El pasado jueves 20 de octubre, en un comunicado histórico, la organización vasca ETA, oficializó “el cese definitivo de su actividad armada”. El anuncio, publicado por el diario Gara, del País Vasco, fue reforzado por un video en el que miembros del grupo confirman su compromiso “claro, firme y definitivo para superar la confrontación armada”. También acotan que esto no supone la disolución de la organización y que sus ideales de conformar un estado vasco independiente continuarán latentes. En su discurso realizan un llamado al diálogo con los gobiernos de Francia y España, con el objetivo de solucionar los “daños colaterales” del conflicto.
Días antes de hacerse pública la decisión, los mandatarios presentes en la conferencia internacional de paz en San Sebastián, incitaron a la agrupación a iniciar una nueva etapa basada en el diálogo.
Las reacciones entre las autoridades españolas no se hicieron esperar. El presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, sentenció: “La nuestra ya es una democracia sin terrorismo, pero no sin memoria”. Por su parte, el ministro del interior, Antonio Camacho, destacó que “el fin de la violencia se debe atribuir a la derrota de la banda, gracias al trabajo de la Policía y de la Guardia Civil”. Muchas autoridades se mostraron esperanzadas con el comienzo de esta nueva etapa, pero remarcaron que el pueblo español no debe olvidar a sus víctimas.
En las últimas cuatro décadas, se registraron 858 asesinatos cometidos por ETA. Una investigación realizada por la Fundación de Víctimas del Terrorismo asegura que más de 330 de estos crímenes no han sido juzgados debido a que no se conoce el autor material de los mismos. También afirman que un importante número de estos casos han prescrito o van camino a ello. Actualmente, el informe esta siendo estudiado por la Audiencia Nacional, que se ha comprometido a continuar con las investigaciones.
Begoña Urroz Ibarrola, una niña de casi dos años, fue la primera víctima de la agrupación; el 27 de junio 1960 fue alcanzada por una bomba incendiaria en la estación Amara de San Sebastián; al día siguiente falleció por las graves heridas sufridas.
En los últimos años el grupo vasco atravesó momentos de enorme debilidad por causa de las acciones represivas impuestas por las Fuerzas de Seguridad. que provocadoron inestabilidad en la cúpula de la organización.
El anuncio también llega en una etapa en que más de 500 de sus miembros se encuentran en prisión; la mayoría de ellos cumplen sentencia por delitos agravados, mientras que el resto se encuentran bajo prisión preventiva a la espera del juicio correspondiente.
Si bien la noticia ha provocado gran expectativa, el gobierno español prefiere mantener determinadas reservas, debido a que no es la primera vez que la organización informa el cese de la violencia. En estos 40 años de actividad esta clase de declaraciones se han reiterado sin llegar nunca a ser definitivas. Sin embargo, desde 2009 no efectuaron ningún atentado armado y mantienen la promesa efectuada el pasado 10 de enero de “alto al fuego, permanente, general y verificable”.
Emilia Zabaleta