Cristian Alarcón en Buenos Aires. (Archivo 2010). Foto: Carolina Soler publicada en http://www.scielo.org.ar/.

Nació en Chile, pero desde que tiene seis años vive en Argentina. Se licenció en Comunicación Social en la Universidad de la Plata allá por los años ochenta. Trabajó 20 años para Página 12, semanario Crítica y la revista TXT. Publicó “Si me querés, quereme transa”, producto de una investigación de cinco años sobre narcos peruanos en Argentina, entre otros libros.
Comprender, interpretar y ser críticos ante los acontecimientos, además de seguirlos muy de cerca fue el primer consejo de Cristian Alarcón durante su taller en el Encuentro Latinoamericano de Estudiantes de Comunicación, desarrollado en Córdoba en octubre. Acto seguido reivindicó el oficio del periodista como un trabajo intelectual.
En una charla anterior, Alarcón decretó la muerte de la información: entiende que es fácil de conseguir, lo realmente importante es qué hacer con ella y cómo construir sentido al leerla. Pero para esa construcción hay que ser un ávido lector: “sin experiencia en lectura no hay mirada”, dijo Alarcón. Y agregó que la praxis colectiva y política son la mejor amiga para la construcción de esa mirada.
Según él, los periodistas se caracterizan por su dosis de curiosidad, ansía de aventura y valentía; por ser lectores de literatura -aunque entiende que escasea-; y ser grandes tenaces. Además, deben tener una extraordinaria conciencia de sí y del otro.
Alarcón fue muy crítico con los actuales planes de estudio de comunicación, y resaltó sus grandes carencias. “¿Qué hace falta?” -se preguntó- “¿Conocimiento sobre la gramática o lingüística de la tecnología? No tenemos sujetos formados en comunicación que comprendan las lógicas de los que crean las tecnologías”. No sólo no existe relación con las nuevas tecnologías, sino que tampoco la hay con las nuevas plataformas hacia donde va la comunicación.
No hay pensamiento en cuanto a la relación literatura y periodismo, por lo que ve una crisis entre escritura y lectura. Los egresados “salen de la facultad sin saber escribir, y tienen que ir a talleres para aprender a poner punto y coma”. Alarcón sostuvo que las facultades son muy buenas en la teoría, pero hacen agua en la práctica.
En Anfibia, su revista de crónicas en formato digital, está desarrollando la figura lector-autor, ya que lo entiende como parte de una “lógica de dinamismo absoluto que tiene la tecnología”. Según el periodista, nosotros somos protagonistas de una nueva década. El cambio está a nuestro alcance, de lo contrario, “nos vamos a aburrir mucho si todo sigue igual. Y el periodismo es el oficio más divertido del mundo”.
Lucía Piñeyro
Link de Anfibia: http://revistaanfibia.com/

 

 

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