En pleno siglo XXI, con todos los avances tecnológicos en el mundo y en medio de una pandemia global, el trabajo tuvo que amoldarse a la nueva normalidad a distancia, e incorporar nuevas técnicas para que las rutinas laborales no se vean afectadas. El teletrabajo se incrementó y muchas empresas tuvieron que optar por esta opción para no enviar a sus empleados al seguro de paro y poder seguir con sus actividades.

En nuestro país, estos cambios obligaron a que el Instituto Nacional de Estadística (INE) tenga que agregar en la Encuesta Continua de Hogares (ECH) el indicador “Teletrabajo y la incidencia del teletrabajo efectivo”, que desde abril a agosto del 2020 muestra un descenso del 9.9%. En agosto el 9.4% de los ocupados declararon haber realizado teletrabajo en la semana anterior, cuando en abril este indicador marcaba un 19.3%.

Sala de Redacción habló con el economista Rodrigo Ceni, quien planteó que a partir de marzo se debió tener en cuenta otros datos -como la modalidad de trabajo- para poder decir cómo se vio afectado el empleo en el país. “Lo que hizo el INE fue comenzar a preguntarle a sus encuestados si ellos hacían teletrabajo antes, o si empezaron a hacer teletrabajo a partir de marzo de este año; eso arrojó un porcentaje mayor a 19% de la población empleada”, sostuvo el economista.

En abril de este año ingresó a la Cámara de Senadores un proyecto de ley presentado por la legisladora colorada Carmen Sanguinetti, con trece artículos para regularizar el teletrabajo. El proyecto acompaña la realidad actual del país, otorgándole las condiciones y marco regulatorio de esta modalidad de trabajo inminente, que debe garantizar los derechos y obligaciones de las partes en la relación laboral.

Aunque el teletrabajo ofrece una mayor flexibilidad de horarios, hace al mismo tiempo más difícil definir la jornada laboral. Por eso uno de los puntos que trata la ley es el “derecho a desconectarse”, que garantiza el tiempo de descanso y de vacancia del trabajador. Además de ser oportuno, dicho proyecto ratifica los principios del Derecho Laboral.

Al proyecto inicial se le agregaron dos aditivos en su articulado, uno referente a los “principios rectores y directrices” y otro a la “seguridad e higiene”. También se marca la obligatoriedad de registrar mediante acuerdo firmado por escrito entre el trabajador y el empleador un mutuo acuerdo donde ambas partes, entre otras cosas, se comprometen a la modificación permanente de la modalidad de trabajo presencial a la de teletrabajo.

En la exposición de motivos del proyecto de ley, la senadora argumentó que “el teletrabajo es una realidad en Uruguay desde hace muchos años. Desde 2010, el INE y la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información (Agesic) realizan la Encuesta de Uso de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (Eutic) que indagan acerca del acceso y usos de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en Uruguay. A partir de ella, sabemos que en 2016 existían aproximadamente 100.000 teletrabajadores en Uruguay. A su vez, más de 550.000 trabajadores reportaron haber respondido correos electrónicos laborales fuera del horario de trabajo”.

Consultado al respecto, Ceni opinó que “a priori, una ley que regule este tipo de contratación parecería no afectar demasiado en términos de cantidad de trabajadores que puedan pasar al teletrabajo. Hasta marzo de este año no se hablaba mucho de teletrabajo, se hablaba más bien de categorizaciones del trabajo, qué tareas requerían procesos mecánicos y cuáles procesos cognitivos. Recién a partir de marzo se empezó a hablar de tareas que se podrían realizar a distancia”.

Diferentes puntos de vista 

Aunque el Frente Amplio se muestra afín el proyecto de ley, no está del todo de acuerdo con la iniciativa porque considera que no están contempladas todas las partes. El senador Oscar Andrade advirtió durante la discusión en el Senado: “¿Quién paga los costos del teletrabajo? El teletrabajo no puede ser una forma de abaratamiento empresarial, y que por lo tanto los costos de los insumos del trabajo carguen a cuenta del trabajador.” “Sabemos que nuestra opinión es polémica y que algunos senadores opinan diferente, pero en términos de la igualdad a la hora de la negociación del contrato de trabajo, seguimos creyendo que el trabajador parte de una condición desigual”, concluyó el senador frenteamplista. 

Ceni coincidió con Andrade y afirmó que en principio esta ley desconoce la desigualdad de poder y pone en igualdad de condiciones al empleador y empleado, que deben negociar todo: “¿quién se hace cargo de las condiciones laborales en las que se debe trabajar? ¿Quién se hace cargo del monitor, la computadora, una buena silla, una buena mesa y asegurar la comodidad y las buenas condiciones laborales del trabajador? Esa es la principal discusión”.  

Sanguinetti mencionó en una entrevista en DelSol FM que se terminó de discutir con el Ministerio de Trabajo el tema de los insumos, ya que no sólo hay que respaldar al empleado, si no a la fuente de trabajo. La senadora mencionó que muchas de estas empresas son pequeñas o medianas, y no cuentan con la liquidez suficiente para proveer a todos los empleados del equipamiento necesario para el trabajador, por lo tanto, lo primordial es mantener la fuente laboral. “Si nos pasamos de rosca con las exigencias, puede ser muy peligroso para un país como Uruguay. Siempre puede ser peligroso, pero en este contexto de recesión y de gran incertidumbre puede serlo aún más”, resumió la senadora.  

El proyecto de ley se encuentra actualmente en la Cámara de Representantes (ingresó el 3 de noviembre). Luego de recibir a varias delegaciones, la Comisión de Trabajo y Seguridad Social de esa cámara resolvió reunirse de manera extraordinaria el pasado 01 de diciembre, donde se solicitó una prórroga de 90 días a partir de lo planteado por el Instituto Cuesta Duarte y el PIT – CNT. También se hicieron las gestiones correspondientes para recibir en las próximas sesiones al Consejo Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo (CNSST), con el objetivo de que expresen su opinión y expongan el impacto del teletrabajo en la salud laboral.

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