Una mujer pasa por un mural de la campaña "Ele Não". Sao Paulo, Brasil. 7 de octubre de 2018. Foto: ALEXANDRE SCHNEIDER / AFP

En Brasil hay una mitad que festeja. A pesar de no haber terminado la segunda vuelta electoral entre Jair Bolsonaro y Fernando Haddad, el primero, luego de haber obtenido el 46% de los votos, ya se siente ganador. Una mitad celebra un cambio y la otra está en vilo, con la esperanza de que se dé vuelta la taba y que el militar evangelista, reivindicador de la dictadura, no llegue al poder.

La prensa que se mantenía escéptica con Bolsonaro, comenzó a decantarse por el probable ganador. Los periódicos O Globo y Estadão ya apoyan de manera explícita al candidato. Folha do São Paulo es el único medio que sigue teniendo una línea crítica con “O Bolso” y pagaría los platos rotos ya que el candidato anunció que le quitará la publicidad oficial por “publicar mentiras”.

La Red Record perteneciente a Edir Macedo, fundador de la evangelista Iglesia Universal, procede desde siempre como canal oficial de Bolsonaro y la Red Globo trata de mostrarse cada vez más complaciente. Luego de ser cancelado el último debate oficial en ese canal, se supo que la cadena había diseñado una escenografía para que el candidato evangelista se sintiera cómodo y estuviera sentado debido a su supuesto mal estado de salud (fue apuñalado durante la campaña), mientras que Haddad debería debatir parado.
Además se filtró un capítulo grabado de “Superpop”, un popular talk show de la Rede TV y que se emitirá luego de pasadas las elecciones, en el cual su presentadora Luciana Gimenez felicita al “nuevo presidente Jair Bolsonaro” y le desea un buen gobierno, con un posterior encendido aplauso del público en el estudio.
Con este panorama, parece muy difícil para Haddad disminuir la diferencia que a pesar de haberse reducido seis puntos según la última encuesta de Datafolha, todavía está doce puntos por debajo. Pero esto no impide que sus militantes o aquellos que se niegan a ver a Bolsonaro como presidente de Brasil, bajen los brazos.
Incertidumbre de lo que va a pasar
Este lado de la frontera no es la excepción y en Montevideo en las últimas semanas se formó un grupo de mujeres brasileñas, que surgió de manera espontánea debido a la impotencia que les generaba lo que estaba ocurriendo en su país. Se organizaron vía Whatsapp, que parece ser la herramienta de comunicación predilecta de los brasileños.
Cinco mujeres brasileñas residentes en nuestro país plantaron la semilla de algo que ya está generando movidas para manifestarse en contra del posible triunfo de Bolsonaro. La primera concreción fue un acto en la Plaza Líber Seregni el 4 de octubre en el marco de las manifestaciones “Ele Não”. “Ni siquiera lo llamábamos un colectivo, en aquél acto de la Plaza Seregni fue la primera vez que nos juntamos”, comenta una de las integrantes del grupo, Cristina. “Se está explotando todo y tenemos que hacer algo, nosotras nos sentimos de manos atadas acá”.
En el día de la votación en primera vuelta hicieron otro acto en la Plaza Libertad, al que fueron músicos uruguayos y brasileros, y ahí surgió la idea: “Colectivo Feminista Marielle Franco“, destaca Camila, que llegó a Uruguay hace cuatro años, y es otra de las brasileñas fundadoras del colectivo. Ahora comenzaron a entablar lazos con el “Colectivo Feminista Pan y Rosas“.

Con respecto al resultado de la elección, Cristina lamenta que “seguramente gane Bolsonaro”.  Con respecto a lo que se vive en Uruguay, expresó: “Uno está en un lugar con leyes mucho más liberales y progresistas: aborto legal, casamiento igualitario, la reciente Ley Trans. Mientras tanto, Brasil está dando marcha atrás a la época de la dictadura. De acá lo vemos, con desesperación”.

El domingo de la primera vuelta, cuando terminó la elección lloraba y no podía creer. En un momento pensábamos que iba a ganar en primera vuelta y después tuvimos que sentirnos aliviados de que eso no pasó. Cuando Bolsonaro comenzó a ser conocido, le tomaba el pelo. Yo decía no, esa gente no lo va a votar. En menos de un año de eso, puede ser presidente”, comenta Cristina.
Camila mantiene la esperanza de que los pronósticos se reviertan y gane Haddad.  “La esperanza no se pierde, pero hay que irse mentalizando de los pasos a seguir”. Uno de los motivos por el que piensa que se dio el fenómeno Bolsonaro, se debe a lo que cree como falta de formación del brasileño: “El uruguayo tiene mucha cultura política, en Brasil no se da eso”, expresa. Cristina agrega que al Partido de los Trabajadores (PT) le hace falta autocrítica: “La gente que es de izquierda va a votar al PT por una salida porque del otro lado está Bolsonaro. Lula tuvo 84% de aprobación en Brasil y no cambió mucha cosa en la estructura de la política brasileña. Nunca nadie va a tener esa aprobación en Brasil. Bolsonaro no la tiene”.

