A MOVER EL SIETE


De mantenerse la media electoral actual y haber un ballotage, los votos en blanco (7%) tendrán un carácter definitorio en las próximas elecciones.
La media electoral es el promedio de la intención de voto registrada por las distintas empresas encuestadoras en un mismo mes o tiempo político.  Para obtener este promedio se toman investigaciones que se hayan realizado sobre la base de metodologías y técnicas de relevamientos compatibles entre sí.  Los márgenes de error de este guarismo están en el entorno del 3%. El análisis –elaborado por la empresa DATA/MEDIA- tomó las investigaciones de las consultoras Factum, Cifra y Equipos Mori.
A un año de las internas, el promedio de intención de voto para el FA es del 43,6%, mientras que para el Partido Nacional es de 23,6%, de 15,3% para el Partido Colorado y de 1,7% para el Partido Independiente. Los datos más significativos son los que se obtuvieron en cuanto a indefinidos y votos en blanco. Los indecisos descendieron del 21% al 15% respecto a valores del mismo período en el año anterior. Sin embargo, el voto en blanco o anulado se mantuvo firme en el 7% respecto a julio de 2012.
Esteban Perroni, director de DATA/MEDIA, dijo a Sala de redacción que le llama la atención que “ninguno de los actores políticos de primera línea hayan reparado en la importancia de estos datos”. Tomando en cuenta que la media electoral tiene un 3% de margen de error sobre los valores promedios y, de mantenerse la tendencia que esta investigación plantea, un escenario de elecciones con segunda vuelta podría resultar negativo para el actual partido de gobierno. Si el ballotage se celebrara el próximo fin de semana y la preferencia de voto se ubicara dentro del rango inferior de la media electoral para el Frente Amplio (42,3%) y dentro del rango superior (40%) para los partidos tradicionales, no habría empate técnico. Ganaría el Frente Amplio.
Pero hay que tomar en cuenta todos los posibles escenarios. Perroni comentó que “habiendo un movimiento que permita que alguien logre nuclear la fidelidad de los votos en blanco”, os resultados podrían ser otros.
Además agregó que “el perfil del voto en blanco indica que es una elección mayoritariamente de frenteamplistas”. Un antecedente importante de este dato radica en que el 18% de los que votaron el lema Frente Amplio en octubre 2009,  recurrieron al voto en blanco en junio de 2010, en las elecciones departamentales. El perfil de estos votantes se definió en su momento como personas que estaban entre los 30 y 50 años de edad, profesionales y de nivel socioeconómico medio y medio alto. Fue un voto altamente politizado y no un voto de descrédito al sistema democrático, que a veces se supone en te tipo de pronunciamientos.
No son buenas noticias para el partido de gobierno: “si el 7% se corre para una opción u otra en el ballotage, no hay duda de que gana el que se lleva esos votos”, afirmó Perroni.
Analizando visiones más particulares: según publicó El Observador el viernes 16 de agosto, la consultora Cifra divulgó los resultados de su última encuesta de intención de voto. Sus resultados dan un 37% del electorado a favor del Frente Amplio. El Partido Nacional acapara el 19%, el Partido Colorado el 14% y el Partido Independiente el 2%. Respecto a la medición de noviembre de 2012, de los votos perdidos por el Frente Amplio, el 23% se inclinó hacia la opción “no sabe/no contesta” mientras que el 5% manifestó que votaría en blanco o anulado. Para Luis Eduardo González, director de Cifra, dentro de esta porción de votantes “hay más votos para la oposición”. “Es difícil estimarlo con precisión, no una montaña, pero seguro que ahí hay algunos más votos ara el conjunto de la oposición que para el Frente”.
Sean cuales sean los valores reales, parece detectarse un descontento de los votantes frenteamplistas, que los actores políticos deberían empezar a tener en cuenta.
Mariana Ripoll

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