El salón de actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires recibió a las dos personas que el próximo domingo 19 de noviembre pelearán por sentarse en el Sillón de Rivadavia, en la Casa Rosada. El actual ministro de Economía, Sergio Massa y el diputado por la Ciudad de Buenos Aires, Javier Milei, debatieron sobre sus ideas antes del balotaje.

En la primera vuelta, 9.853.492 personas (36.7%) votaron a Massa y a su partido Unión por la Patria, mientras que 8.034.990 personas (29.9%) lo hicieron por Milei y La Libertad Avanza. Lejos quedó el 23.8% que votó a Patricia Bullrich, el 6.7% que eligió a Juan Schiaretti y el 2.6% que votó a Myriam Bregman. 

Este es el tercer debate, luego de los dos realizados antes de la elección general con los cinco candidatos presentes. Para esta ocasión se presentó un cambio en el formato que lo hizo muy diferente a los anteriores. 

Para empezar cada candidato tuvo un minuto para presentarse, luego vendrían seis ejes temáticos donde cada presidenciable tendría seis minutos para hablar, pero aquí viene el cambio: los candidatos podían interrumpir al otro y no podían hablar más de 2 minutos teniéndole que dar la palabra al otro candidato. Esto causó que hubiera un gran intercambio entre ambos por momentos muy interesante y que pudieran hacer preguntas a su contrincante para que este responda enseguida. Sobre el final, los candidatos tuvieron dos minutos para dar un mensaje de cierre. El nuevo formato les daba la posibilidad de moverse por el escenario sin necesidad de estar detrás del atril, oportunidad que solo aprovechó Massa en el minuto de presentación y en el mensaje de cierre.

Currículum vitae

El minuto de presentación lo comenzó Massa: “hoy es una de las noches más importantes de nuestros 40 años de democracia, hoy y el 19 de noviembre”. Su minuto se basó en resaltar la importancia de lo que se juega en esta elección y expresó que los argentinos tendrán “la responsabilidad de decidir cómo construimos la Argentina de los próximos cuatro años”.

Por su parte, Milei usó ese tiempo para presentarse a sí mismo como “especialista en crecimiento económico con y sin dinero”, por lo que se declaró capaz de hacer crecer la economía, crear puestos de empleo, terminar con la pobreza y “exterminar el cáncer de la inflación”. También nombró a su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, a quien presentó como especialista en temas de seguridad y defensa. “Somos la fórmula ideal para terminar con los problemas que aquejan a la Argentina, el estancamiento, la inflación y la seguridad”, sostuvo el libertario y cerró su presentación repitiendo lo que a esta altura es su slogan: “es imposible un país distinto, con los mismos de siempre”.

El debate se dividió en seis ejes temáticos: economía, relaciones de Argentina con el mundo, educación y salud, producción y trabajo, seguridad y por último derechos humanos y convivencia democrática.

El bloque de economía lo abrió Milei, quien resaltó la historia y la actualidad económica del país. Aquí apareció su discurso de la “casta política”, a la que culpabiliza de todas las crisis económicas de Argentina. Profundizó en cómo el sector privado se ve afectado por la intromisión del Estado en el manejo económico, que genera déficit fiscal y para bajarlo se suben los impuestos o se usa “la maquinita de imprimir billetes”, lo que según él genera inflación. “El Estado es el orígen del problema, no la solución”, resumió.

Massa usó su tiempo en preguntarle a Milei “por sí o por no” sobre varias propuestas económicas que hizo durante la campaña, como cerrar el Banco Central o dolarizar la economía. En ese momento aumentó la tensión del debate, Milei elevó el tono, comenzó a llamar mentiroso a Massa y criticar su gestión como ministro. Esto provocó que en su respuesta, Massa le ofreciera un consejo: “el debate es largo, no te pongas agresivo porque lo que la gente espera son respuestas”. Y volvió a repreguntar “por sí o por no” sobre sus propuestas, acusando a Milei de no responderle a la gente. 

