Tras la reunión presencial que el Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) mantuvo con Presidencia de la República el miércoles 16 de junio en la Torre Ejecutiva, se dio la culminación de una etapa, que tuvo sus vaivenes, pero también grandes aportes de parte de la comunidad científica a la epidemia que le tocó y toca enfrentar a Uruguay.

La retirada del GACH genera preocupación frente a la situación crítica que enfrenta el país respecto a la covid-19, ya que todavía no está bajo estricto control, al haber entre 285 y 397 pacientes en cuidados intensivos, entre 20 y 45 defunciones diarias, según los datos correspondientes al periodo que va desde el 19 de junio hasta el 28 de junio. 16.588 son los casos activos diarios -de los que se perdió por completo el hilo epidemiológico-, según la última cifra anunciada por el Sistema Nacional de Emergencias en el informe de hoy, 28 de junio. 

Si bien la campaña de vacunación es el motivo por el que los casos diarios, las defunciones y los pacientes en Centro de Tratamiento Intensivo (CTI) han disminuido los últimos días, todavía se está a la espera de alcanzar la famosa inmunidad de rebaño, que consiste en el 70% de la población vacunada con dos dosis.  

Con el fin de conocer la labor del GACH durante los 14 meses de pandemia, las presiones que sufrieron y el reconocimiento otorgado a sus integrantes, Pablo Cohen, escritor e hijo de Henry Cohen -uno de los coordinadores del grupo-, decidió escribir el libro Todo un país detrás, que saldrá a la venta el próximo viernes 2 de julio y contó con la colaboración de Patricia Kolesnicov, escritora y periodista argentina. 

En él se reunió material exclusivo sobre el GACH a través de entrevistas a los tres coordinadores, que abordaron la relación con el gobierno nacional y la “nueva normalidad”, y se acompaña de testimonios de la mano de científicos, políticos -Luis Lacalle Pou y Álvaro Delgado-, artistas y futbolistas. Va desde un prefacio del periodista argentino Carlos Pagni hasta el poema de retirada del murguista y compositor uruguayo Raúl Castro.

Pablo Cohen dijo a Desayunos Informales este 28 de junio que Rafael Radi, coordinador general del GACH, le aseguró: “No era el mejor momento para irse, pero era el mejor momento dadas las circunstancias”. 

88 informes y 5 conferencias

El GACH se formalizó un mes y dos días luego de que el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, anunciara los primeros cuatro casos de la covid-19 en el país. En su primera conferencia de prensa, el día 21 de mayo de 2020, el GACH planteó como objetivo principal “el asesoramiento científico de calidad” en conexión con el panorama internacional con el fin de “asistir las tomas de decisiones gubernamentales”. Es más, recalcó que su rol era el de asesorar, no decidir.

Desde un principio fijaron cuatro criterios: progresividad, regulación, monitoreo y evidencia científica, al considerarlas esenciales para lograr un avance, del confinamiento voluntario a “la nueva normalidad” –etapa actual que consiste en la reapertura de las actividades sociales, laborales y educativas-. El equipo lo integraron los médicos Rafael Radi, Henry Cohen, coordinador del área de salud, y Fernando Paganini, coordinador del área de ciencia y tecnología de datos.

Si bien fueron las caras visibles del grupo, contaron con alrededor de 55 colaboradores que los asesoraron para realizar sus informes y recomendaciones. En las reuniones que mantenían semanalmente con el Poder Ejecutivo transmitían los informes, para que luego las autoridades decidieran qué medidas sanitarias iban a ejecutar. Transición UY fue el nombre del grupo que integraron el GACH y las autoridades del gobierno, y el encargado de articularlo fue el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Isaac Alfie.

Constituyeron dos grandes áreas de asesoramiento: la de salud, para equilibrar el control del virus tanto a nivel individual como colectivo e ir camino hacia “la nueva normalidad”, según comentó Henry Cohen en la primera conferencia de prensa, y la de ciencia y tecnología de datos, donde a través de “herramientas informáticas”, “modelos matemáticos y estimaciones”, contribuyeron a combatir la epidemia, explicó Fernando Paganini.

El área de salud se dividió a su vez en cinco subgrupos: aspectos biomédicos básicos, atención primaria, especialistas, intensivo y asesoramiento de medicina legal y derechos humanos.* Según señaló Cohen, los efectos de la covid-19 son “multidimensionales”; es por ese motivo que dentro del área de salud hubo variadas especialidades: biofísica, virología, epidemiología, inmunología, geriatría, ginecología, pediatría, psiquiatría, entre otras.

