El pasado martes la lucha por el presupuesto universitario se hizo sentir en la Plaza de Mayo y en todo el país vecino. Según las fuerzas de seguridad solamente en la capital participaron de las manifestaciones contra los recortes del gobierno de Javier Milei alrededor de 150.000 personas, mientras que la Universidad de Buenos Aires (UBA) estimó una participación de 800.000 personas en todo el país.

Jorge Rodríguez, estudiante de la Universidad Tecnológica Nacional-Facultad Regional Córdoba dijo a Sala de Redacción que, a pesar de estar “acostumbrados” a los recortes, en esta ocasión las autoridades de las diferentes universidades se han movilizado aún más “al haberse encontrado con un presupuesto totalmente desactualizado en un contexto inflacionario desmedido”. 

Desde la Asociación de Docentes de la Universidad de la República (ADUR) expresaron solidaridad ante la situación de las universidades públicas argentinas mediante una carta el pasado 14 de marzo, expresión que reiteraron el día de la marcha en sus redes sociales. En diálogo con Sala de Redacción, Sabrina Álvarez, integrante de ADUR, expresó que existe un vínculo “muy estrecho” con la academia argentina y con el circuito científico. Asimismo, aseguró que “el deterioro del sistema universitario argentino nos trae desafíos que serán mucho mayores para los colegas uruguayos cursando sus posgrados en Argentina”.

Uno de los estudiantes uruguayos afectados por la situación es Nicolás Marrero, también integrante de ADUR, que se encuentra cursando el doctorado en Ciencias Sociales en la UBA y describió la magnitud de la movilización como de “características históricas” e “inéditas en el contexto reciente”. 

A fines de 2023, cuando se presentó la propuesta de Ley Ómnibus impulsada por el gobierno de Milei que incluía la implementación de aranceles para estudiantes extranjeros, la situación de los estudiantes del exterior que cursan en Argentina se puso en tela de juicio y su futuro era incierto. El Ministerio de Educación en Argentina documentó en su síntesis 2021-2022 a 1740 estudiantes de grado uruguayos y 737 cursando posgrados en universidades públicas. Este número comparativamente representa un 8,2% de los 8946 uruguayos inscritos a un posgrado registrados por la Dirección General de Planeamiento de la Universidad de la República en 2022. La cantidad de estudiantes universitarios uruguayos desde entonces solo ha ido en aumento, contaron fuentes de universidades argentinas consultadas por El País en junio de 2023.

Elaboración propia en base a datos de la Dirección General de Planeamiento de la Universidad de la República y el entonces Ministerio de Educación argentino, hoy Secretaría de Educación
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección General de Planeamiento de la Universidad de la República y el entonces Ministerio de Educación argentino, hoy Secretaría de Educación

Según los datos extraídos por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) de Argentina, el presupuesto vigente total fue ajustado a $1.440.397 millones, lo que significa una caída del 71% en comparación al año pasado. 

El 22 de abril, el Ministerio de Capital Humano anunció que se le transfirió a las 65 universidades públicas alrededor de $24.000 millones para gastos de funcionamiento, generando que el presupuesto total vigente sea tan solo un 4,1% más que el de 2023. Este factor es uno de los más preocupantes para los estudiantes debido a la crisis inflacionaria que atraviesan. Paula Araoz, estudiante de la Universidad Nacional de Tucumán, señaló a SdR que las universidades públicas en Argentina “no significan solamente el lugar donde vamos, estudiamos y nos recibimos, hay provincias donde la universidad es un corazón productivo”.

Argentina no es el único país rioplatense que ha atravesado luchas presupuestales para la educación pública terciaria en los últimos años. Para Marrero, hay “paralelismos” entre la situación del vecino país y la experimentada en octubre del año pasado en Uruguay tras la Rendición de Cuentas, que llevó a la ocupación de tres facultades de la Universidad de la República. Opinó que en Argentina los recortes son “más pronunciados y en menor tiempo”, pero que “hay similitudes en el intento de cercenar presupuestalmente, al tiempo que se ataca políticamente la autonomía de las universidades”. También, remarcó que en ambos casos la respuesta popular ha sido “contundente”. 

Pasada la marcha, desde el gobierno anunciaron que “no está en la agenda cerrar las universidades”, aunque respecto a la discusión sobre el arancelamiento para estudiantes del exterior, declararon que era “razonable” que se priorice la educación de los argentinos sobre extranjeros. Araoz manifestó que, en caso de no poder resolver a la brevedad el problema presupuestario, “la respuesta que se está gestando es la de la organización y concientización”, siendo el sector estudiantil el “sujeto político” que se puso al frente en este contexto.

En la sesión del martes 16 de abril, el Consejo Directivo Central de la Universidad de la República, a propuesta de la presidencia del Servicio de Relaciones Internacionales, resolvió implementar una serie de medidas de apoyo a las universidades del vecino país, entre ellas, “impulsar en todas las redes académicas internacionales en las que participan universidades públicas argentinas, el planteo de que las reuniones periódicas sean realizadas -en lo posible- en territorio argentino, a efectos de facilitar la más amplia participación de académicos de ese país”, “priorizar en las convocatorias a movilidades académicas internacionales, aquellas que involucren a universidades públicas argentinas” y “elaborar una agenda de actividades y acciones concretas que den continuidad y proyección a las actividades académicas en curso”, en articulación con los centros regionales y servicios universitarios del litoral oeste y el norte del país.

Guadalupe Pérez / Francisco Valín

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