De cara al mundo 

El debate se tensionó todavía más en el bloque de relaciones de Argentina con el mundo. Massa sostuvo que Argentina tiene que tener relación con todos los países que abran sus mercados y de esa forma tener más trabajo argentino, y nombró a Brasil y China, países con los que tienen un alto porcentaje de exportación e importación. Milei sostuvo en varias ocasiones durante la campaña que no negociaría con ellos por tener gobiernos comunistas. En ese bloque Massa también resaltó la relación de Argentina con el Vaticano y atacó a su contrincante: “este hombre (Milei), trató de representante del maligno al argentino más importante de la historia, nuestro Papa”. Y por último nombró las Islas Malvinas y la “irrenunciable defensa a la soberanía” de las mismas. 

Milei respondió que sus declaraciones sobre no negociar con Brasil y China eran falsas, porque el que tiene que decidir quién negociar los bienes del país es el sector privado y el Estado no se tiene que entrometer. Pero aclaró que, por su afinidad con los países del “mundo libre”, no está dispuesto a negociar con países que no respeten la democracia liberal y las libertades individuales. Luego, la discusión volvió al Papa: Massa le exigió a Milei que pida disculpas públicamente por decir que era un representante del maligno, a lo que el líder libertario se defendió diciendo que sería invitado a Argentina con los honores de un jefe de Estado. Pero la tensión aumentó con las Islas Malvinas. El ministro Massa recordó que Margaret Thatcher era una ídola para Milei, lo que le parecía una ofensa -“Thatcher es una enemiga de la Argentina ayer, hoy y siempre”- y acusó a Milei de decir que había que respetar la libre autodeterminación de los Kelpers (como se le dice en Argentina a los habitantes británicos de las islas). Milei se defendió diciendo que Thatcher fue una gran líder, así como lo fue Reagan o Churchill. Además resaltó que agotarían todas las vías diplomáticas para que las islas vuelvan a ser argentinas: “nos tocó una guerra y la perdimos, tenemos que hacer todos los esfuerzos para recuperar las islas por la vía diplomática”, expresó el candidato. Luego de eso comenzaron a hacer declaraciones cruzadas e interrumpirse, lo que ocasionó que la moderadora tuviera que frenar para cederle la palabra a Massa quien tenía el turno. El bloque culminó retomando el tema de las relaciones con Brasil y China. El candidato oficialista declaró que “estamos viendo a alguien que por prejuicio ideológico antepone su propia mirada al interés de los argentinos” y resaltó la importancia de las exportaciones hacia esos países. Milei se defendió diciendo que eso no sería un problema, porque “si no vendes a esos países, le podés vender a otro”.

Educación y salud

El tercer bloque estuvo dedicado a la educación y salud. El candidato libertario desarrolló su propuesta de creación del Ministerio de Capital Humano, el cual tendrá cuatro secretarías: Niñez y familia, Salud, Educación e Inserción en el mercado de trabajo. También dijo que ante los agravios y las noticias falsas de que privatizaría la educación y la salud, declaró que debido a que Argentina es un país federal, la decisión de que sigan siendo públicas o se privaticen corresponde a cada provincia, por lo que el gobierno nacional no se debería meter. Las propuestas de Sergio Massa pasaron por resaltar la importancia de la educación pública y en mejorarla. Propuso destinar ocho puntos del PBI para la inversión educativa, construyendo más jardines maternales, también implementar el Plan de Alfabetización Obligatorio e incluir la Matemática, Robótica y Programación en 4to y 5to año de primaria “porque hace a la preparación para el nuevo mundo del trabajo”. 

Luego de las propuestas volvieron las acusaciones cruzadas. Massa le volvió a preguntar bajo el estilo “por sí o por no” si iba a arancelar la educación. En su defensa, Milei nombró como curiosidad unas notas de prensa de un Massa más joven hablando justamente de incluir aranceles en la educación. Pero la discusión se desvió yéndose a uno de los momentos que generó más repercusión en las redes sociales: cuando Massa declaró que la gente tiene que decidir entre quién es el más capacitado y tiene un mejor equilibrio mental. Milei le preguntó si él tenía equilibrio mental y Massa le reclamó que ambos se hicieran el test psicotécnico. Esta situación generó un intercambio de palabras que desembocó en el candidato oficialista pidiéndole a Milei que le “contara a la gente” por qué no le renovaron la pasantía que realizó de joven en el Banco Central. Massa preguntaba repetitivamente “¿por qué no te la renovaron?”, y Milei desviaba la pregunta.

