Un emblema del cine del interior de país. Foto: helvetico movie theaer

El Cine Helvético es un emblema cultural de la ciudad de Nueva Helvecia. Con sus 100 años recién cumplidos, es el único cine del interior del país que pertenece en su totalidad a los ciudadanos. Testigo y protagonista de la historia cultural nacional, este coliseo del arte, que supo ser en otras épocas referente en el país, está hoy lejos de esos años de gloria, ya que hace un año que no se proyectan películas en su pantalla.
La digitalización de las proyecciones de cine, que han hecho caer en desuso el formato 35 mm., ha perjudicado enormemente el funcionamiento del Cine Helvético. Las distribuidoras dejaron de proveer la película en el rollo físico, lo que obliga a que los cines se renueven para poder adecuarse a las nuevas demandas del mercado. Y esto significa una gran inversión que no es nada fácil de realizar para un cine que subsiste gracias a la venta de entradas, la cuota de $50 mensuales que abonan sus 100 socios y $8000 que provee la intendencia de Colonia cada mes. Por esta razón, no se proyecta una película desde julio del año pasado. “No tenemos los medios para comprar los equipos”, explicó a SdR Isabel Álvarez, presidenta de la Comisión Directiva del Cine, la cual está compuesta por seis personas que dedican su tiempo a gestionar el cine de forma voluntaria y totalmente honoraria. “Tenemos que comprar los equipos digitales para poder funcionar como cine. Esos equipos digitales, que son 2D y 3D, cuestan U$ 45000 como mínimo, más la instalación”, agregó.

Declarado Monumento Histórico Nacional en 1994 por decreto del Poder Ejecutivo, el Centro Regional de Cultura Cine Helvético es una asociación civil sin fines de lucro. Nació como biógrafo en 1915. Con el correr de los años fue evolucionando, pasando a ser cine sonoro y a color. En 1983 cierra sus puertas tras años de fructífera actividad. Lugo de muchas idas y vueltas y un gran esfuerzo de los vecinos de la ciudad, preocupados por la desaparición de la única sala en el suroeste del país con más de 1000 butacas, en enero del año 1998 se firma el compromiso de compraventa. La compra se logra gracias a la colaboración de comerciantes, industriales, instituciones del medio y la población en general mediante rifas y espectáculos a beneficio, además del aporte de la Intendencia Municipal de Colonia, con una deuda restante amortizable por la suma de U$S 60.000. La crisis del 2002 hace que sea imposible afrontar la deuda, por lo que el Banco Central inicia el trámite para el remate. Luego de mucha lucha y gracias a la ayuda del Ministerio de Transporte y Obras Públicas y la Intendencia Municipal de Colonia, se logra cancelar la deuda de forma totalitaria y el cine es, finalmente, propiedad de la gente.

Tener que encarar el manejo del cine luchándola siempre desde atrás y afrontando un montón de obstáculos ya es algo a lo que los integrantes de la comisión están acostumbrados. “Yo entré a la comisión hace como 10 años y siempre estuvimos luchando. Primero era porque no podíamos pagar la deuda que los fondos de recuperación nos mandaron. Luchamos para pagar U$ 60.000. Hablamos con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas que nos dio una mano, más una mano de la intendencia, pudimos salir de la deuda y el cine quedó saneado”. Luego de esto, llegó la exigencia de modernizar el sistema de sonido, objetivo que se logró en el año 2010 tras haber ganado Los Fondos para el Desarrollo de Infraestructuras Culturales en el interior y con la colaboración de ANCAP. Hoy afrontan el problema de la adquisición de los equipos digitales. Para poder lograrlo, acudieron al Ministerio de Educación y Cultura, pero no han recibido respuesta. “Nos reunimos con el ministerio el año pasado”, cuenta Isabel. “Nos dijeron que iban a buscar préstamos blandos del Banco República en noviembre del año pasado. Nos llamaron para una reunión con el Banco pero hasta el día de hoy no se concretó la reunión. La diferencia está en que en todo el resto del interior, los cines son propiedad de privados. El único lugar en el que el cine funciona como una institución del pueblo es acá, en Nueva Helvecia. No hay ningún otro cine que no sea una empresa que logre beneficio propio”.

Mientras esperan respuesta de parte del Ministerio, buscan otras formas de recaudar el dinero que necesitan. “La idea es empezar a hacer espectáculos en la ciudad con artistas locales, cobrar una entrada módica, y que los artistas nos donen lo recaudado”, explicó Álvarez a SdR. También están considerando volver a presentarse a los Fondos Concursables del MEC con la excusa del aniversario número 100.
Actualmente, el cine funciona más que nada como teatro. Cada mes, presentan un espectáculo teatral diferente, lo que ayuda a que el cine siga en movimiento y a la vez permite recaudar fondos para mantenerse. Además, cuando alguna institución de la ciudad lo necesita, el cine abre sus puertas y les da lugar para realizar sus actividades, como beneficios o actos, de forma gratuita.
Expectativas. La comisión espera que la gente de la ciudad reaccione de forma positiva cuando el cine pueda reabrir con su proyector actualizado. “Se supone que esta inversión va a lograr que la gente venga al cine. Esa es la idea”, explicó Álvarez, aunque admitió que el público local es muy impredecible y es imposible saber con certeza lo que va a ocurrir. “A los espectáculos teatrales viene mucha gente de otras ciudades. Y después la gente de Nueva Helvecia dice que el cine no ofrece nada, y no es así, el tema es que la gente capaz no lo sabe aprovechar. Hicimos una semana de cine europeo. Vinieron diez personas. Después viene alguien y nos dice que solo tenemos películas comerciales. Entonces no sabés cómo lo tenés que manejar, cómo hacer que la gente acepte lo que le brindas”.
100 años a las risas. El pasado mes de enero, el Cine Helvético cumplió sus primeros 100 años de vida y, pese a la imposibilidad de proyectar películas, se festejó a lo grande. “Arrancamos el año con Dady Brieva, que fue un evento especial y para nosotros fue un gran logro”, declaró Álvarez. El cine se colmó de espectadores de la ciudad y todo el departamento para recibir a uno de los humoristas más destacados del Río de la Plata, quien no defraudó; brindó un gran espectáculo y dejó al público enormemente complacido.
Gonzalo Hernández Waller

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