El área de ciencia y tecnología de datos estuvo constituida por cuatro equipos: datos para vigilancia, movilidad y apps, modelos y proyecciones y muestreo y análisis estadístico.* A su vez, dentro del grupo coordinador principal del área de ciencia y tecnología de datos, además de los ya mencionados, estaban el ingeniero e informático de la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (AGESIC), Javier Barreiro, y el doctor Andrés Ferragut, profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad ORT.

Además de los diversos subgrupos, tanto del área de salud como de ciencia y tecnología de datos, contaron con investigadores y académicos para llevar a cabo en conjunto la gestión del GACH. El equipo mantuvo una fuerte vinculación con la Universidad de la República, la Universidad ORT e institutos que se dedican a la investigación, tales como el Instituto Pasteur de Montevideo y el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable. A su vez, se relacionó con diferentes instituciones del Estado, como el Ministerio de Salud Pública y de Educación y Cultura, AGESIC, el Instituto Nacional de Estadística, la Intendencia de Montevideo y la OPP.

A fines de mayo de 2020, en la primera conferencia de prensa, Radi destacó que la estrategia eficaz para el país, al no contar aún con las vacunas, era “evitar los contagios”, y para lograr eso era necesario “el distanciamiento físico sostenido” de dos metros entre personas, en conjunto con el “uso correcto del tapabocas, la higiene personal y ambiental, buena ventilación de los espacios [cerrados] y tiempos de exposición los más acotados posibles”. Además, resaltó que había que priorizar los espacios al aire libre para disminuir, así, “el riesgo de contagio”.

Desencuentros

Si bien aquel 16 de abril el GACH cumplía un rol fundamental en la gestión de la emergencia sanitaria y sus sugerencias eran escuchadas y aplicadas por el gobierno nacional, a fines de diciembre de 2020 y principios de enero de 2021 comenzó a darse la ruptura con las autoridades nacionales, quienes se distanciaban cada vez más de lo recomendado por el GACH. De hecho, la última conferencia del grupo fue el 16 de diciembre de 2020, mes en que se dio la primera ola de la covid-19. 

La primera medida ejecutada fue la reapertura de las escuelas rurales a fines de abril de 2020, debido a que los niños y las niñas “se enferman levemente y transmiten poco la enfermedad“, por lo que “el impacto del cierre de las escuelas sobre el desarrollo de la enfermedad es muy bajo”; pero sí habían otros impactos “desde el punto de vista educativo, social, nutricional y de salud mental”, explicó Cohen a los medios en la primera conferencia de prensa.

Sin embargo, el GACH sugirió implementar el teletrabajo en el sector privado en un documento publicado el 21 de diciembre de 2020, medida que el presidente Luis Lacalle Pou decidió no ejecutar. Optó en cambio por el teletrabajo en oficinas públicas, la cancelación de todos los deportes en espacios cerrados, el cierre de bares y restoranes a las 00.00 horas -aunque luego lo extendió hasta las 2.00 horas-, las restricciones al derecho de reunión, el aforo del 50% en las unidades interdepartamentales y el cierre de fronteras desde el 21 de diciembre al 26 de enero de 2021.

“Para fines del mes de diciembre habría de 110 a 150 casos en CTI y posiblemente el doble de casos y de ocupación de camas para fines del mes de enero”, indica el documento que publicó el GACH el 12 de diciembre de 2020. Y así fue: el 15 de enero de 2021, un mes después de lo estimado por el GACH, hubo 116 personas en CTI; sin embargo, en el mes de febrero las cifras disminuyeron, aunque volvieron a subir en marzo: la última cifra del mes fue 339 personas en CTI. 

En su quinta y última conferencia de prensa, el 16 de diciembre de 2020,  Radi dijo: “Uruguay está en su primera ola, no habíamos tenido ninguna primera ola aún por el conjunto de medidas que desde el punto de vista sanitario, científico y social habían sido desarrolladas con un nivel de éxito alto durante los primeros siete meses de la pandemia”.

Entre marzo y noviembre de 2020, Uruguay era considerado a nivel mundial como un país que había gestionado con “éxito” la pandemia; sin embargo, la situación empezó a complejizarse en el mes de diciembre: etapa veraniega, con mayor movilidad e incluso celebración de fechas festivas. Lo que los expertos del GACH referían en su primera conferencia -“Tenemos poco nivel de infectividad, pocos pacientes en general, pocos internados y por suerte pocos fallecidos”-, fue lo contrario a lo que sucedió desde diciembre de 2020 a mayo de 2021: la curva fue en ascenso, al igual que las defunciones, casos diarios y pacientes en CTI.

