A mediados de mayo entró en vigencia el Plan Nacional de Invierno para personas en situación de calle del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) que, según anunció el gobierno, este año aumentará los cuidados durante los meses más fríos del año. En principio, habrá 4.215 cupos disponibles en todo el país, esto es, 200 plazas más que el año pasado. El Mides asegura que en caso de aumentar la demanda de cupos se extenderán los servicios.
El ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, aseguró durante la presentación del programa que la cartera “atenderá también las causas de fondo”, algo que “no es de un día para el otro”. “Vamos a tener un abordaje muy importante en tratamiento de adicciones y también con la atención de personas que recuperan la libertad”, afirmó.
El Plan de Invierno funcionará con un sistema de paradores nocturnos, es decir, refugios más flexibles para quienes optan por no acudir a las instalaciones tradicionales del Mides. Se trata de paraderos de emergencia gestionados en conjunto con organizaciones sociales que proveen comida y abrigo. No ofrecen, por lo tanto, un lugar de acogida prolongado, se encuentran abiertos sólo durante emergencias meteorológicas.
En conversación con Sala de Redacción, la ex directora de la División de Calle del Mides y actual diputada por el Frente Amplio, Micaela Melgar, opinó que las medidas dispuestas en el actual Plan de Invierno son insuficientes. Señaló que el encare de la situación no es el correcto y sugirió que lo ideal sería hacer un relevamiento no sólo de la cantidad de gente que se encuentra en situación de calle, sino también de la causa. “Lo que indicaban los censos anteriores era que la gran mayoría de las personas que estaban durmiendo en la intemperie venían de estar privados de libertad”, apuntó.
Melgar argumentó que ese no es un detalle menor, ya que al haber aumentado la población de cárcel -actualmente hay récord de personas privadas de libertad- la situación se va a ir potenciando. “Ahora tenemos más presos y, por lo tanto, más gente que va a salir de la cárcel. Ahí hay un nudo que no se está resolviendo. Entonces, por más cupos que abras, si la canilla está abierta, la gente va a seguir yendo de la cárcel a la calle”, consideró.
Melgar considera que el panorama “empeora y tiene poca perspectiva de mejoría, porque no veo que se estén atacando las causas. Lo único que se hace, y el Plan de Invierno es una imagen clara de eso, son respuestas desesperadas de ampliación de cupos”.
En tanto, el sociólogo Sebastián Aguiar, que trabaja con la organización Ni Todo Está Perdido (Nitep), comentó a Sala de Redacción que si bien muchas veces las políticas del Mides desplegadas en el Plan de Invierno son bien intencionadas, la ejecución muchas veces no es la ideal. Consultado sobre el sistema de paraderos nocturnos, Aguiar destacó como una problemática que muchos de estos nuevos espacios de contingencia se instalan en bases militares. “Hay cierta ambigüedad también. Hay algo virtuoso en que el Ministerio de Defensa genere espacios, pero por otro lado también hay algo raro en militarizar la situación de calle. Un retiro nocturno debería tener en cuenta el expertise de las personas que lo gestionan”, observó.
Acerca de la gestión de este tipo de lugares y otros tipos de refugios, el integrante de Nitep enumeró una serie de problemas, como la relocación de personas o el funcionamiento poco aceitado de los centros. “Las personas llegan al refugio a las 6 de la tarde y recién a las 11 de la noche saben si se pueden quedar o no. Si no hay cupo, te pueden mandar a otro refugio, que puede quedar en la otra punta de la ciudad y no se ofrece transporte”, cuestionó. Aguiar indicó que este tipo de experiencias alejan sistemáticamente a las personas en situación de calle de la red de contención del Mides.
Con relación a la cantidad de cupos, el sociólogo advirtió que si bien aún no hay números oficiales, se estima que la cantidad de personas en indigencia creció muchísimo en 2021. Ya entre 2020 y 2021 se había observado un aumento del 16%. “Es probable que con el aumento de personas que ha habido, la cantidad de cupos que hay actualmente sea insuficiente”, advirtió.
Al respecto, Melgar aseguró que “por más que vos amplíes a 10.000 cupos siempre se van a llenar, porque Uruguay tiene un gravísimo problema habitacional, entonces siempre va a haber demanda”.
“Manotazo de ahogado”
Otro asunto que volvió al debate en el marco de la presentación del Plan de Invierno es la internación compulsiva de las personas en situación de calle, ya que el ministro de Desarrollo Social envió en febrero al Parlamento un proyecto de ley para extender esta medida a personas con problemas de consumo. Melgar opinó que la compulsividad ya se ha probado y no da resultado: “Estas son respuestas de manotazo de ahogado, de no saber resolver la situación. Más allá de que uno esté de acuerdo con esto o no, es algo que ya se probó y no funcionó”.
Para Aguiar lo dispuesto en el proyecto de ley no es sostenible en la práctica, dado que hay muy pocos cupos y “no se da abasto con lo que ya existe”. “Es una medida hipócrita y superficial”, añadió; y argumentó que el sistema de denuncias tiene cierta ambivalencia. A su juicio, “a veces implica una lógica un poco persecutoria” que “genera una expulsión violenta [de la persona en situación de calle] que entra en contradicción con el derecho de habitar”.
Entre las políticas que se reforzaron o agregaron, el Mides amplió el horario de disponibilidad de los equipos móviles y del call center para que la población llame y avise si observa a una persona durmiendo en la calle. El número es 0800 8798 y funciona las 24 horas en Montevideo.