El comité ejecutivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol dio a conocer en marzo pasado el nuevo gabinete que estará al frente del fútbol uruguayo hasta diciembre de 2026, bajo el mando de Ignacio Alonso. Dentro del mismo está Carlos Manta (con un cargo de confianza del actual presidente de AUF), cuya función será la de representar a las SAD en el fútbol uruguayo.
Pero ¿qué son las SAD? Las Sociedades Anónimas Deportivas son una forma relativamente nueva que las instituciones tienen de hacer frente a sus proyectos y desafíos tanto deportivos como económicos en el mundo del fútbol. 

Todo comenzó en España cuando en octubre de 1990 el gobierno decretó la llamada Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte. En sus inicios, la ley define este formato institucional como “nuevo modelo de asociacionismo deportivo que persigue, por un lado el favorecer el asociacionismo deportivo de base, y por otro, establecer un modelo de responsabilidad jurídica y económica para los Clubes que desarrollan actividades de carácter profesional”. Luego aclara en su artículo 19 que las SAD “tendrán como objeto social la participación en competiciones deportivas de carácter profesional y, en su caso, la promoción y el desarrollo de actividades deportivas, así como otras actividades relacionadas o derivadas de dicha práctica”. 

En Uruguay, la forma jurídica llegaría el 20 de junio del 2001, día en el que se publica el decreto 223/001 en el marco de la Ley N°17.292 del Registro de clubes deportivos. Regulación de las Sociedades Anónimas Deportivas. Desde sus artículos 66 hasta el 83, el decreto especifica la composición general de las SAD, sus limitaciones y restricciones, finalidades, inscripciones a federaciones deportivas, entre otros.

La primera SAD en nuestro fútbol fue Deportivo Maldonado, equipo que fue intervenido económicamente a fines del 2009 por el empresario inglés Malcom Caine. Con el pasar de los años, este modelo institucional fue tomando popularidad entre los clubes del fútbol uruguayo ya que permite que inversionistas, tanto individuales como grupos inversores, apuesten su capital en proyectos deportivos que, además de ayudar al crecimiento de una institución les generen un rédito económico a futuro.

Las diferencias con el resto de los clubes 

Arturo Heber, abogado especializado en Derecho Deportivo y Estrategias de Negociación, explicó a Sala de Redacción que una de los motivos principales por el cual un club decide convertirse en SAD es la exoneración de impuestos, mientras que las asociaciones civiles no están eximidas.

El caso de mayor popularidad en Uruguay y que marca un antes y un después en las SAD del fútbol uruguayo es la llegada del City Football Group, más conocido como Grupo City. Una asociación fundada por el jeque de Emiratos Árabes Unidos Mansour bin Zayed Al Nahayan y Khaldoon Al Mubarak, presidente del Manchester City de Inglaterra, equipo insignia del grupo del cual la asociación toma su nombre.

El Montevideo City Torque es una de las tantas instituciones que el Grupo City posee alrededor del mundo. Su fundación se da en el año 2007 bajo el nombre de Club Atlético Torque, pero con la llegada del City Group el 6 de abril de 2017, la institución realiza la conversión de la forma jurídica de asociación civil a Sociedad Anónima Deportiva. El club cambiaría de nombre a Montevideo City Torque en enero del 2020.

La apuesta realizada por el Grupo City en el Club Torque no solo trajo consigo diferentes objetivos a nivel deportivo e institucional, sino que las inyecciones de dinero que realiza el grupo año tras año dan sus frutos en otros planos como lo es la infraestructura. Gracias a la llegada del Grupo City, Torque hoy goza de instalaciones deportivas al nivel de los mejores clubes de América y del mundo, objetivo que a los equipos conformados como asociación civil les cuesta mucho lograr.

Heber explicó a Sala de Redacción que existen tres caminos posibles para que una institución deportiva se constituya como SAD: “que se constituya como Sociedad Anónima Deportiva desde cero. Que siendo Asociación Civil realice una transición de forma jurídica a Sociedad Anónima Deportiva. O que una Asociación Civil se transforme en SAD a través del proceso de escisión, especificado en el artículo 4 del Decreto N°223/001”.

En cuanto a las restricciones, Heber sostuvo que no está permitido que un mismo inversor, extranjero o uruguayo, posea acciones en más de una SAD que pertenezca a la misma competencia. Por ejemplo: si un inversor cuenta con acciones en Montevideo City Torque, el mismo no puede tener acciones en otro club como Deportivo Maldonado salvo que tenga menos del 1% en cada una de las SAD. Heber aclaró que las SAD son vistas como un “tipo comercial distinto” desde el marco legal y que estas mismas se comportan de manera diferente en comparación con las sociedades anónimas tradicionales. Las SAD son “una sub-especie de las anteriores”, aclaró.

Al día de hoy, el fútbol uruguayo cuenta con 25 clubes que poseen esta forma jurídica: seis equipos en primera división, nueve en la segunda división y diez en la tercera. En total, el 54% de los clubes de nuestro fútbol son Sociedad Anónima Deportiva, mientras que el otro 46% permanece en condición de Asociación Civil.

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