DEGRADACIÓN Y DESTRUCCIÓN FEMENINA


En el día internacional de eliminación de la violencia contra la mujer, diversas organizaciones sociales realizan intensas actividades, durante todo un mes, para generar conciencia sobre las diferentes formas de agresión de género, desde las presiones psicológicas y las palizas, hasta las violaciones, que en nuestro país no disminuyen, por el contrario aumentan. Los recientes crímenes sexuales de las que fueron víctimas adolescentes menores de edad, revela el arraigo de una cultura masculina que visualiza el cuerpo de la mujer como un objeto susceptible de ser profanado. Tales hábitos y costumbres son invariablemente reforzados por la práctica de cierta prensa que, con la excusa de informar, despliega crónicas que recrean morbosamente tales crímenes -como ocurrió con la violación y asesinato de de Yamila- depositando la culpa en la propia víctima.
En el plano de los crímenes de género hay una continuidad evidente entre el presente y la impunidad de que gozaron los delitos sexuales de lesa humanidad contra prisioneras políticas durante la dictadura militar. Tanto ayer como hoy, la vergüenza, el pudor y las secuelas psíquicas de las violaciones, operan a favor del silencio y por tanto a favor de los violadores, sean éstos civiles o uniformados.
Por esta razón SdR ofrece en un mismo informe dos materiales que aportan elementos de concientización sobre el tema: una crónica de Rocío Castillo sobre la manera en que la prensa divulgó el asesinato de Yamila (“El fideo en la sopa”); y el testimonio valiente y sobrecogedor de Beatriz Benzano,  (Castigos de género) ex prisionera política, una de las 28 denunciantes de crímenes sexuales cometidos en diversos cuarteles, (*) donde en forma descarnada se resiste a eludir las cosas por su nombre y explica que consecuencias atroces tiene el silencio para las propias víctimas.
(*) SdR realizó una amplia cobertura de esas denuncias, que por primera vez revelaban el carácter sistemático de las violaciones a prisioneras. Véase: “Violaciones y abuso sexual sistemático en la dictadura”, 30 de octubre de 2011.
 

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