El siguiente tema referido a Producción y trabajo fue bastante corto en relación a los demás y los candidatos se expresaron rápido. “Quiero ser el presidente del trabajo”, declaró Massa y propuso la creación de dos millones de puestos de empleo. Milei por su parte habló en base a su idea de que el Estado no tiene que regular esas áreas, si no que se tiene que dejar al libre mercado y que el sector privado sea el que cree los puestos de trabajo. Los candidatos también debatieron sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres. “Es falsa (…) Si tuvieras razón, tendría que estar lleno de mujeres, porque los explotadores capitalistas querrían ganar dinero” a partir de ellas, expresó el líder de La Libertad Avanza a Massa. 

Seguridad, derechos humanos y convivencia

El penúltimo bloque del debate fue Seguridad, uno de los temas más importantes hoy por hoy en la Argentina y en el que Milei y sus seguidores hacen más énfasis. Justamente él fue el encargado de abrir el tema. “En Argentina todo lo que hace el Estado lo hace mal y por eso el país es un baño de sangre”, expresó de entrada y continuó diciendo que los delincuentes no son víctimas como muchas veces se cree o se hace creer. “El que las hace, las paga”, resumió acerca de su propuesta. 

A su turno, Massa recordó cómo combatió la inseguridad durante su mandato como Intendente de Tigre y planteó que lo mismo que hizo en su ciudad lo iba a hacer con el país, junto a todos los gobernadores e intendentes. También planteó la creación de una agencia federal que trabaje en conjunto con las demás fuerzas federales de seguridad, que combata el narcotráfico, la trata de personas y la corrupción. Otro punto de la discusión de este eje pasó por la actuación del sistema judicial. Allí Milei resaltó que hay que acabar con los “jueces sueltachorros” y que las penas que se imponen se deben cumplir. Por su parte, el candidato oficialista destacó más de una vez que el tema se lo iba a tomar muy personal: “como presidente, va a ser responsabilidad mía la lucha contra la inseguridad”.

El debate se cerró con el eje temático de derechos Humanos y convivencia democrática. Lo abrió Massa destacando la importancia de la memoria, la verdad y la justicia. Planteó también la relevancia de defender los “nuevos derechos humanos” como el derecho a un ambiente sano, que incluye el derecho a la tierra y a poder desarrollarse en una tierra propia. 

Luego de la primera participación de Milei, el bloque se fue desvirtuando un poco: primero el líder libertario exclamó que le “parecía gracioso” que Massa hablara de convivencia democrática, cuando su espacio “le hizo 14 paros generales a (Raúl Ricardo) Alfonsín y lo sacaron a patadas a (Fernando) de la Rúa para acabar con la convertibilidad”. Incluso nombró la muerte del fiscal Alberto Nisman. Se fue formando un cruce de declaraciones y ataques de uno hacia otro que se alejó de la temática del bloque, hasta que terminaron hablando de nuevo de las jubilaciones y Massa acusando a Milei de proponer el regreso de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP). Milei cerró el bloque acusando al actual gobierno de cometer un crimen de lesa humanidad cuando implementó la cuarentena obligatoria durante la pandemia del Covid-19: “deberíamos haber tenido 30 mil muertos, pero con la ineficiencia de ´’el Estado te cuida’ tuvimos 90 mil muertos adicionales”. 

Una pregunta para cerrar

Sobre el final, cada candidato tuvo dos minutos para responder a la pregunta ¿Por qué quiere ser presidente?

Ambos mensajes tuvieron un tinte esperanzador y hablándole directo al votante. Massa se basó en que quiere ser presidente para trabajar en recuperar la economía, aumentar la productividad, defender la educación pública y que las mujeres puedan entrar al mercado laboral sin discriminación. Por último, se refirió a aquellos que lo votan sin estar del todo convencidos: “voy a trabajar desde el 10 de diciembre para que no sientan que tiraron el voto, si no que confiaron en alguien”.

Por su parte, Milei basó su mensaje final en contraponer los dos modelos de país que están en juego en esta elección, “la más importante de los últimos 100 años”. Se dirigió a sus votantes preguntando si querían continuar con -lo que él considera- un modelo de decadencia que existe en el país desde hace un siglo o un nuevo país en donde impere la libertad: “existe una Argentina mejor, pero esa Argentina mejor es posible solamente si es liberal”, concluyó.

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