Este viernes 19 de mayo el Teatro Solís presentará uno de los eventos culturales más relevantes del año: el estreno de la ópera Madama Butterfly (1904) del compositor italiano Giacomo Puccini, con libreto escrito por Giuseppe Giacosa y Luigi Illica. La obra es reconocida como una de las más destacadas del repertorio lírico a nivel mundial.

La iniciativa tiene un doble propósito: por un lado, “convocar a expertos y al público de ópera” y, por otro lado, “generar un nuevo público” con “el atractivo de estos títulos poderosos” que son interpretados por “músicos y cantantes locales, quienes cuentan también con el apoyo y refuerzos provenientes del “extranjero”, expresó María Inés Obaldía, directora de Cultura de la Intendencia de Montevideo (IM). Su intervención ocurrió en una conferencia de prensa que se hizo en Allegro Café en la que también participaron la directora de Promoción Cultural de la IM, Débora Quiring, el director de la Orquesta Filarmónica de Montevideo y director musical de la obra, Martín García, así como integrantes del reparto y del equipo que trabajarán tras bastidores para llevar a cabo la puesta en escena. 

En la conferencia, Quiring transmitió que se está apostando por alianzas que hasta hace poco tiempo “hubieran sido impensables debido a la pandemia” y que en el caso de la nueva producción de Butterfly, se creó una alianza con el Teatro Dramático Nacional de Maribor, de Eslovenia, desde donde proviene la escenografía. Además, explicitó por qué se decidió apostar por el italiano Puccini: “Hace 15 años que no integraba la programación del Teatro Solís”, dijo, y subrayó que, por tanto, el “proyecto lírico” del teatro de la “ciudad de Montevideo” está “dialogando de igual a igual” con “teatros europeos de su dimensión”. En relación a la puesta en escena, Quiring hizo énfasis en la visión artística que se ha plasmado porque, si bien es “tradicional”, apuntó que se ha basado en “tecnología, proyecciones y diseño gráfico”, lo que ha permitido crear una obra “con una gran belleza plástica”.

Alessandra Di Giorgio, la soprano que interpretará a Cio-Cio-San (apodada Butterfly), fue consultada sobre la demanda del papel y la intensidad requerida para ensayar durante veinte días su rol protagónico. “Lo primero que hay que hacer es administrar las fuerzas y la energía, y poder administrarse a sí misma como cantante”, sostuvo. También hay que administrarse “forma técnica” para el rol y se “prepara” el cuerpo para “realizarlo” en el escenario tanto durante los ensayos cómo después de escena.

Asimismo Di Giorgio opinó que lo más crucial al momento de “cantar” es saber “cuál es la condición de tu alma en ese momento” y “si tu alma está preparada para estar allí y hacer una interpretación” que esté llena de “todas esas emociones”, que “como artista involucran al rol”. “Si lo haces de una forma más fría y controlada será más sencillo, pero en realidad la presencia de la condición del alma en este personaje [Cio-Cio-San] es muy importante”, afirmó.

Alessandra Di Giorgio como Cio-Cio-San en el Teatro Lirico di Cagliari en 2021

Por otra parte, el barítono uruguayo Alfonso Mujica, que interpretará al personaje Sharpless, manifestó que “el verdadero protagonista en la ópera Madama Butterfly es la orquesta”. Según el artista, Puccini ha creado una “obra maestra” en la que cada detalle que sucede en el texto está descrito en la música. Desde la hora del día hasta los sonidos “exóticos”, la “naturaleza” y “los sentimientos” de los personajes son plasmados en la acción de la orquesta. También señaló el uso del leitmotiv, una técnica musical en la que cada “personaje tiene un motivo de conducción” que Puccini comienza a “entrelazar y aislar a lo largo de la obra”. Esta técnica muestra “claramente” la influencia del compositor alemán Wilhelm Richard Wagner en la composición de Puccini. 

Mujica expresó que esto “demuestra” que la orquesta es un campo de trabajo “fundamental” en la ópera, y su “habilidad” para “plasmar las emociones y la trama”; es una “muestra de su importancia en la obra”. En este sentido, se refirió a la capacidad de la música de Puccini para evocar “imágenes visuales” en la mente del oyente. Según el artista, al “cerrar los ojos” y escuchar “una obra como Madama Butterfly”, es posible “visualizar todo lo que ocurre en la trama”.

A su vez, señaló que la industria discográfica tuvo “mucho éxito durante 100 años gracias al público de ópera”, que “consumía discos y podía disfrutar de la ópera en su propia casa”. Para el barítono, “la ópera entra en la mente del oyente a través del oído y luego por la vista”, y ha llegado a nuestros días gracias a la “conservación de la partitura”. También se refirió a su preocupación por el momento actual, donde “lo visual parece contaminar todo” y “hay una generación que prefiere la película al libro”. Según Mujica, “éstas personas no se dan cuenta de que en el libro tienen muchas maneras de hacer su propia película en su cabeza”, sentenció.

¿De qué trata Madama Butterfly?
Tal como reseña en su sitio web el Teatro Solís, narra —con la expansión europea de comienzos del siglo XX como telón de fondo—, el encuentro entre un oficial de la Armada estadounidense, Benjamin Franklin Pinkerton, y una joven japonesa llamada Cio-Cio-San. El tío de la joven, el monje budista Goro, ha arreglado su matrimonio con Pinkerton, aunque él sabe que las leyes japonesas permiten la anulación de este compromiso. A pesar de esto, Cio-Cio-San, enamorada, lo toma como un compromiso de por vida y abandona el budismo para adoptar el cristianismo. En la boda, Goro la maldice por esta decisión. Consumado el matrimonio, Pinkerton vuelve a su país y se casa con Kate, mientras que la joven japonesa lo espera con el hijo fruto de su noche de bodas y rechaza casarse nuevamente, como le exige su tío. Cuando el cónsul estadounidense, Sharpless, intenta comunicarle a la joven que Pinkerton regresa ya casado, descubre la existencia de ese hijo. Se acuerda que Cio-Cio-San entregue al niño para ser criado por la pareja estadounidense, algo que ella hace antes de suicidarse. Pinkerton llega tarde para impedir el trágico desenlace.

La ópera Madama Butterfly es un ejemplo de la expresión del denominado “orientalismo”, sostiene Marita Fornaro Bordolli, miembro del Centro de Investigación en Artes Musicales y Escénicas del Departamento de Ciencias Sociales del Centro Universitario Regional Litoral Norte de la Universidad de la República en una reseña publicada en la web del Solís. Fornaro considera que la visión de Occidente sobre Japón ha evolucionado a lo largo del tiempo. Esta transformación tuvo lugar tras la apertura de Japón al exterior, durante la llamada Revolución Meiji a mediados del siglo XIX, que convirtió al país de un régimen feudal y agrario en una potencia mundial durante la Segunda Revolución Industrial. Esta nueva actitud hacia el Imperio, que cambió cuando “Japón se unió a la Alemania nazi”, generó la corriente conocida como “japonismo”, presente en la pintura y la música.

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