En su 20a edición, el festival de cine Piriápolis de Película proyectó filmes nacionales e internacionales durante tres días en el este del país. 

Joaquina Ferreira, estudiante de la UTU de Arrayanes y directora del cortometraje “Antu” conversó con Sala de Redacción acerca de la visibilidad de los cortometrajes de estudiantes en la rama audiovisual. 

El cortometraje es un retrato de un compañero de estudios en el campo de la informática, en el que destacan no sólo sus habilidades técnicas sino también su personalidad singular. A través de intervenciones lúdicas y autorreflexivas, Ferreira explora diferentes facetas de la entrevista que proporciona una visión más amplia y matizada del protagonista. 

Consultada sobre qué significa presentar un cortometraje de autoría propia en un festival dedicado al cine, Ferreira dijo que “significa exposición y que van a ver una parte de mí que no se vería si no lo mostrara deliberadamente”. Expresó que la participación es importante para procesar sugerencias o felicitaciones, y mejorar a su manera en los proyectos siguientes: “Ser visible en el evento significa dar un paso más hacia ser la artista que quiero llegar a ser”. Sobre esto, Ferreira agregó: “Nunca me había sentido tan productiva en mi aprendizaje”.

En referencia a cómo conseguir una mayor repercusión en el cine nacional, Ferreira reclamó que “hoy en día todos somos afectados por los audiovisuales, y por eso faltan más eventos y más exposición”.

“Creo que como pueblo uruguayo no le damos la importancia o respeto que se merece el audiovisual”, advirtió sobre el momento en el que se encuentra el cine en Uruguay y su repercusión. “No hay tanta exposición como la que debería haber para inspirar a consumir y crear arte”, agregó.

“Todavía busco mi estilo desde mi punto de vista; mi arte, por ahora, es para mí”, confesó Ferreira para referirse al mensaje que busca transmitir en sus cortometrajes. Además, contó acerca del proceso de creación y una de las cosas que más le gustan es la animación. “Toma mucho tiempo animar, pero ver mi mundo cobrar vida de a poco es una magia que me llena de felicidad. Me hace sentir que tengo trabajo en este mundo, que es comunicar a través del audiovisual”. 

“En un futuro planeo ejercitar la empatía de las personas que consuman de mi arte, impactar de una forma en la que nos haga tratarnos mejor a nosotros mismos y a los demás”, sostuvo y profundizó en que quiere enseñar a las personas a “ser libres de tener sentimientos fuertes y expresarlos”. 

Francisco Ziziunas, también estudiante de la UTU de Arrayanes y director del cortometraje “Ojos de Gato Negro” conversó con Sala de Redacción y contó cómo se prepara para crear un cortometraje, qué busca transmitir y cómo se siente al proyectarlo. 

“Ojos de Gato Negro lo escribí en 2020 para presentarlo como proyecto final de segundo año del bachillerato Audiovisual de Arrayanes”, relató Ziziunas. Si bien lo concretó ese año, la historia se empezó a desarrollar desde mucho antes cuando él era chico. 

Un día, antes de irse para la escuela con sus amigos, iban caminando y se encontraron una ofrenda. Lo que puede conocerse como macumba: “hacíamos bromas de que íbamos a quedar malditos”, contó. 

“Quise representar una historia de misterio y comedia, aprovechando todo el entorno que tenía en Arrayanes, que es todo campo”, dijo el estudiante refiriéndose a su cortometraje. “Me largué a escribir y quedó un corto de misterio” sobre unos amigos que se encuentran con una ofrenda, donde uno de ellos se lleva un objeto de esta macumba y comienza a quedar maldito”. 

