(RE)PENSARSE











Foto: Semanario VOCES


 
El Frente Amplio (FA) se reclama un debate ideológico de cara a la posibilidad de un nuevo gobierno. Muchos dirigentes coinciden en que es necesario que existan espacios legitimados de encuentro en y entre los distintos sectores que componen la fuerza política. En este momento, ¿cuáles son los espacios de discusión y generación de acuerdos que tienen los frentistas?
El FA no es un partido político; es una coalición de partidos donde se cruzan diversas ideologías, valores y proyectos de país. Algunas diferencias son negociables, generan consenso más o menos rápidamente, con más o menos costo político para los sectores; pero otras diferencias son profundas y el diálogo originario que caracterizó al FA en su nacimiento hoy parece estar ausente, o al menos profundamente deteriorado.
A esto se le agrega que se está a la mitad del segundo gobierno y parecería ser que, a grandes rasgos, las propuestas que llevaron a la fuerza a la conducción del país ya se implementaron. ¿Se estaría llegándo a un agotamiento de propuestas e ideas necesarias para la elaboración del próximo programa de gobierno?

En diálogo con SdR, Juan Castillo, vicepresidente del FA, dijo que cuando se escriba la historia sería justo recordar el primer gobierno de izquierda como aquel que revirtió y redujo “un gran problema social” y promovió la inclusión. Castillo caracteriza este segundo gobierno como aquel que avanzó en la “inclusión de derechos”. Entre ellos destaca el matrimonio igualitario, el proyecto de consumo libre de marihuana, ley de despenalización del aborto (aunque reconoce que no debe ser la definitiva y es necesario seguir avanzando para “una real despenalización”), y el derecho a la vivienda, entre otros

Foto: Diario El Heraldo

Para un tercer gobierno frenteamplista, su vicepresidente considera que la clave debería estar en una mejor redistribución de la riqueza. “A pesar de que el Uruguay está bien, los dos deciles más altos de nuestra población se apoderan del 50% del PBI, mientras que los dos deciles más bajos sólo se sobreviven con el 5,7%. Ese Uruguay que está mejor sigue siendo tan desigual como antes”. El programa que será presentado a la población en las elecciones de 2014 ya comenzó a gestarse y está siendo trabajado por decenas de comisiones que mostrarán a la dirección política de la fuerza “cuántas cosas ya se hicieron, cuáles faltan, dónde estamos trancados”, según informó Castillo.
En esta oportunidad, con dos gobiernos en su haber, el FA deberá ser cuidadoso a la hora de afirmar en su programa puntos al que no adhieren los candidatos que ocuparán las bancadas y que permitirán, o no, concretar los proyectos. En este segundo periodo se dieron al menos dos situaciones de extrema tensión con legisladores de la bancada oficialista. Castillo defendió la libertad de pensamiento y de opinión, pero afirmó que “lo que no se puede hacer es tomar decisiones violando acuerdos políticos”, haciendo referencia principalmente al caso del diputado Víctor Semproni con la anulación de la ley de amnistía, y a Semproni y Eduardo Lima con la despenalización del aborto. Ambas propuestas estaban en el programa de gobierno del FA.

