Alumnos de escuela pública, departamento de Florida. MIGUEL ROJO / AFP

Representantes de los cuatro partidos políticos principales participaron en un debate sobre sus propuestas en materia de educación. Cada técnico contaba con veinte minutos para presentar sus ideas. Ana Cristina García representó al Partido Independiente (PI), Fernando Filgueira al Frente Amplio (FA), Guillermo Fossati al Partido Nacional (PN), y Patricia Viera al Partido Colorado(PC).
García comenzó haciendo un diagnóstico que le consumió casi toda la presentación. Una propuesta que se repite en los partidos y sobre la que el PI hizo énfasis es en “asegurar la permanencia de los docentes por tres años en el mismo centro”. Por otra parte, “dignificar y jerarquizar el rol docente”, así como “fortalecer el rol de directores”, ocuparon un lugar central en su exposición.
Del mismo modo, planteó “premiar a los docentes que trabajan en contextos críticos”. García hizo referencia a su experiencia personal, resaltando que ella trabajó en contextos críticos pero “la realidad es que sólo van los profesores con menos experiencia”.
En su turno, Filgueira destacó los logros del gobierno en materia educativa en los diez años del gobierno del FA: “hubo un incremento importante de recursos volcados a la educación, los recursos en materia económica permitieron una mejora importante del salario docente, (que no quiere decir que sea suficiente), y una mejora muy notoria en términos edilicios. Adicionalmente, esos recursos permitieron cosas positivas como la implementación del Plan Ceibal que mezcla pedagogía y tecnología”. Una de las reformas que se propone desde el FA, es generar un marco curricular común. Explicó, en líneas generales, que consiste en “reorientar las asignaturas hacia las competencias, jerarquizando aquellos elementos donde se pueden fortalecer las competencias y habilidades”. De la misma manera, dentro del marco curricular común, se propone incrementar talleres y proyectos que integren a las distintas disciplinas. Hizo énfasis en que la repetición es “un elemento inútil como instrumento pedagógico” y propone cambiarlo por tutorías personalizadas y más tiempo dentro de las instituciones.
Como propuestas del Partido Nacional, Fossati mencionó “estructurar situaciones de aprendizaje tomando en cuenta que no todos aprenden de la misma manera y que los métodos deben adaptarse a las necesidades de los alumnos”, “fortalecimiento docente y de directores”, “renovación de sistema de inspecciones”, “más y mejores centros CAIF”, y más y mejores escuelas tiempo completo”.
Sin embargo, no se habló de una de las reformas pedagógicas que marca diferencia con los demás partidos y que se menciona, sin mayores explicaciones, en su programa de gobierno. El Partido Nacional propone, en educación media básica, la organización curricular en tres anillos jerarquizados. En el primero están “las áreas curriculares de máxima prioridad: lenguas, matemáticas y ciencias”. Cada una con cursos remediales para quienes “no alcancen logros satisfactorios”. En el segundo anillo se incluyen informática, competencias emprendedoras, expresión, valores y formación ciudadana. Por último, en el tercer anillo y de menor importancia están las áreas curriculares de acceso condicionado: literatura, filosofía, historia del arte, a las que el estudiante solo podrá acceder si obtiene determinados resultados. De esta forma, se restringe la oferta cultural para el estudiante, y de acuerdo a su rendimiento en otras materias, podrá o no conocer esa parte de la cultura.
Por último, Díaz dijo que no hablaría de las propuestas del PC en materia de educación; y se basó en las coincidencias entre los partidos políticos en esta materia. En diálogo con Sala de Redacción, el Director de la carrera de Ciencias de la Educación de la Facultad de Humanidades (FHCE), Pablo Martinis, afirmó que si bien las propuestas parecen similares, en el fondo tienen distintas concepciones sobre las funciones de la educación y el lugar que ocupa el sujeto de la educación en ella.
Elisa Romego
 
 
 
 

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