Blindar abril, blindar mayo

El GACH fue un equipo de científicos que trabajó honorariamente para orientar a la ciudadanía ante tal situación de incertidumbre. También intentó evitar que se llegase a “la fase de transmisión comunitaria masiva” (TC4), a la que finalmente se llegó en el mes de abril de 2021. 

El 23 de julio de 2020, en la segunda conferencia de prensa, Radi subrayó que los esfuerzos del GACH, del sistema sanitario y científico y de la acción del Estado estaban orientados a “mantener el curso de la epidemia en la fase que la tenemos ahora y que de ninguna forma nos pase a una fase de transmisión comunitaria masiva”, anticipar “ lo que puede pasar y no correr a la epidemia detrás”, porque “se pierde el rastreo y al perder el rastreo, se pierde el control sanitario de la enfermedad”.

En abril fue la segunda ola de covid-19, considerado el mes más crítico y decisivo de la pandemia; era el momento de poner en off la llave general. Las personas en CTI fueron más de 500, los casos activos sobrepasaron los 30.000 y los diarios, en promedio, fueron 3.500. Sin embargo, el dato que generó más impacto fue que hubo 1.609 defunciones, una cifra que superó las muertes ocurridas durante los 10 meses de pandemia de 2020, en donde se llegó a 1.012. Es más, la ola golpeó con mayor fuerza en el mes de mayo: 1.663 defunciones y más de 4.000 casos diarios. No se “blindó” abril y tampoco mayo, meses en que la saturación del sistema sanitario estuvo al límite.

Quizás el desborde de estos dos meses se hubiera podido evitar si el gobierno nacional hubiera acatado las medidas que el GACH había plasmado en su informe del 7 de febrero de 2021, cuando anunció que debían tomarse medidas sanitarias de alto impacto ante un posible escenario de TC4: “Aumento de los contagios que derive en un crecimiento sostenido de los casos” y en “limitaciones en la capacidad de respuesta”.

En una entrevista con Telemundo, el 31 de marzo de 2021 Radi explicó: “Estamos en el estado situacional más grave”, según los parámetros de la Organización Mundial de la Salud, vinculado con “la transmisión comunitaria del virus y la capacidad de respuesta del sistema sanitario”. En ese marco sostuvo que era el momento de “tener el conjunto de medidas más amplias que permitan empezar a reducir la transmisión viral con el cometido de disminuir la morbimortalidad y la saturación de los centros de salud”. “Blindemos abril, propongamos abril como nuestro objetivo”, “bajando los casos” y “sobre todo llegar al invierno con un nivel bajo control”, concluyó.

La gota que rebalsó el vaso tuvo que ver con el descontento del GACH ante las declaraciones del presidente Luis Lacalle Pou en entrevista con la periodista Blanca Rodríguez en Subrayado, el 2 de junio de este año, en la que afirmó que se tomaron 24 medidas de las 27 que había propuesto el GACH en su informe del 7 de febrero. Según el presidente, las que no se tomaron fueron la prohibición de “circulación nocturna de 00.00 a 6.00 horas”, “cortar la circulación interdepartamental”, mientras que “el cierre de restoranes” fue una medida tomada a medias, ya que en realidad se redujo el horario.

Según expresaron fuentes del GACH al diario El País, eso no fue lo que en verdad ocurrió, sino que Luis Lacalle Pou realizó una “lectura antojadiza” del documento y no tomó en cuenta medidas como la suspensión del deporte -torneos profesionales y amateurs-, la limitación del tiempo de atención al público de comercios no esenciales, la implementación del teletrabajo en el sector privado y la petición de que en las reuniones sociales participaran solo quienes conviven. Asimismo, tampoco se realizaron campañas de comunicación con el fin de “evaluar y monitorear” el “nivel de adhesión a las medidas adoptadas” y “el nivel de cumplimiento de las obligaciones”, recomendaciones que fueron realizadas en el documento de febrero. Los integrantes del GACH, por tanto, consideraron que hubo más medidas sin tomar que tomadas. 

“Sabíamos que eran las reglas del juego, pero esperábamos menos soberbia y calumnias. No hay malestar por egos, sino por falta a la verdad tergiversando datos reales”, concluyó otro miembro del GACH, quien decidió mantener su nombre en reserva en diálogo con El País. Aún persisten dudas respecto a la interpretación de un mismo documento y las medidas que el gobierno nacional decidió tomar en cuenta y las que no. Hubo un cierto “desacople entre la ciencia y la toma de decisiones”, comentó Radi al semanario Búsqueda

¿Y junio?

