“EL ENORME SALTO AL VACÍO”
“Compromiso y transparencia” periodística son los atributos que definen a Sudestada, que tiene dos meses de vida, y que da paso a que la investigación y el periodismo de datos sean herramientas que contribuyan al ejercicio de la democracia. “La gente que entra a la página se encuentra con que es algo distinto para el mercado uruguayo”, expresaron los periodistas que visitaron Sala de Redacción.
Durante su conversación con los estudiantes, los periodistas destacaron la importancia que tiene la inclusión del periodismo de datos en los medios.
Todos los periodistas manejan datos
El periodismo de datos es una rama incipiente en la región y en el mundo. Entre los principales medios que integraron esta especialidad están la BBC News y The Guardian en Inglaterra, La Nación en Argentina y Folha de Sao Paulo en Brasil.
Pernas explicó que el periodismo de datos “se basa en tomar un gran cúmulo de información y transformarla en algo que la gente pueda entender”. Además se trata de generar algo interactivo, para que las personas puedan trazar sus propios recorridos entre los datos.
Para desarrollar el periodismo de datos es necesario generar alianzas con programadores que hagan softwares específicos y diseñadores que hagan atractiva la herramienta. “No solo tiene que haber mucha información y ser fácilmente accesible. En un mundo tan competitivo como Internet, si la gente ve algo que no le gusta o le aburre, cambia rápidamente de página”, explica Werner, quien además reconoce que como periodistas les costó incorporar la idea de software y diseño.
Siguiendo esta línea, Sudestada próximamente lanzará la aplicación “¿Quién paga?: la ruta de dinero en la campaña electoral”. Este proyecto nace de un concurso de Hacks/Hackers que se hizo a comienzos de año en Montevideo, en el que Werner y Pernas se presentaron junto a otros periodistas y ganaron el financiamiento para el desarrollo de la idea.
Este tipo de periodismo refuerza la democracia, porque sirve para procesar grandes cantidades de datos. En el caso de los documentos que atestiguan el financiamiento de las campañas electorales, Werner explica que son más de mil pdfs que ingresaron a un software para construir una base de datos. Es necesario ponerle “cabeza periodística” para eliminar errores, explica Werner. “Hay una parte que es muy tediosa que es la de leer toda la base de datos y buscar las coincidencias”. Entre tantos documentos elaborados por los partidos, un nombre puede estar mal escrito o haber sido modificado con “picardía”. Una vez depurada esa base, se puede empezar a analizar los datos. Los periodistas explicaron que en estos casos el periodismo tradicional se limita a tomar dos o tres categorías y analizar los nombres más famosos y las cifras más llamativas para escribir algo al respecto, “pero no son capaces de seguir la historia ni meterse con más profundidad o hacer de cada categoría una historia relacional entre el partido y la empresa donante. Eso lo hace el periodismo de datos”, señala Pernas. Cuando se detectan vínculos irregulares, el cruce de estos datos puede dar lugar a investigaciones periodísticas.
“Básicamente es entrevistar a los números, que además nunca mienten”, aclaró. “Para mí fue como salir de una caverna donde había vivido toda mi vida, y darme cuenta que había sol, pasto y gente”, agregó Werner sonriente.
Periodismo de investigación
La rigurosidad periodística fue un tema recurrente durante la exposición de los periodistas. “Una cosa es errarle a un dato, pero si te das cuenta que algo está mal, no podes publicar”, aseguró Pernas. Esta frase dio paso al cuento de una extensa anécdota que, pese a su tinte cómico, logró clarificar y enfatizar el compromiso que estos periodistas tienen con la exactitud durante sus investigaciones. “Sobre las doce de la noche del día que íbamos a publicar la nota del lavado de dinero en el caso Bárcenas, encontramos que había un detalle que no cerraba”, comentó Pernas. Werner había sacado fotos de los lugares que se mencionaban en la nota: las oficinas, los estudios y a Pernas se le ocurrió mirar los nombres que aparecían en las imágenes y se dio cuenta que había una letra de las chapitas del estudio que no coincidía. “Donde tenía que decir A decía J. Por un momento sentimos que se descalabraba todo”. Se quedaron hasta las cinco de la mañana del sábado dándole vueltas a toda la información y haciendo nuevas búsquedas. “Incluso Walter mandó mensajes de texto a fuentes a esa hora de la madrugada”, asintió Werner. Una vez que verificaron que estaban en lo cierto, se fueron a dormir y se tomaron unos días para reescribir. La nota se publicó con más cantidad de datos de los que incluía la versión original: direcciones, números de teléfonos, nombres y apellidos de todos los implicados. Ninguno desmintió la información. Sin embargo, si la investigación se publicaba con un mínimo error, quedaban expuestos a que salieran a objetar toda la investigación. Pero, “cuando ellos ven que hay mucha información, no pueden salir a desmentir porque no saben qué es lo que podemos tener”.
Negocio independiente
Durante su exposición, los periodistas destacaron su espíritu aventurero e incentivaron a los estudiantes a confiar en sus iniciativas. Todo parecía fantástico en este mundo del periodismo independiente, libre de presiones y restricciones, hasta que varios alumnos preguntaron sobre la manera de financiamiento, sustento y ganancia de un medio como este. “La realidad es que hoy en día nosotros no estamos viviendo de eso”, comentaron los periodistas.
Con humor y metáfora describió que saltan a una piscina vacía y que lo importante es hacer “crecer el agua” porque si no se van a “pegar de frente”, y explicó que lo que están tratando de hacer ahora es esforzarse “para que el agua empiece a subir aunque sea de a medio metrito”.
En la región existen otros medios de este tipo. Un ejemplo es el Centro de Investigación Periodística (CIPER) de Chile, donde se encontró un modelo de financiamiento a través de programas y fundaciones internacionales, además de contar con un mecenas, el dueño de un gran conglomerado de medios que dona al sitio parte de sus ganancias. También está El Faro en El Salvador, que se convirtió en uno de los grandes medios digitales de ese país a raíz de investigaciones importantes sobre corrupción.
Confesaron que el primer empujón que recibieron para animarse a dar este paso fue un concurso ganado en Perú, que financia proyectos de investigación. “Se empezó a generar la idea de que con esa plata podíamos llegar a hacer un blog, luego fue una página web y finalmente dijimos: ‘vamos a hacer un nuevo medio de comunicación de periodismo investigativo’”. Aclararon que el mayor gasto que se tiene es en la creación de la página, su diseño y mantenimiento, y que no llega a los tres mil dólares. Como todo proyecto a en sus inicios, “Sudestada” en este momento es una inversión.
“Obviamente si pasan los meses y no hacemos algo de dinero para poder mantenernos se nos va a complicar”, aclaró Pernas. Pero “lo más lindo del periodismo es cuando uno trabaja mucho y hace encajar los datos y va empezando a descubrir aquello que estaba oculto, así uno siente que le corre el bichito del periodismo por las venas”.
Florencia Sacco / Lucía Santos