“Con algunas de las prestaciones tenemos dificultades para que los estudiantes del interior accedan a ellas, y se han tenido que pensar otros dispositivos, como realizar convenios. Un ejemplo de ellos es con el Correo Uruguayo, para poder hacerles llegar la laptop que les es prestada” contó a Sala de Redacción Mercedes Pérez, actual presidenta de Bienestar Universitario.

Además del préstamo anual de laptops, Bienestar ofrece una amplia variedad de becas: estas pueden ser de alimentos en el comedor estudiantil, tarjetas alimentarias, dinero para alojamiento, guarderías, apoyo económico, materiales de estudio y descuentos en pasajes tanto interdepartamentales como dentro del departamento. El servicio también brinda oportunidades recreativas: talleres, actividades culturales y deportivas.

Pérez explicó que cada año buscan ayudar de “distintas maneras” a jóvenes en “situación de vulnerabilidad”, otorgando becas que “satisfagan” sus necesidades básicas. Para eso, “clasifican” la situación de los posibles destinatarios de las becas de “mayor a menor necesidad”. 

El servicio también implementa convenios con cantinas en los departamentos en los que hay anexos de la Universidad de la República (Udelar) -Artigas, Salto, Paysandú, Rio Negro, Maldonado, Rocha, Treinta y Tres, Lavalleja, Tacuarembó, Rivera y Cerro Largo-, para que se den uso como comedores. En los departamentos restantes, en los que no hay anexos de la Udelar, Bienestar Universitario brinda tarjetas alimenticias, pues las prestaciones se otorgan por la “necesidad de los jóvenes” y no por el “lugar dónde viven o residen”. 

Por otra parte, Pérez destacó la cifra de solicitudes de becas en los últimos años. En el 2022 hubo 19.463. Detalló que no hay presupuesto necesario para asignar becas a todos los estudiantes interesados, por lo que en 2022 el 30,6% de los jóvenes quedaron sin subsidio o les otorgaron parte, como alimentación y boletos. En cambio, las de apoyo económico y materiales de estudio están sujetas a cupos y se la brindan a la minoría. Aunque para el 2023 aún no se han resuelto los beneficiarios de las becas, Pérez afirmó que ya fueron solicitadas alrededor de unas 2000.

En este momento, Bienestar Universitario busca centrarse en las necesidades “más importantes” demandadas, como salud mental y tratamientos para estudiantes con dislexia. Para ello la organización tuvo que obtener “nuevos presupuestos” y “tomar parte” del asignado.

La Udelar brinda 372 carreras en dieciséis facultades distintas. En la actualidad, de las 115 carreras que hay disponibles en el interior del país, 30 pueden estudiarse allí de manera exclusiva. Además, hay aproximadamente 144.939 estudiantes activos y 56,3% son del interior del país. Los jóvenes que migran a Montevideo para continuar sus estudios pueden obtener diferentes ayudas, tanto por parte del Instituto Nacional de la Juventud (INJU) como de Bienestar Universitario. Ambas instituciones ayudan también a jóvenes de Montevideo en situación de vulnerabilidad.

En la misma línea opinó Aparicio Saravia, subdirector del Instituto Nacional de la Juventud (INJU), y, en diálogo con SdR, resaltó la salud mental y el alojamiento para estudiantes del interior como las principales problemáticas de los jóvenes. 

“Ciudad Universitaria va más allá de ser una residencia y una beca para 180 jóvenes. Es la primera acción que hace el gobierno central, junto a las Intendencias y es una beca de alojamiento para los jóvenes que quieren seguir sus estudios y no tienen cómo residir en Montevideo, que es donde están las principales carreras” planteó Saravia a SdR.

Además de contar con el apoyo del INJU, Ciudad Universitaria reúne la ayuda del Ministerio de Desarrollo Social, el Fondo de Solidaridad y Bienestar Universitario. Para Saravia, el problema del alojamiento es algo que “viene de antes” y “no se estaba tomando en cuenta”, porque los hogares puestos en Montevideo por las intendencias de cada departamento “no eran suficientes” y en las ocasiones que los jóvenes sí obtenían alojamiento, “no les duraba toda la carrera”.

“También consiste en una contención socioeducativa que les permite tener contacto con técnicos profesionales, poder tener cierto seguimiento de su trayectoria educativa, cierta contención personal, porque no es sencillo de un día al otro vivir en otra ciudad y cambiar absolutamente tu vida. Es un proceso que lleva tiempo y con ello trae un montón de desafíos y repercusiones sobre esa persona. Entonces pensar en la política más integralmente fue lo otro que hicimos” redondeó el subdirector.

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