
Pese a que el principal llamador era la música, el predio contó con otros atractivos, como deportes originales -entre ellos práctica de quidditch-, espacios lúdicos, y talleres abiertos de circo. Por la calle Uruguayana está la ex fábrica de Campomar, predio cedido por el Municipio C al colectivo El Picadero, que como contrapartida ofrece distintos talleres. “En particular, aprovechan este tipo de actividad para enseñar artes circenses muy básicas”, por ejemplo, “se cuelgan de las telas, les enseñan a hacer equilibrio con el monociclo y aros”, contó Mauro Pratto, de la Unidad de Comunicación del municipio. En la fiesta también se ofrecía practicar “deportes inclusivos”, a cargo de la Secretaria Nacional de Deporte: básquetbol con sillas de ruedas o bicicletas que se adaptan a personas con discapacidad. Además, se podía participar de otros juegos deportivos más tradicionales con profesores del municipio, señaló el comunicador.
En suma, el arte plástico también dijo presente. Mientras pintaba en la zona de graffitis, compuesta por varios paneles de madera dispuestos a modo de fotogalería, Laura Barufaldi explicó a SdR que lo que hacía “es una muestra de lo que venimos aprendiendo en el taller gratuito de arte callejera, que incluye muralismo, stencil y graffiti, y es dictado por Mario Alonso en el Centro Cultural Terminal Goes”. Por su parte, en esa área también se ofrecían tizas para quienes desearan realizar una intervención en la calle.
La jornada permitó que jóvenes que conforman bandas emergentes puedan tocar como forma de darse a conocer. “Se hace un llamado previo en el que bandas de cualquier tipo y género presentan la propuesta a través de un formulario en internet. Allí ponen en qué consiste la banda, quiénes son sus integrantes, su estilo, el género, y mandan un mail con demos. A veces se llegan a anotar 100 bandas”, explicó Pratto. Además, señaló que se contratan algunas bandas reconocidas. Este año, la realización del Cosquín Rock y el Montevideo Rock firmaron contratos de exclusividad con bandas como Trotsky Vengarán, lo que dejó pocas disponibles para la Fiesta de la juventud, detalló Pratto.
El sábado, el cierre musical estuvo a cargo de Cuatro pesos de propina, que se presentó en el escenario central con la presencia de unas tres mil personas. Gastón Puentes , actual vocalista de la banda, dijo que aceptó la propuesta con alegría y apertura. Ello quedó claro después de la actuación, cuando parte del público se acercó a sacarse fotos, felicitar y preguntar a coro “cuando es el próximo toque”.
Federica Carámbula