Es aún una incógnita. Si bien han disminuido los casos activos, las personas en CTI y las defunciones, la situación es crítica, ya que se sigue “lamentando un número significativo de muertes y eso es preocupante”, dijo el virólogo e investigador uruguayo Gonzalo Moratorio a Montevideo Portal. La salida del GACH deja un sabor amargo respecto al devenir, ya que la epidemia de la covid-19 no es un tema resuelto. Además, el país acaba de entrar en el invierno, cuando se da generalmente un aumento de enfermedades respiratorias.

A su vez, cabe la posibilidad de que ingrese una nueva variante al territorio conocida como Delta, originada en India, que según explicó Moratorio a Montevideo Portal es “más transmisible que la variante Alfa”, surgida en Inglaterra, y “podría presentar mayor severidad en caso de riesgo y hospitalización, siempre pensando en personas que no están inmunizadas”.

¡Gracias GACH!

Las redes alzaron la voz tras enterarse de la culminación de la etapa del Grupo Asesor Científico Honorario. Comunicadores, políticos, médicos y la ciudadanía se pronunciaron al respecto y hubo mensajes de agradecimiento a su compromiso, responsabilidad, humildad y labor tras la batalla contra un enemigo invisible e incluso un hashtag en Twitter en reconocimiento de su dedicación y seriedad #GraciasGACH.

Pero también se puso en tela de juicio si era conveniente que dieran un paso al costado en este momento, cuando la situación sanitaria no está bajo control.

El senador de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, dijo a En Perspectiva que “si bien los números empezaron a mejorar en estas últimas horas, en general, estamos en el peor momento de la pandemia, yo creo que mejor hubiera sido esperar al menos que la situación estuviera totalmente controlada para dar ese paso al costado”.

El cierre formal

El equipo se despidió sin conferencia de prensa, en la que se podrían haber brindado las razones de la culminación de la gestión.

En las redes sociales, el presidente de la República decidió guardar silencio respecto a la salida del GACH; sin embargo, el sábado 19 de junio, al ser interpelado por los medios de comunicación durante la conmemoración del 257º aniversario del nacimiento de José Gervasio Artigas en Sauce, anunció que se le hará un reconocimiento al GACH el 8 de julio en el Auditorio del Sodre –lugar donde se llevó a cabo la primera prueba piloto con la utilización del “pase responsable” de la app Coronavirus UY para las personas que recibieron las dos dosis de la vacuna-. 

No tendrá carácter público, sino privado, con invitaciones especiales y medidas sanitarias. Además, afirmó que el acto será del gobierno en representación de la sociedad en su conjunto, y estará orientado a ser un “cierre de agradecimiento, de reconocimiento”. 

El lunes 21 de junio se reunieron virtualmente los tres coordinadores, Henry Cohen, Fernando Paganini y Rafael Radi, junto a los 55 colaboradores del GACH para darle fin a esta etapa. En la reunión se puso sobre la mesa si era oportuna la realización del reconocimiento en este momento de gravedad, al que además de los 55 colaboradores y los tres coordinadores, asistiría más gente, según informó La Diaria. A su vez, el mismo medio publicó que surgió la idea de que los tres coordinadores realicen un anuncio o emitan un comunicado a través de una conferencia de prensa, pero ese punto aún está en debate. 

El ex presidente José Mujica comentó en su columna radial Hablando al Sur en M24 que “el mejor homenaje que se le puede hacer, ante la inminencia de la Rendición de Cuentas, es dotar a la ciencia de recursos económicos importantes para que pueda seguir trabajando e investigando, ese sería el mejor homenaje que Uruguay le puede hacer”. 

Por último, el presidente Luis Lacalle Pou destacó que “el teléfono rojo [llamar al GACH ante la necesidad de sugerencias respecto a un tema puntual] tiene que estar”. Por lo que, de alguna manera, el vínculo no se cortará, o al menos eso se espera que suceda.  

*Coordinados por el estadístico Enrique Barrios, el neuropediatra Gabriel González, el doctor Hamlet Suárez, el intensivista Javier Hurtado y el especialista en medicina legal Guido Berro. 

*Coordinados por el doctor Juan Gil, el especialista en procesamiento de señales Federico Lecumberry, el matemático Ernesto Mordecki y la experta en matemática y genética de poblaciones María Inés Fariello. 

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