Presentación del tercer informe sobre la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud. Foto: Sitio oficial de Presidencia.

Se presentó en la Torre Ejecutiva la tercera Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud, impulsada por el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Instituto Nacional de Evaluación Estadística (INEED).

Santiago Soto, director  del INJU, dijo que se trata de  “una encuesta que hace una apuesta grande a tener un conocimiento muy amplio sobre cuál es la situación de los adolescentes y jóvenes en el Uruguay”. Entre otros temas, el estudio presenta datos sobre constitución del hogar, educación, migración, empleo y salud.

En 2013, año en que se realizó la encuesta, se constató que para entonces trabajaba el 47,9 por ciento de los jóvenes -tomando como referencia las edades entre 12 y 29 años-,  de los cuales un 4,8 por ciento eran de entre 12 y 14 años aunque legalmente no esté permitido. Ya en la encuesta de 2008 se había destacado que, por lo general, cuando se integran al mercado laboral siendo menores de edad lo hacen en condiciones en las que no se protegen sus derechos laborales.

El 28,5 por ciento de los jóvenes entre 15 y 19 años han tenido una primera experiencia laboral con duración de más de tres meses. Aumenta el porcentaje a medida que aumenta la edad: un 80,2 por ciento de jóvenes de entre 20 y 24 años ha trabajado más de tres meses y entre jóvenes de 25 a 29 años un 96 por ciento. “A medida que aumenta la edad y el ingreso, hay mayor cantidad de jóvenes que tuvieron una primera experiencia laboral”, resumió Soto.

En cuanto a diferencias por sexo, los varones que han trabajado más de tres meses en algún momento son el 59,4 por ciento, en cambio las mujeres son un 53,2 por ciento. Ante la pregunta sobre cómo consiguieron el primer empleo, dos terceras partes de los jóvenes lo hicieron a través de conocidos, amigos o familiares, en segundo lugar a través de la “colocación de avisos y concursos” y en tercer lugar a través de consultas directas al empleador. “Es un dato muy significativo para nosotros”, dijo Soto.

Además, aseguró que una de las preocupaciones que surge de los resultados de la encuesta es que los jóvenes empiezan a trabajar más tarde y dos tercios de ellos lo hacen en el sector informal. Se suma la problemática de que consiguen el empleo a través de sus vínculos más cercanos, donde se da cierta estratificación. Por eso agregó: “Programas de primera experiencia por sorteo, como “Yo estudio y trabajo”, cobran más sentido para romper esta cuestión de las redes a las que están atados los jóvenes para conseguir su primer  trabajo”.

Los dos motivos principales por los que trabajan los jóvenes son para ayudar al hogar o para independizarse (80 por ciento). Entre los jóvenes pertenecientes al primer quintil de ingreso per cápita, es decir los de menores ingresos, 48,5 por ciento lo hace para ayudar al hogar. En cambio, en el quintil de mayor ingreso, solo un 19,2 por ciento trabaja por este mismo motivo.

La encuesta cuenta también con algunas preguntas de opinión como por ejemplo “si pudiera dejaría de trabajar para dedicarme exclusivamente a la familia”. Hay más mujeres que están de acuerdo con esta afirmación (26,9 por ciento) que los hombres (24,3 por ciento), aunque la distancia no es tan grande.

Al preguntar si “debería haber más mujeres en puestos jerárquicos”, tres cuartas partes de los jóvenes están de acuerdo: un 66,8 por ciento de los hombres y 86,6 por ciento de las mujeres. “La percepción que tienen las mujeres de que deberían ocupar más puestos jerárquicos es bastante más alta que la percepción que tienen los hombres. Eso también habla positivamente respecto a las esperanzas de trabajar desde la identificación de las demandas de las mujeres”, agregó Soto.

A partir de esta encuesta, se busca recabar información para el desarrollo de políticas públicas vinculadas a los jóvenes y, según el director, el estudio va a tener por lo menos cinco años de vigencia. Mariana Melgar y Mariana Fernández, integrantes del equipo técnico del INJU que realizó el formulario de la encuesta y también el informe que se presentó en Presidencia, dijeron a Sala de Redacción que “esta encuesta sobre adolescencia y juventud se hizo de una submuestra de la Encuesta Continua de Hogares, que es la más importante que hace el INE anualmente, porque la muestra que se toma es muy grande”. Y agregan: “En este caso se contó con el apoyo del BI, porque es una encuesta muy costosa en la que se relevaron 3.824 casos”.

El equipo técnico del INJU tomó en cuenta las variables sexo, edad, quintiles de ingreso per cápita y región para considerar a los jóvenes de todo el país. Los datos se pueden desagregar por Montevideo y resto del país, pero no a nivel de cada departamento.

Fernández concluyó: “Estos son los primeros resultados, después en el correr de todo el año se van a hacer cuadernos temáticos para profundizar y a partir de ahí se van a poder hacer políticas públicas más focalizadas”.

Camila Pereira

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