Avant premiere del documental Los olvidados / Foto: Federica Carámbula, SdR

El 3 de mayo se estrena la película Los olvidados, documental con que el comunicador Agustín Flores inicia su carrera de director de largometrajes. El audiovisual trata sobre el barrio Marconi, que de esta forma podrá verse en una pantalla sin ser abordado por la crónica policial de los informativos.
El documental propone observar el día a día de este barrio a través de la vida diaria de Aníbal González, conocido como Don Cony, un rapero del barrio que se hizo conocido por haber logrado 100.000 visitas en los primeros días en que el videoclip del tema Yo soy Marconi se subió a la plataforma Youtube. El hermano de Don Cony, Kitty, que también rapea, vive el día a día haciendo changas. “El que trabaja ilegal no tiene nada y el que trabaja ilegal tiene mucho, ¿si vos querés tener algo cuál elegirías?”, plantea en una parte del film, que aprovecha el parentesco entre los raperos para mostrar debates que se dan en una familia compuesta por una madre y sus siete hijos. Esta y otras situaciones son mostradas de una forma directa, lo que lleva al espectador a la cotidianeidad del barrio. En particular, se busca representar la mirada de los vecinos, que contrasta con los hechos de violencia que se ven mayormente en los grandes medios de comunicación cuando se habla del barrio.
En muchos casos es el mismo Kitty quien se filma con sus vecinos. Entre los personajes principales aparecen también Nancy y Walton, concejales vecinales de la zona, que muestran que en Marconi también hay quienes quieren mejorar el barrio y trabajan para eso. A través de ellos se muestra, por ejemplo, la lucha por tener agua corriente de OSE en algunas zonas. En el documental se ve cómo después de su momento de fama, una FM local le pregunta a Don Cony por qué no siguió por el camino de la música. Como respuesta, plantea las dificultades para hacerlo, ya que para sustentar su familia debe trabajar una gran cantidad de horas haciendo el mantenimiento del Hospital Maciel.
Algo de historia
En en entrevista con SdR, Flores contó que los protagonistas de la película no pudieron terminar la escuela y que su padre los abandonó de chicos. “Se criaron entre vecinos y un poco en la calle, obviamente que su nivel de estudios los condiciona para acceder a empleos. En el documental vemos a los trabajos a los que pueden acceder: mantenimiento, reponedor de supermercado; se les acota bastante el panorama”, añadió.
La idea no nació sola, Flores ya había trabajado con los técnicos que participaron del documental y también con jóvenes de Casavalle, ya que trabaja como editor de video en la Usina Cultural Casavalle, proyecto que lo llevó a dirigir el mediometraje Artistas de Barrio. [Con Santiago González Dambrauskas, Leo Ferraro y Sebastián Martínez] veníamos haciendo realizaciones cada vez más ambiciosas, hicimos ese mediometraje y nos vinieron ganas de hacer un largo”. Si bien en el primer producto audiovisual Don Cony tenía una participación reducida, después resolvieron hacer un documental sobre el Marconi que lo tuviera como protagonista, al que se fueron agregando otros personajes en la medida en que los iban conociendo.
Gracias a Artistas de barrio obtuvieron gran parte del archivo. “Ahí ya teníamos grabaciones previas de Don Cony, de 2012. Teníamos imágenes de hace unos años del anfiteatro Marconi”, contó. Pero de ahí en adelante había que documentar cómo vivía el barrio y, tal como señaló Flores, es dificil filmar en un lugar donde las cámaras se asocian a la estigmatización del barrio. El autor contó que su método fue “tratar de no ir demasiado, de no saturar, de entrar y salir acompañado por ellos. Ir tranquilo, hablando con la gente, tratando de diferenciarme de un canal de televisión [que] llega [con] una cámara grande, con todo un equipo, haciendo ruido”.
Protagonistas
Como en cualquier proyecto de este tipo, en un principio había quienes no querían ser filmados, pero más temprano que tarde los vecinos notaron que la presencia del equipo de documentalistas no era con malas intenciones. Incluso, empezaron a colaborar con ellos. Flores recordó que cuando ocurría algo en el barrio que los vecinos consideraban que podia ser una escena poderosa, se contactaban con él para que lo registrara. Ello ocurrió con una escena en la que se filma un sepelio, que es “una de las escenas más fuertes del documental”. Además, dijo que la cámara también sirvió de respaldo al barrio ante reclamos que realizaban los vecinos, como el que plantearon a OSE para el acceso al agua potable en algunas zonas.
Aunque el estreno para todo público será el 3 de mayo, la productora ofreció una función avant premiere el 27 de abril en la Sala Zitarrosa, que se llenó tras sobrepasar el cupo de invitaciones. Entre el público estaban varios vecinos, incluidos los hermanos raperos y los concejales. Flores cuenta que “todo el mundo reaccionó bien, entendió el mensaje de por donde viene”. “Es un relato para juntar las partes, bajar la agresión, sentarnos a conversar como personas, dejando los resentimientos personales”, apuntó. Ello pudo apreciarse antes y después de la proyección, cuando los vecinos se acercaron a saludar al director. En un discurso que pronunció el día de la función, Flores concluyó que una de las intenciones de la película es “ver salir el Marconi en los medios, pero no hablando de violencia sino de arte”.
Federica Carámbula

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