El Aula Magna de la Facultad de Información y Comunicación sirvió de escenario para la mesa de diálogo “Conflictos Socioambientales en los Medios de Comunicación Uruguayos: Diálogos y Perspectivas” organizada por el Grupo de Investigación Discurso, Derechos Humanos y Medios de Comunicación. De la jornada del 15 de mayo participaron científicos, periodistas e integrantes de organizaciones medioambientales de nuestro país.

Los problemas ambientales que se viven en la región -de los cuales Uruguay no es ajeno-, están asociados a la gestión de residuos domésticos, la utilización de agroquímicos en los cultivos, la forestación, los residuos industriales, la utilización de recursos energéticos finitos, entre otros. Y aparecen con cierta frecuencia en los medios de comunicación. En general son los científicos y las organizaciones las que defienden las causas socioambientales por las que son consultados por los comunicadores. Por esa razón se invitó a periodistas, científicos y miembros de organizaciones socio ambientales a dialogar sobre cómo mejorar la comunicación de dichos temas.

“El papel de los medios en la representación de conflictos socio ambientales es muy importante: en esta problemática conectan a la sociedad y el ambiente cuando existen diferencias y disputas en cómo manejar el territorio, controlar los recursos y responder a las afectaciones y los riesgos”, señaló en la apertura de la mesa Mariana Achugar, integrante del Grupo de Investigación que organizó la actividad junto a Natalia Uval y Carlos Santos.

La consigna para cada uno de los ocho integrantes de esta actividad -moderada por Javier Taks (docente de la Facultad de Humanidades y coordinador de la Cátedra UNESCO Agua y Cultura)- incluyó tres disparadores: ¿Qué cobertura tienen estos temas en la prensa local?, ¿Cómo se representan las movilizaciones  y actores sociales que cuestionan estas políticas? y ¿De qué manera podemos generar más conciencia en la población para que se den cuenta de la importancia de estos temas?

Ante el problema, la primera reacción suele ser el cubrir la urgencia, sin embargo no son temas que formen parte de una agenda coordinada con las organizaciones sociales que enfrentan diversas luchas en forma sostenida.

“Hablas y perdés”

El grupo de los científicos estuvo representado por Luis Aubriot, doctor en Ciencias Biológicas y profesor del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias, y por Lucía Delbene, licenciada en Ciencias Biológicas  y ecofeminista.

Ambos científicos estuvieron de acuerdo en que al realizar una cobertura de los problemas ambientales, los medios sólo cubren la emergencia y no realizan un análisis sostenido del problema. Delbene comparó los conflictos socioambientales con una enfermedad y sostuvo que los medios tratan estos temas de manera superficial, preocupándose por hablar del síntoma en lugar de tratar de explicar cuál fue la causa.

Delbene propuso que, dada la complejidad de los conflictos socio ambientales, se realice una cobertura que contemple dicha complejidad y donde se tengan en cuenta la “multiplicidad de actores interactuando con diferentes puntos de vistas y pujando con diferentes opiniones. También porque esas opiniones se hagan públicas”.

El nombre de Luis Aubriot probablemente le resulte familiar a varios lectores, ya que apenas aparecen las cianobacterias flotando en alguna playa de las costas uruguayas, empieza a sonar su teléfono y su nombre es la referencia de muchos periodistas. Aubriot diferenció entre varios tipos de periodistas: aquellos que no conocen del tema, que “son periodistas de otras secciones” y suele preguntar “‘¿qué pasó?’, ‘¿por qué pasó?’, ‘explique el fenómeno’ y ‘¿quién es responsable?’”. Por otra parte está el periodismo especializado, con el cual manifestó sentirse mucho más a gusto, ya que se da un intercambio más rico y con el que se pueden difundir mejor los resultados de las investigaciones. Según manifestó Aubriot, los científicos tienen “un debe con salir del laboratorio” y transmitir a la sociedad los resultados de sus investigaciones.

Desde el lugar del científico, Aubriot hizo referencia a lo peligroso que puede ser transmitir información a los periodistas no especializados. Se refirió a esa situación como “una especie de pulso comentario, una ola que dura unos días y luego para. Ahí se silencian los teléfonos en el laboratorio y entonces uno pasa a recibir todos los coletazos de lo que transmitió en dos o tres días”.

Según comentó el científico, esos “coletazos” vienen por parte de sus colegas o sus referentes que cuestionan por qué hizo determinada declaración y muchas veces pueden llegar a tener consecuencias negativas para quien las hizo. La mayoría de las veces sucede que esas citas fueron sacadas de contexto o mal interpretadas por el periodista. Aubriot afirma que en ese momento es cuando tiene la sensación de que “hablás y perdés: esa es un poco la resultante al hablar de un fenómeno medio ambiental que genera preocupación en la población y produce temblores en los tomadores de decisiones. Cuando uno habla siente que está perdiendo y que los que callan ganan”.

Tanto Aubriot como Delbene acordaron en que la Facultad de Ciencias no prepara a los estudiantes sobre cómo difundir los resultados de las investigaciones, por lo que muchas veces esos descubrimientos no llegan ni siquiera a las personas involucradas en el estudio.

