“Es a partir del cuerpo atravesado por el deseo, o al revés, a partir del deseo que atraviesa el cuerpo, que nos vamos poniendo en un lugar”, escribió Pablo Tortoriello en una de las primeras cartas que recoge Ante todo, buenas tardes. Conversaciones trasnfronterizas sobre política, feminismo y rengura. Editado por Sujetos.uy, un portal cultural y editorial uruguayo, el libro es una recopilación de textos epistolares entre Pablo Tortoriello –argentino, escritor, bailarín, pintor– y Luisina Castelli –uruguaya, antropóloga– en pandemia. 

El libro tiene una búsqueda inicial: que “charlemos sobre las cosas que nos pasan”, dijo Castelli a Sala de Redacción. Los cinco capítulos del libro están constantemente invadidos por el deseo de hablar, de dialogar y de intercambiar sobre lo que los atraviesa. Allí se refleja el sentir de Castelli en su condición de mujer y de Tortoriello en su “rengura” -como él define a su discapacidad-, el lugar de cada uno de ellos en el mundo, sus corporalidades, cómo los atraviesa el arte, los conceptos de poder y el nuevo desafío de la pandemia. Al final de cada capítulo hay un plus: ilustraciones de Tortoriello en las que resaltan el color y el movimiento.

“La idea era hacer un artículo”, expresó el escritor y pintor. No sabían si sacar la conversación en forma de capítulos sueltos o si publicarlos como una unidad. De una cosa surgía otra y el diálogo creció hasta que, al final y con la ayuda de la diseñadora María Clara Alonso, el intercambio epistolar se transformó en un libro.

¿Cómo te presentarías? 

“Qué pregunta complicada”, empezó Tortoriello. Castelli, por su parte, comentó: “Me parece que es una pregunta que anima a pensar quiénes somos”.

Ella se presentó como alguien de Paysandú, que estudió antropología y que trabaja como docente e investigadora; es blanca, cisgénero, cuenta en su cuerpo con “manchas que a los ojos de algunas personas me podrían situar en el lugar del negro”. En el libro escribió: “Algunas personas se reconocen negras, también hay quienes militan una identidad marrón. Bueno, yo me pienso y me siento manchada”. También se enuncia como hermana de una mujer con discapacidad.

Él se presentó como un varón cis heterosexual de 52 años que vive en Argentina. Es militante y también artista, “o al menos lo intento”. Se relaciona de múltiples maneras con el arte: baila, escribe y pinta. Tiene parálisis cerebral: “soy discapacitado, o diverso funcional, o rengo”, comentó. Desde 2011 publica en su blog Historias desde la llanura, y desde 2017 pinta. “El por qué, es una buena pregunta, creo que es una forma de militancia, de hacer algo que la gente no espera que haga yo”, enfatizó. Cerró su presentación: “como ves, soy muchas cosas, como todo el mundo”.

Castelli contactó a Tortoriello en 2018 luego de ver sus obras. “A veces no tengo ganas de hablar, pero con paciencia me convenció”, dijo. Para la antropóloga su vínculo “es curioso” ya que se conocen sin conocerse, debido a que solo se han visto desde la virtualidad.

El proceso

El primer capítulo del libro es un inicio interferido por una situación impensada y que pasó a permear, en cierta medida, el diálogo entre ambos. Comenzaron a intercambiar a finales de 2019, cuando la pandemia aún no se asomaba en el horizonte; más tarde, con la covid-19 golpeando las puertas, el ida y vuelta sufrió una pausa: “cuando no estaban dadas las circunstancias, no escribíamos”, contó Castelli. En el segundo capítulo, la pandemia se volvió un tema no planeado pero que les hizo repensar las situaciones personales y ajenas: “de repente, aparecieron otras formas de poner el cuerpo y también otras formas de poner el mundo en esta parte del mundo, que no se parece a otras partes”, escribió Tortoriello.

Es un libro que, además, no relata únicamente los momentos de encuentro, sino también los desencuentros; dejaron plasmada la interpelación, las distintas maneras de pensar sobre lo que le pasaba a uno mismo y al otro. “La postura del otro interpela, cuando el otro opina sobre cosas que una ha vivido y lo que una siente”, subrayó Castelli. Para el artista, el intercambio “fue estimulante”. A la antropóloga, por su parte, el proceso la atravesó de distintas maneras: “por momentos [me sentía] emocionada, copada con lo que estábamos haciendo; por momentos un poco extrañada de lo que poníamos y cómo lo van a leer”.

¿Qué rescatan del libro?

“Nos lo tomamos en serio y nos involucramos mucho, y al final de todo le quisimos poner un poco de humor”, relató Castelli sobre este texto que empezó como artículo y terminó como libro. Si tuviera que rescatar algo del resultado final, dijo que el humor sería uno de los elementos porque a veces hay que quitarle “un poco de entidad a las cosas” y permitirse “ser interpelados”. Sobre eso mismo, el artista rescató el intercambio, el “poder pensar a dos cabezas” y dijo que espera que con el libro se puedan “abrir un par de cabezas”.

“Hemos planificado para dentro de un tiempo encontrarnos”, escribieron en el prólogo del libro. “Será un encuentro en medio del río. Cada uno irá en un bote, lentamente, para no agitar las aguas. Nos saludaremos con protocolo y diremos «ante todo, buenas tardes»”, concluye el texto.

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