Donación en el Servicio Nacional de Sangre. Foto: Secretaría de Comunicación de Presidencia de la República.

 
Uruguay apuesta a que la donación sea voluntaria y altruista. Donar es hacer circular la sangre, y permite salvar y mejorar la calidad de vida de muchas personas. Los beneficios de donar no solo alcanzan a quien la recibe, sino también a quien la da.
La base de datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre Seguridad Sanguínea alimentada por 164 países indica que, en el mundo, se hacen al año más de 92 millones de donaciones de sangre. De ellas, casi dos millones son descartadas porque, al ser analizadas, se detectan infecciones, como por ejemplo sífilis, hepatitis B, hepatitis C o VIH.
La OMS indica que la tasa de donación de sangre por cada 1.000 personas es de 32,1 en los países de ingresos altos y 4,6 en los de ingresos bajos. En los países de ingresos altos, la transfusión suele ser en casos de cirugías cardiovasculares, trasplantes, traumatismos masivos y tumores malignos; en los países de ingresos bajos y medios, se usa mayoritariamente en complicaciones gestacionales y de anemia infantil. Los pacientes que reciben transfusión de sangre en los países de ingresos altos son los mayores de 65 años (76%) y en los países de ingresos bajos son los menores de 5 años (65%).
SdR consultó al médico Juan Cardozo, acerca del proceso que se lleva a cabo luego de la extracción de sangre. Explicó que a cada donante se le extraen 450 mililitros y que a ese volumen “se le hacen tres procedimientos: el fraccionamiento, el estudio inmunohematológico y el estudio serológico”. Detalló que “no se le transfunde como sangre total a un paciente sino que previamente se fracciona mediante un proceso de centrifugación”. Por otro lado, “se hace el estudio inmunohematológico, se estudian los grupos sanguíneos y luego se hace la parte serológica, en Uruguay se estudian ocho enfermedades infecto contagiosas”.
En Uruguay, dada la importancia del acto, el donante tiene derecho a no concurrir a trabajar el día en el que hace la donación, sin perder el jornal. Para ser donante, se requieren ciertas condiciones: tener entre 18 y 65 años, pesar más de 50 kilos y estar saludable.
El acto de donar sangre es esencial, es una contribución única de salvar vidas y mejorar la salud de un individuo.
¿Qué se hace con la sangre donada y durante cuánto tiempo es útil? Cardozo respondió que después del fraccionamiento, los productos se conservan de diferentes maneras: “la sangre va a una heladera [a una temperatura] entre 4 y 8 grados, y dura 42 días; las plaquetas van a un plaquetero a temperatura ambiente, se puede utilizar hasta 5 días [después de extraída], y el plasma fresco es el que dura más: se congela y dura hasta un año”. Aclaró que “estos procesos convencionales son los que se hacen acá en Uruguay” pero que “en otras partes del mundo el proceso que se hace puede llegar a conservar la sangre durante mucho más tiempo”.
Solo se puede asegurar un suministro suficiente mediante donaciones regulares voluntarias. “Hay mucho déficit en sangre”, informó Cardozo. Acerca de este déficit, el médico Federico Bonilla Orta, explicó a SdR que “nunca hay sangre de sobra” pero que “cuando se precisa, de alguna forma, se logra conseguir, pero con demoras poco productivas para el paciente”.
Un donante puede salvar hasta cuatro vidas, porque en su sangre se encuentran cuatro subproductos: glóbulos rojos, plaquetas, factores de coagulación y plasma. Según Bonilla, “se necesita generar más conciencia sobre el tema” y remarcó que “al donante se lo trata incentivar” para que sepa que “está haciendo un acto bien, es algo que tiene su cuerpo que puede ayudar a muchas personas”. Agregó que “donar sangre es importantísimo porque tenemos pacientes que se van a operar, o politraumatizados de un accidente grave que pierden mucha sangre y necesitan transfusiones, y a veces, si no hay sangre, el paciente no sobrevive, o no se puede operar si no llega a un nivel determinado de hemoglobina que la sangre a veces no puede generar y necesita transfusiones”.
Según información del Hospital de Clínicas, solo allí se realizan 6.000 transfusiones anuales, y uno de cada diez pacientes internados necesita de la donación de sangre. SdR intentó, sin éxito, comunicarse con la dirección del Servicio Nacional de Sangre, de la Administración de los Servicios de Salud del Estado, que en 2017 obtuvo 29.000 donaciones eficientes de sangre y plaquetas, según publicó la Secretaría de Comunicación de Presidencia de la República.
Con respecto a los tipos de sangre que más sirven para donar Bonilla precisó: “Todos tenemos cierto grupo sanguíneo, si yo tengo sangre AB positivo, que es bastante único, la mayoría de la población no va a poder recibir mi sangre; en cambio, el donante universal que puede donar es el 0 negativo. O sea, dentro de los donantes, el que más sirve para donar es el 0 o RH negativo y el más difícil para recibir es el AB positivo, por eso sirve que done el AB porque es menos común y el 0 positivo, por ser más frecuente”.
¿Por qué donar? Bonilla lo explica claramente: “Al donar sangre estás salvando vidas. Además hacerlo ayuda para renovar la sangre del cuerpo, se generan nuevas células. No tenemos una costumbre muy formal en Uruguay, y tampoco hay mucho dinero destinado a campañas para la donación de sangre. Es algo que podemos hacer casi todos y podemos ayudar a salvar vidas, y lo importante es que nos concienticemos un poco más sobre la importancia de esto”.
Noelia Benítez

Uruguay apuesta a que la donación sea voluntaria y altruista. Donar es hacer circular la sangre, y permite salvar y mejorar la calidad de vida de muchas personas. Los beneficios de donar no solo alcanzan a quien la recibe, sino también a quien la da.
 