“Dejar de cubrir la urgencia”

El grupo de los periodistas estuvo conformado por Azul Cordo, periodista e integrante de Redes Amigos de la Tierra (Redes), Tania Ferreira, periodista de Brecha y docente de la Facultad de Información y Comunicación (FIC) y Leo Lagos periodista de La Diaria.

Azul Cordo aportó que desde REDES vienen pensando que sería “muy positivo” construir una agenda conjunta entre la comunidad científica, las organizaciones socioambientales y los periodistas, para dejar de cubrir la urgencia y que los temas socioambientales pasen a estar de manera más sostenida en los medios de comunicación. Cordo comentó que es ahí cuando “aparecen los problemas de responder a contrarreloj”. Y agregó que estos problemas son abordados “sólo cuando aparecen en Montevideo, cuando llegan a nuestra ducha, cuando sentimos el mal olor, cuando tenemos las cianobacterias instaladas en la rambla, pero cuesta que sea algo sostenido” en la agenda de los medios.

Tania Ferreira, afirmó que le sigue angustiando “como el primer día” que se ponga en riesgo a la fuente cuando se habla, ya que “como periodistas deberíamos cuidarla, preservarla, involucrarse con las personas”: “es la misma fuente a la que llamo todos los días (…) ellos son nuestros traductores, los necesitamos profundamente, la relación tiene que fluir y estar cuidada”.

Ferreira aportó que desde su rol de periodista percibe que se empezó a hablar más de los conflictos socio ambientales cuando se comenzaron a vincular con la salud de la población. “Desde ese punto de vista se incluyó de a poco en la agenda y provocó el interés de la gente. Cuando logramos hacer la vinculación de medioambiente y afectación a la salud nos dimos cuenta que era un tema del que teníamos que hablar”, dijo.

Leo Lagos reflexionó sobre la tarea que comparten el científico y el periodista, quienes deben “tener la capacidad de dudar y cuestionar qué es lo que le están diciendo” al periodista.

Al igual que sus colegas, acordó que los medios deberían escapar de la cobertura de las crisis puntuales, aunque no es algo sencillo ya que por su propia característica cubren lo que es noticia. “Lo que pasa todos los días no es noticia”, agregó.

Finalmente cerró su intervención con un llamado a los periodistas de “tratar de ser lo más honestos y buscar la mejor información posible”, incluso cuando esa información esté en contra de las convicciones del propio periodista.

“Con los pies en el agua”

Como representantes de las organizaciones socioambientales participaron de la mesa Carlos Dárdano, integrante del Colectivo Espika y de la Asamblea por el Agua del Río Santa Lucía, Sonia Gómez, militante social y abogada de la organización “Por el Costado de la Vía” y Carmen Sosa, integrante de la Comisión Nacional en Defensa por el Agua y la Vida.

Carlos Dárdano, quien dijo llegar hasta esa mesa “con los pies en el agua”, afirmó que “lo que está sucediendo en el país es un saqueo al agua, al aire, a la tierra, al aire y a la vida en general. Entonces desde esa indignación también actuamos y comunicamos, y desde ahí nos paramos para ver qué está sucediendo con los medios de comunicación.”

Destacó que para los medios comunitarios -que tienen un fuerte anclaje en lo local- el tema medioambiental está más presente en la agenda y en general hacen una muy buena cobertura de las diferentes reivindicaciones en este sentido. Dárdano considera fundamental que los medios difundan lo que investiga y produce la comunidad científica: “deberíamos potenciar ese rol de comunicar, porque investigar para que quede ahí y que no llegue a la sociedad es embromado, ese mecanismo es bastante perverso”.  

Sonia Gómez, comentó sobre la experiencia de su rol en esta organización que agrupa vecinos afectados por la trayectoria ferroviaria de los trenes que llevarían materiales químicos a la segunda planta de celulosa de UPM y traería la pasta hacia el puerto de Montevideo. Gómez explicó que en el colectivo usó como herramienta de lucha el informar: “(…) nos volvimos un poco periodistas, comunicadores de la situación. La necesidad nos llevó a tratar de divulgar cuáles eran las afectaciones que se estaban dando”.

Carmen Sosa fue quien cerró las intervenciones de la mesa contando su experiencia desde la Comisión creada en el año 2002 para propulsar la reforma constitucional del 2004 que incluyó en la Constitución Nacional la defensa del agua y la gestión de este recurso libre de empresas multinacionales.

Cuando el plebiscito fue aprobado en 2004 con el 65 por ciento de los votos, comentó que fueron un poco opacados porque en la misma instancia resultó electo el primer gobierno progresista del Uruguay: “nos llamaban de todo el mundo porque tuvo una repercusión brutal ser el primer país en tener la defensa del agua en la Constitución, sin embargo acá a nivel periodístico pasó bastante desapercibido.”

Sosa concluyó que la mejor solución para cubrir los conflictos socioambientales es “trabajar todos juntos periodistas, científicos y ver cómo construir un discurso único”

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