Actividad de Ocho huellas con niños en San Carlos / Foto: Ocho huellas

Como se detalla en su sitio web oficial, “la Asociación Social y Deportiva Ocho Huellas ha sido creada por un grupo de atletas, deportistas y entusiastas del deporte con el propósito de fomentar valores como compañerismo, amistad, esfuerzo y superación”. En diálogo con SdR, Laura Corvalán, licenciada en Comunicación y vocera oficial de la asociación, recordó los inicios del proyecto, que funciona en el departamento de Maldonado. “Todo comenzó hablando con un atleta, le pregunté cómo hacía para facturar si un día daba una clínica [capacitación teórico práctica], y me comentó que dependía de la federación de su deporte”, contó. Según explicó, en ese momento nació la idea de crear una figura que acompañe al atleta en forma integral. “La realidad es que hay deportistas muy solos y nuestra idea es brindar contención en todos los aspectos. Además, debemos tener en cuenta tanto a los atletas que se vienen a Maldonado, como a los que ya finalizaron su carrera y ahora están retirados”, resumió Corvalán.
En otros países, los deportistas se jubilan y el apoyo de organizaciones no es necesario. Sin embargo, en Uruguay “la mayoría se retira y quedan muy solos”, consideró la vocera, y agregó que aquellos que compiten tienen a su entrenador pero no a un equipo que los asesore para conseguir un sponsor, dar una capacitación o intercambiar experiencias con otros atletas. Corvalán consideró que si Maldonado es “la capital del deporte”, como dice su eslogan, no se puede permitir que los atletas tengan que valerse por sí mismos durante y luego de terminar su carrera.
Hay equipo
El nombre de la organización se debe a los ocho municipios del departamento y a los carriles de la pista de atletismo y natación. En la actualidad, el reconocido atleta Andrés Silva es el presidente de Ocho Huellas, que es acompañado por un creciente número de deportistas, provenientes de diversas disciplinas. Entre ellos están Heber Viera, Javier Marmo, Carlos Ramírez, Jairo Pérez, Sofía Burgos, Milton Wynants, Falcon Fagúndez y Maximiliano Larrosa.
La organización también es integrada por dos profesionales que dan contención y apoyo a nivel de salud física y mental. Se trata de la psicóloga Laura Severino y de la fisioterapeuta Ana Paula Díaz, quienes desde setiembre del año pasado, obligatoriamente deben reunirse una vez al año con los miembros. Además, la directiva se junta con ellos una vez por mes.
Cuento contigo
En este momento, la mayor fuente de ingresos proviene de los miembros. El emprendimiento es más que nada a pulmón y por ello se basa en la colaboración de los más cercanos. “Algunas cosas las conseguimos por préstamos o donaciones. Presentamos algunos proyectos como organización para mejorar pero por el momento no tenemos mayores ingresos”, indicó la vocera. Según añadió, el dueño de Apel, una empresa de equipamientos terapéuticos, da una importante ayuda con la donación de materiales.
“En Maldonado tenemos un centro deportivo, el Campus Municipal, donde viven un montón de deportistas becados; además de una pista de entrenamiento ideada por Andrés Barrios, que le permite entrenar a nivel profesional a todos los atletas”, indicó Corvalán. No obstante, una de las metas de la organización es construir más pistas, pero por ahora no tienen los recursos necesarios.
Ocho huellas cuenta con el apoyo de la Intendencia de Maldonado, lo que les ha abierto varias puertas. En concreto, les proporcionan lugares de encuentro, contacto con las escuelas, los niños y los padres. “Gracias a este contacto nos acercamos a varios pueblos donde no hay plaza de deportes, como por ejemplo Gregorio Aznárez, un paraje en Solís donde no hay pista de atletismo ni escuelita deportiva. Los referentes del lugar nos dieron el lugar para que nosotros lleváramos propuestas deportivas”.
Maldonado se ha mantenido fuerte en materia de apoyo a los deportistas sin importar el gobierno de turno, lo que los posiciona como un referente deportivo para el resto del país y les da confianza y estabilidad.

Ocho Huellas marcadas en tres direcciones:
Pasado: la organización busca concretar un plan de contención para ex atletas y deportistas, para que luego de retirarse tengan una cobertura, planes de pensión y de salud. De esa forma, se apunta a contemplar el futuro de quienes hayan representado al país y hayan entrenado a diario, como ocurre con otros trabajadores.
Presente: Ocho Huellas da la posibilidad a atletas, deportistas y personas vinculadas al deporte de asistir a instancias de capacitación, práctica deportiva en eventos y ser parte de una red donde el aprendizaje mutuo es la base. A través de ello se genera un espacio de calidad deportiva, médica y educativa, donde los miembros encuentran referencia constante.
Futuro: se apunta a brindar un espacio de formación, capacitación y entrenamiento a niños y adolescentes, para darles la posibilidad de ser parte de un proyecto que se apoya en la vida sana y la promoción de los valores deportivos. En suma, se le da un marco de contención y soporte a sus padres, incluso a los educadores y adultos que forman parte de su entorno.

Pequeños atletas
“Por recomendación de Heber [Silva] tratamos con chicos de entre ocho y doce años, quizá en un futuro celebremos los logros de atletas que pasaron por Ocho huellas cuando eran niños”, sueña Laura, pero admite que es uno de los muchos objetivos de la organización.
La experiencia es valiosa tanto para quien tiene potencial como atleta y se ve estimulado, como para aquel que no lo tiene y puede disfrutarla recreativamente. “Hacemos énfasis en la preparación para futuras competencias, y en el espacio lúdico para disfrutar el hacer deporte”, planteó Corvalán, y agregó que siempre se toma en cuenta que, para los niños, los atletas son grandes ejemplos a seguir. Por ese motivo, resulta importante que el equipo detrás del proyecto sea multidisciplinario.
En la organización siempre se estimula la finalización de los estudios. En ese sentido, la idea no es que lo deportivo suplante al tiempo de estudio, ya que las oportunidades a futuro se dificultan si el atleta abandona la educación.
Entrenando con sus ídolos
Uno de los proyectos que tiene Ocho huellas es, justamente, la educación olímpica, donde se pretende enseñar los valores del olimpismo y conocer un mundo no tan promocionado a nivel cultural. La idea es que puedan ver que esa realidad existe y que formar parte de ella puede ser una gran experiencia.
Algunos de los niños no reconocen a quienes entrenan con ellos día a día. “Quizá sí reconocen a un jugador de fútbol o a una modelo, pero pocos recuerdan a los que nos representaron en los últimos Juegos Olímpicos”, reclamó la vocera frente al hecho de que el fútbol ocupa el primer lugar en el podio de interés general en Uruguay. Según añadió, frente a esa situación tienen el mejor antídoto: “Aprovechamos los testimonios vivos, que son los atletas, para motivarlos: que ellos cuenten su historia, sus logros y que los chicos se vayan a sus casas, investiguen, se interesen”.
Hay numerosos talentos en el interior del país, pero la visión de los entrenadores muchas veces no llega hasta ahí. Tampoco hay motivación deportiva, ni cultura de apoyo que estimule a las familias a acompañar a sus hijos para que en un futuro sean atletas profesionales. “Si Andrés [Silva] no hubiera insistido con el atletismo y su familia no hubiera respondido con apoyo, seguiría en Tacuarembó y no sería el deportista que es hoy”, remató Corvalán con orgullo.
Facundo Verdún

FacebookTwitter