lo que se ha conseguido “históricamente”. Las selecciones de Argentina y España fueron las ganadoras del torneo. En masculino Argentina marcó un 2 a 1 contra España y en femenino las españolas ganaron la final con un 2 a 0 contra Argentina.

La entrenadora de la selección femenina, Claudia Fernández, contó a Sala de Redacción que la APP cubrió las inscripciones de las jugadoras al mundial y también la estadía, vestimenta y gastos de transporte. Para la entrenadora, la federación avanzó en este sentido y los recursos son “bien utilizados”, lo que posiciona a Uruguay con la capacidad de “pelearle” a “potencias”, aunque el circuito nacional siga siendo amateur. En términos de equidad de género, Fernández también recalcó que “se le da lo mismo” a la selección femenina y a la masculina, a pesar de que esta última tenga muchos más circuitos de jugadores activos.

Más allá de la participación concreta en el mundial, Miller explicó que, por año, unos 100 jugadores de pádel representan a Uruguay en competencias internacionales. La disciplina, que va congregando a más aficionados año a año, ha podido crecer profesionalmente en el país con jugadores dedicados exclusivamente al deporte. Miller sostuvo que la APP asumió ser anfitriona de tres eventos internacionales este año, entre los que se encontraron las eliminatorias sudamericanas del femenino. Además, contó que desde la APP se “aspira” a que nuestro país sea anfitrión del torneo panamericano el próximo año, con una competencia de 18 equipos.


En la cortita
Según la Federación Internacional de Tenis (ITF), el “paddle” se originó en México en 1992 a través de una adaptación de una cancha de frontón en la casa de un particular, Enrique Corcuera. Las reglas oficiales del deporte indican que debe ser jugado en una cancha de 10 metros de ancho por 20 de largo, en los que se incluyen paredes de 6 metros de altura, donde la pelota puede rebotar múltiples veces antes de que los jugadores la envíen a la cancha contraria. El deporte se juega mayoritariamente en equipos de a dos, con paletas similares a las raquetas de tenis y los partidos generan un ritmo dinámico con sets cortos, en los que la pelota no se detiene en ningún momento.

Independencia internacional

En términos de participación general, Miller puso como referencia a España, donde hay más federados en pádel que en tenis, y la creciente atención de sponsors permite que los jugadores ganan 90.000 euros por partido. A raíz del desarrollo del deporte, la Asamblea General Anual de la ITF, realizada este año en Glasgow, emitió una propuesta para integrar el pádel en los estatutos de la federación, así como a otras posibles disciplinas derivadas del tenis.

La iniciativa no consiguió los votos necesarios en la propia ITF, pero destacó el nivel de competencia generado por la disciplina. La Federación Internacional de Pádel (FIP) emitió un comunicado en el que caracterizó la estrategia por parte de un grupo de la ITF como un intento de adquisición “hostil” y destacó el apoyo desde sectores como la Asociación de Jugadores Profesionales de Tenis. Para Miller, que también ocupa el cargo de asesor general de la FIP, hubo una “buena gestión” y destacó que el pádel funciona como organización independiente desde hace más de 30 años y viene creciendo de manera “inmensa”.

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