“Un cortometraje es una idea que vos querés transmitir. A diferencia de una película que puede durar dos horas y donde podés desarrollar varias tramas, el cortometraje es cortito. Entonces en el momento que tenés al espectador viendo, tenés que comunicarle tu idea”, resume y afirma que “el mayor reto con ese tiempo y con los recursos que tenés es precisamente poder contar esa historia”

En el caso de Ojo de Gato Negro “lo que busqué transmitir son diferentes visiones sobre costumbres distintas a las de uno y el respeto que les tenemos” ya que “una macumba es algo que todos vemos normalmente, no es algo muy loco”. El estudiante dijo que su cortometraje tiene un lenguaje nacional propio de Uruguay: “siempre me ha gustado contar historias de acá y que las entiendan las personas de acá para que puedan sacar una mini reflexión”. Contó además que estuvo conforme con el resultado para el momento que se estaba viviendo. 

“Fue bueno que lo que creamos diera sus frutos”, afirmó Ziziunas sobre la proyección de su corto en Piriápolis de Película, al que evalúa como un evento que da visibilidad a los estudiantes de la UTU que haciendo cortometrajes “con todas las ganas del mundo”. Destacó también que visitaron una radio y fueron nominados a los premios de la Asociación de Críticos de Cine del Uruguay (ACCU). “Eso estuvo muy bueno, algo que creamos nosotros acá lo puede ver la gente y le puede gustar. Además no es solo ganar premios por ganarlos, sino por lo que representa ser visible en este medio y el impulso que te dan”. 

“El cine en Uruguay está en un buen momento de transición, hay películas para hacer y se están rodando proyectos”, resume el estudiante. Contó que pudo participar en algunos de los rodajes que se hacen en Uruguay, es decir, de productoras extranjeras que vienen al país para hacer sus audiovisuales. Agregó que “en estos años irá aumentando el número, podremos ver más películas y aspirar a concretar nuestros propios proyectos, que ese siempre es el sueño”.

Consultado sobre qué cambios haría para el beneficio de cine en Uruguay, Ziziunas dijo que lo que cambiaría son “los sistemas a veces cerrados” que hay en las productoras “de trabajar siempre con las mismas personas”. Aseguró que le gustaría que se abrieran las puertas a todos los que terminan de estudiar y que tienen ganas de trabajar en películas. 

“Ahora hay posibilidades, hay caminos para hacer, es un momento de transición y hay que aprovechar todas las oportunidades nuevas que vamos a estar creando para contar nuestras historias”, finalizó.

Rumbo a los Oscar

Otra de las producciones nacionales que se proyectó en el festival de Piriápolis fue “Temas Propios”, largometraje dirigido por Guillermo Rocamora, película candidata a la preselección de mejor largometraje internacional en la 96a edición de los Premios Oscar. 

“Siento un poco más de fuerza para seguir recorriendo el camino”, dijo el director en diálogo con Sala de Redacción y afirmó que los reconocimientos una vez hecha la película son un “empujón” para seguir adelante. 

Rocamora contó cómo es el camino para hacer una película y aseguró que es un proceso largo. “Uno muchas veces se pierde en ese camino, siente que la idea que tiene no es buena, que la película que pretende hacer no se va a poder financiar o que los actores que necesita no los va a poder encontrar… Es tan largo el proceso y depende de tantas personas que eso lo hace complejo”.  

“Todos los eventos que ponen foco en las películas nacionales son importantes porque todavía hay un debe de encuentros entre el público nacional y las películas nacionales”, afirmó Rocamora y profundizó en que los factores que explican esa deuda son la formación del público y el acercamiento a través de proyectos o eventos para que el público se interese por las películas uruguayas.

“Yo creo que el cine nacional está creciendo muchísimo, está dando pasos firmes”, dijo Rocamora y agregó que “se encuentra en un buen momento”: “queda un camino por recorrer pero que hay una cinematografía joven, nuevas generaciones que vienen con fuerza, que tienen mucho para aportar y crecer”. 

Con respecto a su manera de ver el cine y qué busca transmitir, Rocamora se describió a sí mismo como “un contador de historias de personajes cautivantes que conmueven”, y a partir de ahí logra aportar sobre lo que los personajes están viviendo. “No practico cine filosófico, me muevo por historias con un trasfondo, temas profundos que están arraigados a la historia de los personajes”, concluyó. 

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