Charla de Gustavo Zubía en actividad de Un Solo Uruguay. Foto: Analía Pereira

A 100 días de la irrupción pública del movimiento de autoconvocados por preocupaciones del agro, Un Solo Uruguay se presentó en el Ateneo de Montevideo y se definió como “un movimiento que quiere ser la piedra en el zapato para el gobierno que esté de turno, queremos marcarle el camino’’ dijo Silvano Pucciarelli, presidente de la agrupación que, por razones personales, dijo, dejó su cargo al final del evento.
La agrupación comenzó un ciclo de charlas sobre distintas preocupaciones, entre ellas educación, seguridad y economía. En la primera edición y a sala llena, la Mesa de Montevideo de Un Solo Uruguay invitó al ex fiscal Gustavo Zubía para discutir sobre inseguridad.
Con voz fuerte, Zubía comenzó su charla desmintiendo la nota que el diario El Observador publicó el 8 de mayo, ante una denuncia de la Fiscalía General de la Nación sobre el mal manejo que el ex fiscal habría hecho en un trámite de orden de detención, que dejó a un delincuente escapar de la policía.‘’Hoy me desperté con miedo frente a esas declaraciones’’ dijo el ex fiscal y agregó: ‘’miedo de no olvidarme de nada de lo que tengo que decir respecto al horrendo funcionamiento que estamos teniendo de la Fiscalía, que está funcionando como una máquina de picar carne. Los fiscales están absolutamente desbordados. Anoche seis colegas de los 20 que somos se comunicaron conmigo y me dijeron ‘el sistema se nos cae’ ‘’.
Como si fuera una clase de derecho penal, el ex fiscal expuso ante los presentes los principales conceptos de tres corrientes de legislaciones penales: el abolicionismo penal, que explicó como la no imposición de sanciones por acuerdos entre víctima y victimario; el sistema penal clásico, que es la responsabilidad por el acto delictivo; y el “derecho penal del enemigo”, que distingue entre ciudadanos, definidos como personas que a pesar de haber delinquido respetan y no lo hacen de nuevo, y “enemigos del poder judicial”, que son quienes quieren ‘’destruir a la sociedad’’.
‘’El territorio del Estado en varios barrios de Montevideo y en varias zonas del interior del país se encuentran controlados por el poder delictual. El Estado está perdiendo el control de su territorio, está perdiendo la autoridad como Estado’’ comentó.
Según el ex fiscal, en Uruguay existieron las tres corrientes juntas y hoy queda menos del derecho penal del enemigo y más del abolisionismo penal. ‘’Cuando estaba en la Fiscalía yo aplicaba el derecho penal del enemigo mediante la reincidencia, porque la persona que comete delitos sucesivos se transforma en un enemigo del sistema’’, dijo, y al son de la ovación de los presentes, agregó: ‘’la reincidencia hoy está en crisis. Delinquir es negocio y no hay rehabilitación racional para eso más allá de algunos casos puntuales.’’
Consultado por SDR sobre el sistema penitenciario, dijo que no se debe ser utópico con respecto a la cárcel. ‘’La cárcel no solo debe ser un centro de rehabilitación, que hoy es muy dificultoso excepto en algunos casos, la cárcel es un lugar de sanción. Creo que hay que modificar el sistema carcelario, hay algunas de nuestras cárceles que son verdaderos infiernos porque el Estado no invierte’’.
Sobre el sistema penal Zubía lo describió como abolicionista y dijo que se centra en la resolución del conflicto, poniendo como ejemplo el pago, por parte de los delincuentes, del dinero robado. Algunos espectadores en susurro comentaban entre sí que ‘’no lo podían creer’’. Zubía declaró que el nivel de captura del sistema penal es del 4,5% de 100 delitos cometidos y denunciados. ‘’Hoy el sistema penal es un balde con agujeros por donde se escapan los pescados’’.
Al final de la charla, entre los aplausos, se escuchó la voz de un hombre que declaró ser funcionario penitenciario: ‘’todo lo que usted acaba de decir es tal cual’’ dijo y continuó, ‘’para los privados de libertad es todo un negocio, a mí me han dicho que no les cuesta nada salir a robar y matar. El sistema tiene más empatía con ellos que con los funcionarios, trabajamos con handies rotos y teléfonos encintados y muchas veces cuando hay situaciones difíciles no hay suficientes funcionarios para dar apoyo”.
Cuando mencionó la presencia de las Fuerzas Armadas como apoyo en la seguridad de las calles, el ex fiscal lo interrumpió rápidamente, ‘’el Ejército es una institución que está para otras cosas. Ingresarlo a la vida cotidiana podría llegar a destruirlo más en su interna que los beneficios que pueda darle. Yo opino que hay que liberarle las manos a la Policía, que ahora las tiene atadas’’.
En diálogo con este medio, Zubía declaró que su meta ahora es llegar al Parlamento, aunque aún no definió con quién. “Quiero llegar al Parlamento para mejorar todas las normativas del Código Penal. Hay que mejorar urgentemente algunos artículos para obtener respuestas a corto plazo”, expresó.
Analía Pereira
 

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