John McCain y Goerge W. Bush durante la campaña electoral de 2004 / AFP Photo / TIM SLOAN

El mundo entero se ve conmovido por la situación en Siria, más de 110.000 personas han muerto desde que comenzó la guerra civil y el número de refugiados ha superado la marca de los dos millones.
Mientras los miembros de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos debatían una posible intervención al país árabe, el ex candidato presidencial John McCain jugaba al póker.
McCain es considerado un defensor de la línea dura contra el régimen de Bashar al Assad y se ha mostrado a favor de la intervención en Siria. Justamente es a él a quien ha acudido Barack Obama para obtener el apoyo del Congreso. El senador siempre ha instado al gobierno de Obama para que suministre instrucción militar y armamento a algunos de los grupos rebeldes que combaten contra el presidente Bachar al Asad. En declaraciones realizadas días atrás, McCain añadió que Obama no debería esperar la autorización del Congreso para tal acción.
La postura de McCain no sorprende ya que en las últimas dos décadas no ha perdido oportunidad para promover una escalada en el conflicto internacional. Desde mediados de los años noventa, ha presionado para cambiar regímenes en más de media docena de países como Siria, Iraq, Rusia y Corea del Norte.
A continuación se recogen algunos de los comentarios que ejemplifican la ansiedad de McCain para tomar acción militar:
Con respecto a Siria: “La prestación de asistencia militar al Ejército Sirio Libre y otros grupos de la oposición es necesaria, pero a estas altura, por sí sola no será suficiente para detener la masacre y salvar vidas inocentes. La única manera realista de hacerlo es con el poder aéreo extranjero”.
Acerca de Iraq: “Los líderes siempre tienen opciones, y la historia enseña que las duras decisiones, la elección de no disuadir a Saddam Hussein en 1990, la falta de actuar cuanto antes contra Al Qaeda, a menudo dan lugar a las mismas circunstancias que deseaba evitar al aplazar la acción, que nos obliga a reaccionar en defensa de la libertad. Líderes de Estados Unidos hoy en día tienen una elección. Se determinará si nuestros pueblos viven en el miedo detrás de las paredes que ya se han violado, ya que nuestros enemigos planean nuestra derrota en el tiempo que les hemos dado para hacerlo”.
En relación a Afganistán: “Tenemos que hacer una declaración inmediata de nuestra determinación de que ya no toleramos la sanción dada a nuestros enemigos por ninguna nación … Si los talibanes niegan nuestra demanda, entonces deben saber que van a ser tratados como aliados de nuestro enemigo, y, por lo tanto, son ellos nuestros enemigos, y van a sufrir mucho por su lealtad “.
Acerca de Libia: “Armaría, adiestraría, equiparía, tanto desde fuera como desde dentro a las fuerzas que eventualmente derrocaran a los gobiernos e instalan gobiernos libres y democráticamente elegidos… toma tiempo, como lo hizo durante el período de la ocupación rusa de Afganistán. Sin embargo, hemos sido capaces de darles algunas armas y los medios para hacer que los rusos abandonaran Afganistán. Así que podemos hacerlo”.
En cuanto a Rusia: “Ahora es el momento de repensar nuestra relación con la Rusia de Putin. Tenemos que hacer frente a la Rusia que no es la que podríamos desear. No podemos permitir que la actual acción de Putin se posicione sin graves consecuencias … Debemos presionar para completar todas las fases de los programas de defensa de misiles en Europa, y movernos rápidamente a una nueva ronda de ampliación de la OTAN “.
Para cada uno de los países mencionados, el senador concibe diversas maneras de intervenir militarmente, desde ataques aéreos, asistencia militar o incluso hasta guerra terrestre. Como jugando al War, aquel juego donde hundíamos barcos, parece que McCain tiene un objetivo claro que explicita un modelo de pensamiento y una concepción del mundo digna de una persona que ante la discusión en la cual miles de vidas estaban en juego, prefirió jugar al póker.
Noel Nápoli

FacebookTwitter