De las discusiones

Al ser el FA una coalición de partidos, el espacio de debate existe a nivel de sectores, al igual que los espacios de discusión ideológica y formación de cuadros políticos. Pero a nivel del FA (toda vez que la coalición perdió totalmente la condición de movimiento) estos espacios casi no existen, o están muy despoblados y faltos de fuerza. Juan Castillo reconoció que esto es un riesgo para la formación de los jóvenes, que al estar íntegramente desarrollados en su sector, pueden perder la identificación frenteamplista. Pensando en el futuro, esto provocaría aún más dificultades a la hora de generar acuerdos políticos y cogobernar. Lo que podría derivar en que los temas no se discutan y resuelvan a nivel de partido de forma profunda. Algo de esto sucede al día de hoy y se puede ver en las claras divergencias e incongruencias que se muestran a nivel del Ejecutivo y Legislativo.
¿Qué espacios son los encargados de trabajar con esas diferencias a fin de continuar el proyecto común de frente político? Además de la militancia y los ámbitos orgánicos del FA, el espacio que analiza y propone mirando al FA como un todo y que está funcionando como generador de conocimientos de izquierda es la Fundación Líber Seregni (FLS). Si bien no es parte orgánica del FA, la Fundación, que nace en 2006, se plantea entre sus objetivos generar elementos que colaboren a la “toma de decisiones por los grupos políticos”. Lo logra generando debates, encuentros, aportes teóricos y reflexiones ideológicas que abarquen desde los “temas relevantes tanto para la doctrina política general como para la definición de posturas políticas en cuestiones específicas”, según dicen en su web. La FLS intenta recordarle al FA un aspecto que hoy parecería estar olvidando: la necesaria discusión entre sectores y la formación de cuadros políticos frenteamplistas.
Castillo comparó la situación de formación de los cuadros dentro del FA, y el rol que podría jugar la FLS en este sentido, con el PIT-CNT. Dijo que, mientras en la central obrera el Instituto Cuesta Duarte funciona como un espacio de formación priorizada entre todos los sindicatos, en el FA sucede a la inversa. Parecería ser que “cada partido y movimiento prioriza sus espacios de formación, de preparación de los cuadros, más que el FA en su conjunto”. A su vez, adelantó que se está en un momento de rever el lugar que se le da a la FLS y que la actual dirección del FA está comprometida a que deje de ser un espacio que mantiene simplemente tareas “de investigación, seguimientos y pesquisas, para integrarla al módulo de formación política de sus cuadros”.

De la “renovación” generacional y la participación de los jóvenes

Si tomáramos como válida la idea de que en el FA no existen ámbitos de discusión a nivel de partido, ¿dónde se forman los jóvenes militantes? Aquellos sectorizados lo hacen en el ámbito propio de su sector, siendo la identidad frenteamplista cada vez más desdibujada. Otros espacios que pueden ser formativos, además de la militancia, son los ámbitos de gobierno. Pero el FA no se ha caracterizado en los últimos años por tener una representación joven al frente. Según destaca Constanza Moreira, “el primer gabinete de Vázquez fue el más envejecido de toda la historia del país, superando los sesenta años como promedio. Aunque este gabinete se cambió a inicios de 2008, el envejecimiento de los líderes y militantes del FA constituye un motivo de preocupación constante entre los frenteamplistas[1]”. Hoy día el consejo de ministros promedia los 58 años, la presidencia del FA bajó su promedio, sin embargo se encuentra cerca de los 55 años. Castillo dijo que el envejecimiento de los mandos políticos es un reflejo de lo que es el país, de la baja natalidad. De todas formas reconoció que aún falta mucho y que se está comenzando a dar espacio a los jóvenes “integrándolos más a los ámbitos de dirección del FA, a la Mesa Política, las Coordinadoras y las distintas estructuras”.
Otra forma que ha encontrado el partido para incorporar a los jóvenes fue validar el espacio virtual como ámbito natural de militancia. Su vicepresidente confesó que los comité de base no siempre están preparados o son espacios que congenien con la forma de participar del joven de hoy. El FA tiene ahora un espacio llamado “Frente Amplio en línea” y que fue creado para “vincularnos con esos sectores donde hay mucha juventud que tiene otra forma de participar y que no estaban dispuestos a ir un martes o miércoles de noche al comité de base a escuchar un informe o debatir”. A su vez, en la web del FA se creó un espacio llamado Red Frenteamplista en Internet, donde se crean foros de discusión entre los usuarios que estén registrados. Según luce en la portada del espacio, su función es “brindar herramientas de comunicación y organización para los militantes y simpatizantes frenteamplistas”. Estas han sido hasta ahora algunas de las estrategias que encontró la coalición de partidos para darle lugar a la participación de los jóvenes.
Joaquina Sanguinetti


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