El endeudamiento juvenil puede surgir por diversos motivos: por la necesidad de cubrir gastos diarios debido a los bajos ingresos económicos, el desempleo o las tasas de informalismo; por el consumo desmedido; por la facilidad de acceso a créditos y préstamos, así como por la falta de educación y planificación financiera.

Según el informe “Endeudamiento de los jóvenes en Uruguay” realizado por el Banco Central del Uruguay (BCU) por impulso del Instituto Nacional de la Juventud (Inju), casi 300.000 personas menores de 30 años están endeudadas en Uruguay. 

En diálogo con Sala de Redacción (SdR), Aparicio Saravia, director del Inju, mencionó que “es injusto pero es lógico” que los jóvenes enfrenten un mayor problema frente a la deuda en comparación a la población adulta. Una trayectoria de vida menor y más grados de informalismo y desempleo son algunos de los factores que inciden; “al ser jóvenes, no tenemos la misma cantidad de años que los adultos para, por ejemplo, generar riqueza y ahorros o recibir herencias”, dijo Saravia.

Lo que el estudio reveló

El análisis comprende lo ocurrido entre mayo de 2015 y mayo de 2023. Arroja que un 44%, 132.000 jóvenes, tienen dificultades en su capacidad de pago, mientras que el 56% restante, alrededor de 165.000, mantiene una relación saludable con la deuda.

En el período utilizado para el análisis, también hubo un aumento en el capital promedio de las deudas, que pasó de 19.000 a 87.000 pesos. Dentro de esta población de deudores, el 99,6% de los casos se relaciona con la compra de bienes de consumo, el 4,1% con compras de automóviles y solamente un 0,2% con deudas hipotecarias.

Según datos de la Central de Riesgos Crediticios que maneja el informe, Salto tiene el mayor nivel de deudores jóvenes con dificultad de pago, con un 64%, lo siguen Artigas y Paysandú, con 61,6% y 59,1% respectivamente. El departamento que cuenta con el menor porcentaje de todos, sin embargo continúa siendo alto, es Colonia con 53,1%.

El estudio del BCU muestra la deuda formal que está institucionalizada, pero “hay todo otro mundo de deudas clandestinas” que ocurren en situaciones de mayor vulnerabilidad, “por las cuales tenemos que preocuparnos, porque tiene relación con bandas criminales o deudas que no se registran y que las llevan adelante particulares”, manifestó el director.

Educar para prevenir

El Inju lanzó a fines de febrero la primera parte de la línea de trabajo “Pin! Piques para manejar tu dinero” con una plataforma digital que cuenta con el apoyo del BCU y del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), que brinda herramientas para mejorar la capacidad de los jóvenes frente a la toma de decisiones financieras. Actualmente, trabajan en el diseño de la implementación de 200 talleres que comenzarán a mitad de año y que pretenden alcanzar a jóvenes de distintos puntos del país que asisten a liceos pero también a que quienes no concurren a instituciones educativas.

Ignacio Umpiérrez, economista e investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), comentó a SdR que Uruguay es un país que presenta un triple desafío en relación a los jóvenes dentro del sector económico: primero, hay una falla por parte del sistema educativo en relación a la educación financiera, y segundo, la presencia de rezagos de episodios tan relevantes como las crisis económicas sucedidas en 1982 y 2002, “con consecuencias muy importantes y que ha arrastrado a muchas generaciones”. El tercer elemento tiene que ver con el propio mercado financiero “que no incentiva la generación de ahorro, dado que tenemos mercados de capitales muy poco profundos” concluyó.

En relación a ello, Saravia dijo que “el mercado es cada vez más desafiante, por eso tenemos que tener jóvenes preparados”, y argumentó que por ello el BCU está trabajando en conjunto con la Administración Nacional de Educación Pública, con foco en introducir políticas de educación financiera y generar un cambio de paradigma dentro de la currícula de las instituciones educativas.

Para Umpiérrez, el país debería tener como objetivo promover un mayor desarrollo y una profundización en los mercados de capitales, sin embargo, para lograrlo se necesita generar un aumento en la cotización de las empresas para tener más fuentes de financiamiento.

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