La base de datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre Seguridad Sanguínea alimentada por 164 países indica que, en el mundo, se hacen al año más de 92 millones de donaciones de sangre. De ellas, casi dos millones son descartadas porque, al ser analizadas, se detectan infecciones, como por ejemplo sífilis, hepatitis B, hepatitis C o VIH.
La OMS indica que la tasa de donación de sangre por cada 1.000 personas es de 32,1 en los países de ingresos altos y 4,6 en los de ingresos bajos. En los países de ingresos altos, la transfusión suele ser en casos de cirugías cardiovasculares, trasplantes, traumatismos masivos y tumores malignos; en los países de ingresos bajos y medios, se usa mayoritariamente en complicaciones gestacionales y de anemia infantil. Los pacientes que reciben transfusión de sangre en los países de ingresos altos son los mayores de 65 años (76%) y en los países de ingresos bajos son los menores de 5 años (65%).
SdR consultó al médico Juan Cardozo, acerca del proceso que se lleva a cabo luego de la extracción de sangre. Explicó que a cada donante se le extraen 450 mililitros y que a ese volumen “se le hacen tres procedimientos: el fraccionamiento, el estudio inmunohematológico y el estudio serológico”. Detalló que “no se le transfunde como sangre total a un paciente sino que previamente se fracciona mediante un proceso de centrifugación”. Por otro lado, “se hace el estudio inmunohematológico, se estudian los grupos sanguíneos y luego se hace la parte serológica, en Uruguay se estudian ocho enfermedades infecto contagiosas”.

En Uruguay, dada la importancia del acto, el donante tiene derecho a no concurrir a trabajar el día en el que hace la donación, sin perder el jornal. Para ser donante, se requieren ciertas condiciones: tener entre 18 y 65 años, pesar más de 50 kilos y estar saludable.
El acto de donar sangre es esencial, es una contribución única de salvar vidas y mejorar la salud de un individuo.
¿Qué se hace con la sangre donada y durante cuánto tiempo es útil? Cardozo respondió que después del fraccionamiento, los productos se conservan de diferentes maneras: “la sangre va a una heladera [a una temperatura] entre 4 y 8 grados, y dura 42 días; las plaquetas van a un plaquetero a temperatura ambiente, se puede utilizar hasta 5 días [después de extraída], y el plasma fresco es el que dura más: se congela y dura hasta un año”. Aclaró que “estos procesos convencionales son los que se hacen acá en Uruguay” pero que “en otras partes del mundo el proceso que se hace puede llegar a conservar la sangre durante mucho más tiempo”.
Solo se puede asegurar un suministro suficiente mediante donaciones regulares voluntarias. “Hay mucho déficit en sangre”, informó Cardozo.
Acerca de este déficit, el médico Federico Bonilla Orta, explicó a SdR que “nunca hay sangre de sobra” pero que “cuando se precisa, de alguna forma, se logra conseguir, pero con demoras poco productivas para el paciente”.
Un donante puede salvar hasta cuatro vidas, porque en su sangre se encuentran cuatro subproductos: glóbulos rojos, plaquetas, factores de coagulación y plasma. Según Bonilla, “se necesita generar más conciencia sobre el tema” y remarcó que “al donante se lo trata incentivar” para que sepa que “está haciendo un acto bien, es algo que tiene su cuerpo que puede ayudar a muchas personas”. Agregó que “donar sangre es importantísimo porque tenemos pacientes que se van a operar, o politraumatizados de un accidente grave que pierden mucha sangre y necesitan transfusiones, y a veces, si no hay sangre, el paciente no sobrevive, o no se puede operar si no llega a un nivel determinado de hemoglobina que la sangre a veces no puede generar y necesita transfusiones”.
Según información del Hospital de Clínicas, solo allí se realizan 6.000 transfusiones anuales, y uno de cada diez pacientes internados necesita de la donación de sangre. SdR intentó, sin éxito, comunicarse con la dirección del Servicio Nacional de Sangre, de la Administración de los Servicios de Salud del Estado, que en 2017 obtuvo 29.000 donaciones eficientes de sangre y plaquetas, según publicó la Secretaría de Comunicación de Presidencia de la República.

Con respecto a los tipos de sangre que más sirven para donar Bonilla precisó: “Todos tenemos cierto grupo sanguíneo, si yo tengo sangre AB positivo, que es bastante único, la mayoría de la población no va a poder recibir mi sangre; en cambio, el donante universal que puede donar es el 0 negativo. O sea, dentro de los donantes, el que más sirve para donar es el 0 o RH negativo y el más difícil para recibir es el AB positivo, por eso sirve que done el AB porque es menos común y el 0 positivo, por ser más frecuente”.

¿Por qué donar? Bonilla lo explica claramente: “Al donar sangre estás salvando vidas. Además hacerlo ayuda para renovar la sangre del cuerpo, se generan nuevas células. No tenemos una costumbre muy formal en Uruguay, y tampoco hay mucho dinero destinado a campañas para la donación de sangre. Es algo que podemos hacer casi todos y podemos ayudar a salvar vidas, y lo importante es que nos concienticemos un poco más sobre la importancia de esto”.

Noelia Benítez

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