En un país con larga tradición futbolística, en este momento son cerca de 100 los clubes femeninos en Uruguay. Sin embargo, en la pasada temporada fueron solo 24 los que jugaron en las tres divisiones de los campeonatos que organiza AUF mientras que el resto disputaron torneos desarrollados por la Organización de Fútbol del Interior (OFI) y la Organización Nacional de Fútbol Infantil (ONFI). En 2018, Nacional se convirtió en el primer club del país donde sus futbolistas firmaron un contrato profesional y fueron remuneradas, hecho sin precedentes hasta ese entonces. En ese momento fueron tres jugadoras, a las que más adelante se le sumaron otras integrantes del plantel principal.

Para detallar aún más esta problemática, la periodista especializada Fiorella Rodríguez comentó a Sala de Redacción acerca de las desigualdad que existe entre el fútbol masculino y femenino, así como cuál fue el quiebre que hizo tomar otra postura sobre la importancia de la mujer en el deporte. Ella aseguró que el fútbol femenino en Uruguay “es realmente amateur”, las jugadoras de los clubes aún no pueden vivir tan solo del fútbol ya que su remuneración no es acorde al trabajo realizado. La gran mayoría tiene otro trabajo e incluso hay casos en los que tienen que pagar para jugar, así como también pagarse los equipos deportivos. En Uruguay hasta el momento no existe un salario mínimo para el fútbol femenino, es decir, las jugadoras no cobran por defender a sus clubes, a excepción de Nacional que tiene contrato profesional con todas las futbolistas de su plantel principal. Según aseguró la periodista, “las mismas perciben un salario de entre 7.500 a 27.000 pesos uruguayos, unos 190 a 690 dólares aproximadamente”.

Rodríguez expresó que “el gran cambio o punto crucial de esta problemática data del 2018, donde a partir de una situación de desigualdad CONMEBOL dictaminó que para que los equipos masculinos puedan competir en torneos internacionales -como la Copa Libertadores-, tenían que tener un equipo de fútbol femenino”. A partir de allí hubo un avance significativo, ya que los clubes que competían en dichos torneos debieron formar equipos para poder disputar los certámenes internacionales.

La periodista cree que “la voz de las jugadoras siempre será la más valiosa” y recién en 2023 “alzaron la voz colectiva, lo que marcó un antes y un después”. De esta manera hace referencia a las protestas que se realizaron a lo largo del año pasado, donde se llegó incluso a movilizar una marcha a la sede de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales (MUFP) para reclamar por los derechos que las chicas creían necesarios para disputar el campeonato.

La lucha es clara

Como comentó Rodríguez, hace un año “explotó” la mecha y se les acabó la paciencia a las deportistas al ver que su sector del deporte quedaba en segundo plano. Además enfatizó que “este fútbol no vende y por dicha razón no se ponen entradas a la venta, con excepciones de partidos como clásicos o finales”. La difusión es un tema que preocupa, ya que prácticamente no existe a excepciones de partidos relevantes o campeonatos de categorías inferiores donde se representa a la Selección Uruguaya, aunque a pesar de ello se sigue televisando de manera poco frecuente e incluso a veces tan solo por plataformas digitales.

Sobre las protestas que se realizaron el año pasado con la llegada a la MUFP, la entrevistada sostuvo que “se está mejorando porque las jugadoras están hablando y se están manifestando” pero que en realidad se va a ver un cambio significativo cuando “haya un verdadero interés desde la AUF y de los clubes en la difusión, en lo que le proporcionan a las jugadoras para los entrenamientos y en algo fundamental como la organización del campeonato”. 

Hevelin Jara, futbolista profesional de Nacional, manifestó que “el fútbol femenino en Uruguay está completamente en segundo plano, hoy en día es un gasto y no se lo toma como una inversión”. Los clubes tienen equipo femenino tan solo porque FIFA se lo exige para competir de manera internacional, y es por ello que en nuestro país la mayoría de los clubes no tiene la infraestructura adecuada para satisfacer las necesidades de sus futbolistas, no tienen lugares específicos para entrenar ni tampoco las herramientas suficientes para llegar a ser profesionales.

Se avanza con lentitud

A pesar de que el campeonato ha ido evolucionando a lo largo de los últimos años, aún existen varios problemas que hacen que este no sea del todo profesional. Uno de ellos es el periodo de pases, ya que existe una lista de retención para las chicas menores de 21 años que no permite que cambien de club con libertad. Sin embargo para las mayores no existe ninguna traba y pueden manejar su pase de manera autónoma. Un punto conflictivo de este problema es que los clubes tienen el derecho de retener a sus futbolistas, a pesar de haber disputado los minutos necesarios para ejercer su transferencia, y es por ello que muchas veces las mismas no pueden progresar o desarrollar todo su potencial debido a que no puede irse a un club que le brinde mejores condiciones, solo por el hecho de no cumplir con la condición de edad requerida. Esto lo sufrió Christian Piriz, director técnico de Racing Club de Montevideo, quien comentó a Sala de Redacción que “hay un problema enorme, ya que las chicas mayores de edad se van de sus equipos sin que se lo pueda evitar”. 

También detalló que durante su trayectoria dirigió a Rampla Juniors, el máximo campeón del campeonato femenino, y habló de lo precario de los terrenos de entrenamiento de algunos clubes, incluido el del “Picapiedra”; es una plaza pública ubicada en Paso Carrasco donde también entrenan las categorías inferiores del masculino, algo que le genera gran rechazo, tanto eso, como los terrenos de juego en el pasado. Hoy en día se utiliza el Parque Palermo y el Estadio Charrúa. 

El director técnico de Racing cosechó grandes aprendizajes de esa primera experiencia y expresó que “hoy se pueden observar cambios positivos en imagen como la televisación, aunque con grandes problemas de dinero, uno de los causantes que aun no inicie el torneo”. 

También enfatizó que “el tema de indumentaria es algo muy común, ya que la mayoría de las veces se utilizan camisetas viejas del primer equipo del masculino”. También señaló la poca organización, poniendo como ejemplo el famoso partido entre River Plate y Defensor Sporting en 2023, en el que “no se llevaron formularios para que se pueda disputar el encuentro”. Teniendo en cuenta estos incidentes, el entrenador propone varios cambios que ayudarían a mejorar y organizar mejor el fútbol femenino, como por ejemplo que sea obligatorio tener un torneo sub 19. También insiste en las transferencias, donde cada equipo ponga dinero para llevarse a las jugadoras a su equipo, buscando la forma de que la lista de retención también tenga peso en las futbolistas mayores de edad. 

Por último, Piriz desmintió el rumor de que Nacional y Torque son profesionales en fútbol femenino: “esto quiere decir que las jugadoras cobran sueldos por jugar en el club.” Sin embargo, lo que en realidad ocurre es que les pagan viáticos, no el sueldo mínimo que se encuentra en un aproximado de $27.000. Es decir, no existe la profesionalidad en el fútbol de las chicas. Hay que mencionar que Nacional hace poco inauguró una residencia solo para sus jugadoras. Hablando de profesionalidad, enfatizó que tan solo cuatro equipos son los que pelean los campeonatos y los demás saben que van a jugar a no perder por mucha diferencia, algo que, según el entrenador, cambiaría si los clubes pusieran la misma importancia en las futbolistas y se mejorara el tema de las transferencias.

Lucas Gandaria y Facundo Rocha

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