Foto: Facebook del Centro de Estudiantes Magisterio



Los estudiantes de Magisterio regresaron esta semana a sus clases luego de la ocupación que mantuvieron en la institución durante más de un mes. La medida de protesta respondió a las disposiciones que tomaron las autoridades del Consejo de Formación en Educación (CFE) y el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) sobre sus prácticas.
La desocupación se realizó el martes a la noche, las prácticas en las escuelas se retomaron el miércoles, y el jueves comenzaron las clases teóricas en los Institutos Normales de Montevideo (IINN).

Una de las integrantes del Centro de Estudiantes de Magisterio (CEM), Martina Rodríguez, habló en representación del Centro y explicó a SdR cuál fue la raíz del conflicto y a qué acuerdo se llegó con las autoridades. Según lo que relató, el conflicto surge a partir de la publicación de la Circular Nro 9 por parte del CEIP el 5 de febrero de este año. La misma realiza modificaciones en las compensaciones económicas que reciben los docentes adscriptores, limitando las mismas a los maestros “que tengan como mínimo dos alumnos” y a directores que tengan “a partir de dieciséis practicantes”, según indica el documento en su primer punto.

A partir de esta circular, “las maestras se declaran en conflicto, dicen que no nos van a recibir en las escuelas y nosotras decidimos en asamblea no concurrir a las prácticas como forma de apoyo”, explicó Rodríguez. Y agregó que si bien hay algunas estudiantes que realizan sus prácticas de a una, la mayoría las hacen de a pares o de a tres. Argumentó que ser dos practicantes por maestra adscriptora dificulta los tiempos que tiene cada estudiante para desenvolverse en las tareas, y que “esta disposición las obligaba a agruparse para que el salario de las maestras se mantuviera”. La circular, “aparte de ser un ataque contra las maestras y sus condiciones laborales, es un ataque a nuestra formación”, resumió la estudiante.

Desde el inicio de la ocupación -el 3 de abril-, hubo varias instancias de negociación entre el CEM junto con la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM), y el CFE y el CEIP, a partir de las cuales se lograron modificaciones en la circular, especialmente la que deja sin efecto la disposición de eliminar los salarios de las maestras con una estudiante asignada.

Por otra parte, el CEM había solicitado la habilitación de dos escuelas más de prácticas y, en principio, un máximo de dos practicantes por maestra. “Cuando vimos los números de cómo estábamos distribuidas en la clase, a pesar de que ya había caído la circular, había muchas escuelas en las que estábamos de a tres y a nosotras nos habían asegurado varias veces de palabra que no iba a ser así”, explicó la practicante, por lo que el CEM resolvió continuar la ocupación hasta que el Consejo diera por escrito una garantía de la habilitación próxima de las escuelas y de los cupos.

Tras el anuncio de este lunes de la habilitación de la Escuela 90 en Boulevard Artigas y General Flores y la 57 de La Teja, ese mismo día el Centro resolvió la desocupación (que se realizó al día siguiente).

Aunque el conflicto que desencadenó la ocupación fue resuelto, la estudiante afirma que aún quedan puntos por resolver. “Primaria sigue defendiendo que el óptimo por clase es dos, y nosotras lo que pedimos es el 1,5; cada tres practicantes dos maestras, para que nosotras, que hacemos tres rotaciones por año, podamos estar en algunas rotaciones de a uno y en otras de a dos por clase. Ese es el conflicto principal”, expresó. Por otra parte, anunció que el CEM formó una Comisión de Práctica desde la que se insistirá en este punto de los cupos por maestra para el año entrante, y cuyo próximo objetivo es “trabajar la lucha presupuestal, planificarla y coordinar con el resto del movimiento estudiantil el reclamo del 6 por ciento de presupuesto para la Educación Pública en esta Rendición de Cuentas”.

Consultado por SdR acerca de los motivos del conflicto, el consejero del CEIP Héctor Florit expresó que, a su entender, los reclamos de los estudiantes “no tenían fundamentos”, ya que “tener dos estudiantes por maestro forma parte de la historia de la práctica formalista en el Uruguay” y “eso nunca ha sido un problema”. Sin embargo, Florit no se expresó sobre la cancelación de los salarios de las maestras que establecía en un principio la Circular Nro 9. El Consejero entiende que “hay una incomprensión de la medida adoptada por el Consejo y a partir de ahí se genera el conflicto”.

Florit argumentó que el CEIP entiende “muy favorable” la práctica entre pares a nivel pedagógico. Además, justificó la normativa ya que si se adjudica un estudiante por maestro adscriptor “obviamente las escuelas no alcanzan y hay que abrir una enorme cantidad de escuelas que no son de prácticas y cuyos directores no tienen una formación específica”.

El consejero manifiestó que su preocupación es asegurarse de que “las escuelas que van a recibir practicantes tengan efectivamente los mejores adscriptores y los podamos preparar con tiempo, evitando lo que pasó el año pasado con escuelas de prácticas que no tenían practicantes, y escuelas que no eran de práctica y tenían muchísimos. Es una cuestión de ajuste”, aseguró. Sobre la ocupación, dijo que “ahora queda por resolver cómo se recupera este tiempo” en las prácticas docentes.

Abril Mederos

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