Noche de Cortos. Foto: Guillermo Rodríguez

Trencito. Gente moviendo las caderas al compás. Vino a treinta pesos. Coreografías que se remontan al mejor momento del Pop Latino. Un cuidacoches descollado en pasos de plena. Mochilas en el piso. Bancos corridos contra un rincón del salón. Otra Noche de Cortos de la Liccom.
Era viernes, y horas antes el local bailable era ocupado por alumnos que, sentados en sus bancos, pedían la hora cual partido que se alarga más de lo que se quiere. Ahora, en el patio se desplegan mesitas y sillas, y hay vasos decorados con velas desperdigados por todos los rincones. En una esquina, se expiden bebidas espirituosas y de las otras. De la cantina salen pizzas. “¡Vendimos veinte!”, dice Augusto Vicente, de la Asociación de Estudiantes de Ciencias de la Comunicación (AECCO), cuando la gente llega a pedirle y “ya no quedan más”. Esta es la mejor Noche de Cortos hasta ahora, dice. “Está lleno de gente, nunca hubo tanta”. Y tiene razón. No se sabe a ciencia cierta si es porque empiezan los primeros calores, o porque Peñarol sigue en la Sudamericana, o porque recordamos que “Uruguay es el mejor país”, pero la realidad es que hay mucha gente y el clima de fiesta está latente.

CORTOS. La Noche de Cortos no solo es fiesta loca y bailongo, sino que -sorpresa- pasan cortos. Los de esta noche en concreto son producto del Curso de Ficción del Trayecto Cine y Audiovisual, del cuarto -y último- año del Instituto de Comunicación. Cerveza, vino y pizza suplantan al clásico pop acaramelado, y el lugar donde siempre se proyectan presentaciones en Power Point sobre Barthes, Saussure, Levi-Strauss o la macroeconomía, ahora es una sala de cine no convencional.

“Surgió el año pasado cuando entró un grupo nuevo a la Comisión de Cultura que quiso crear una instancia donde los estudiantes pudiéramos mostrar lo que realizamos y compartirlo con los compañeros”, comenta Cecilia Ortiz, de AECCO. Si bien las Noches de Cortos ya existían, decidieron reinventarlas de alguna manera. El año pasado hubo ocho, este año van cinco. Se hacen cada 15 días, la próxima fecha es el 17 de octubre y la temática será el No a la Baja. “Este año implementamos las noches temáticas, tuvimos No a Aratirí”, fiscal Enrique Viana incluido, “tres de No a la Baja , y la inaugural a principio de año con los cortos de Lenguaje Audiovisual 2013”. Se busca que sean producciones realizadas o con alguna participación de los estudiantes del Instituto, o de carreras de Comunicación de otras casas de estudio.

Noche de Cortos. Foto: Guillermo Rodríguez

Los cortos exhibidos en esta edición fueron La Mochila, de Rodrigo Echaniz, Manos, de Natalia Revello, Prueba de Sonido, de Matteo San Martín, Pietro, de Diago Amir, y Adorcaz, de Ángel Cardozo. Entre una y otra proyección se invitaba a los realizadores presentes a comentar la experiencia y contestar preguntas: desde manifestaciones de espectadores maravillados a dudas más técnicas. La actividad que da nombre a la Noche de Cortos llegó a su fin. Todo preparado entonces para Buena Pregunta, banda de covers liderada por una cantante, que hace temas de los Doors, entre otros.
“La instancia está genial porque los compañeros de Comunicación tienen la oportunidad de mostrar lo que hacen. También es positivo en cuanto a la integración, porque la gente se ve en otro lugar además de las clases. Es en el patio, y está bueno el vínculo que genera con la Asociación, eso lo vemos muy positivo nosotros que estamos adentro”, agrega Paulina Cingia, también de AECCO. La Noche de Cortos para Cecilia “tiene esa esencia de encontrar un espacio dentro del Instituto, donde yo, estudiante de Comunicación, tengo mi lugar para mostrar mi creación. Y eso es fundamental. Creemos que empieza por casa, para después ir saliendo a lo que es el exterior”.
CRECE. La actividad fue mutando. Al comienzo, además de los cortos había bandas en vivo, “un día no teníamos banda y dijimos ‘bueno, ponemos un DJ’, y después pasamos a ‘banda y DJ’”, recuerda Cecilia. “Nosotros vemos noche a noche que hay un público permanente”, afirma, pero como reza la máxima de Rosa María Juana Martínez – o Mirtha Legrand, “Chiqui” para los íntimos- “el público se renueva”. Hay gente de otras facultades y la convocatoria varía según la temática y el público al que se apunta, asegura.

Esta edición fue marcada por ser la fiesta pre-ELAC (Encuentro Latinoamericano de Comunicación), que va a realizarse en Córdoba esta semana. En el patio y con una botella de cerveza en mano, Franco, un estudiante, comenta: “Como no puedo ir a Córdoba, aprovecho ahora, estoy muy emocionado”. A su lado, César dice que es su primera Noche de Cortos, agrega un: “la verdad, muy rica la pizza. Me enteré por whatsapp”, y demuestra que la fama de la Noche de Cortos no conoce límites. Guillermo, otro compañero, acota que “la banda estuvo buena”. Franco, de acuerdo con el comentario, afirma: “muy buena organización por parte de AECCO, esta estuvo mejor que la anterior a la que vine”. “¡Por las mujeres!”, lo interrumpen a su alrededor, rugido mediante. “La vez anterior había poca gente. Ahora hay más gente y está llena de amigos”, finaliza, ahora sí, y se van al salón 1, donde el cuidacoches sigue dando cátedra de baile. Nada que envidiarle a Cinemateca ni a un miércoles de salsa en Azabache.

Rocío Castillo

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