Uruguay como alternativa

Ambas coincidieron en que todos los días les llegan varias consultas de personas que tienen pensado venirse a vivir a Uruguay. “Tengo dos conocidas que son pareja y tiene una hija en común. Esa gente no puede salir a la calle”, dice Cristina.
Los dichos homofóbicos de Bolsonaro hacen plantearse a gran parte de esa comunidad qué deberían hacer en caso de que el militar gane la elección. Además ha dicho en reiteradas ocasiones que “los rojos” (forma despectiva de llamar a la gente de izquierda) deberán irse del país o “serán muertos”. Incluso ha llegado a afirmar que un error de la dictadura fue haber torturado y no matado “30.000 comunistas más”.
Camila plantea que el colectivo puede que ya no sea un grupo de encuentro para hacerse oír sino que probablemente deba convertirse en un centro de acogida a los inmigrantes que puedan llegar de Brasil por motivos políticos. “Es algo que incluso el gobierno de Uruguay debería evaluar. Por el fenómeno Mujica, los brasileños de izquierda ven aquí como una alternativa para vivir. Puede ser mucha la gente que venga y para eso el gobierno va a tener que estar preparado”.
Incluso evalúa la posibilidad de tener que traer a su madre y hermana quienes actualmente viven en São Paulo, estado donde 64% votó al candidato evangélico. Ellas, si bien son de izquierda, integran una familia donde casi todos son bolsonaristas. “Yo hay gente con la que perdí relación. Tengo primos que se beneficiaron en el gobierno de Lula, se hicieron su casa con el programa Minha Casa, Minha Vida (programa insignia en materia de vivienda del PT), fueron a la facultad con el FIES (Fondo de Financiamiento al Estudiante de Estudio Superior), sin embargo ahora van a votar a Bolsonaro”.
Con respecto a la relación que espera que tenga con nuestro país, las entrevistadas respondieron que creen que “Bolsonaro efectivamente va a tomar acciones para perjudicar a Uruguay de manera económica, especialmente por ser el único gobierno de izquierda que queda activo del Mercosur”.
Cabe recordar que en los últimos días Bolsonaro llamó a los presidentes de Argentina, Mauricio Macri, y de Paraguay, Mario Abdo, con el fin diseñar una “alianza liberal” en el Mercosur. De estas conversaciones fue excluido el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez.
Veo que el discurso que se está formando en Brasil con los votantes de Bolsonaro y la ola fascista que se está armando allá, se está viniendo para acá. Yo estuve leyendo los comentarios del estilo, ‘acá hay que hacer lo mismo’”, opina Cristina. “El otro día me tomé un taxi, y el conductor me dice ‘¿Sos de Brasil?¿Y Bolsonaro allá? Acá estaría bueno tener uno medio parecido, matar un par de pichis0″.
Además, cree que se debe formar a las de personas aquí en Uruguay sobre lo que está pasando en Brasil. “La dictadura en Brasil nunca terminó. Los torturadores no fueron presos por lo que pasó, es como que siempre estuvo ahí. Y ahora ese loco, que la gente no cree su intención de que vuelva la dictadura militar. Él ya dijo con todas las letras de que si llega a presidente va a disolver el Congreso”, comenta.
La mayoría de la gente que lo votó no tiene problema de que vuelva la dictadura. Algunas personas no saben lo que fue. Y otros piensan, como el taxista, que hay que matar a los ‘pichis’. A mí me da miedo que toda esa ola fascista que está avanzando en Latinoamérica llegue hasta acá, que es el único país que está en medio de todo eso. Argentina, Brasil y ahora Uruguay”.
Cristina es oriunda de Santa Catarina, estado del sur, región que históricamente vota a partidos conservadores, donde un 74% votó a Bolsonaro. Allí comenta que se dio una situación particular con una familiar que tiene una casa de ropa en Florianópolis. “Ella tiene una tienda de ropa y la están boicoteando. La gente que sabe su posicionamiento no va a la tienda porque no votan a Bolsonaro.  El otro día había ido una señora a comprar una remera amarilla para votar el domingo. Allá va a mostrarle las remeras que tenía. y la loca le decía, ‘Yo voy a votar en Bolsonaro porque él es el mejor’. Y como ella no decía nada la señora se enojó, ‘¿Y vos qué? ¿No me vas a decir a quién vas a votar?’, ‘Yo no te voy a decir en quién voy a votar pero nunca votaría en Bolsonaro jamás, le respondió la vendedora. La mujer empezó a hacer un escándalo y tiraba la ropa. ‘Vos sos una burra ¿Te gustan los ladrones? Lula está preso porque robó todo el país, nosotros vamos a volvernos una Venezuela. ¿Eso es lo que querés?’. La gente está enferma”, concluye.
Ante la consulta de qué piensan hacer si Bolsonaro llega al poder, Cristina contesta, “Por ahora pienso quedarme acá. ¿Cómo voy a tener ganas de volver con ese loco gobernando?”.
Javier Revetria

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