“Estuve un año entero sin poder avanzar en mi trabajo final de grado”, dijo a Sala de Redacción Lucía Velázquez, estudiante de la Licenciatura en Comunicación de la FIC y consejera de la Corriente Gremial Universitaria (CGU). Tiene veintitrés años, empezó su carrera universitaria en 2018 y para fines del 2021 había terminado de cursar todas sus materias. Sin embargo, cuenta que aún no ha logrado recibirse debido a que en el correr del año pasado su tutor le “respondía cada cuatro meses”. Por ese motivo su trabajo quedó estancado, tuvo que cambiar el tema y empezar de nuevo.  

Este no es un caso aislado y sobre finales del 2022 se hizo evidente a través de un grupo de Whatsapp que comparten quienes están en proceso de elaboración de su Trabajo Final de Grado (TFG), que varios estudiantes presentaban la misma o similares problemáticas. Tanto en el Consejo como en la Asamblea del Claustro de la Facultad se planteó este tema y el 25 de noviembre 23 estudiantes enviaron una carta a comisión de carrera para informar sobre la situación en la que se encontraban con respecto a sus TFG. A partir de ese momento se realizó, en conjunto con esta comisión, un formulario para poder revelar cuántos eran en específico los estudiantes que presentaban dificultades. La encuesta logró recabar un total de 48 respuestas de estudiantes de distintas orientaciones y permitió establecer que las principales dificultades en torno a los TFG se debían a “la ausencia de diálogo fluido entre tutores y estudiantes” y la falta de recursos humanos docentes para atender la demanda de las tutorías, según se lee en el documento de análisis de la encuesta. Una vez relevados los datos, la comisión se comprometió a asignar un tutor a todos aquellos que no lo tenían, contó Velázquez. En diciembre ella logró tener un nuevo tutor y afirma que desde entonces ha “logrado avanzar lo que no había hecho en un año”. Si bien opina que desde la comisión de carrera la respuesta fue “muy buena, rápida y específica, es necesario que se sigan pensando soluciones para que los estudiantes puedan pensar en estudiar posgrados o maestrías a futuro.”

Hoy hay 214 trabajos finales de grado en proceso y todos tienen tutor asignado. Así lo afirmó Martín Martínez, director del Instituto de Comunicación de la FIC, en diálogo con Sala de Redacción. Pero la escasez de tutores frente al número cada vez mayor de estudiantes por egresar de la facultad, es uno de los varios problemas que hay en torno a los trabajos finales de grado. 

Gabriel Kaplún, docente de la FIC y responsable del Observatorio de las Profesiones de la Comunicación, destacó como segundo factor problemático que hay una “confusión entre estudiantes y docentes sobre el carácter de estos trabajos finales”. Explicó que todavía muchos estudiantes siguen pensando que los TFG tienen que ser trabajos de investigación y eso los bloquea porque “sienten que no tienen elementos suficientes para realizarlos”. Si bien la investigación es una posibilidad, no es la única. “Tanto una campaña en publicidad, como una película, un reportaje muy completo o una intervención en una organización o comunidad pueden ser trabajos finales de grado”, sostuvo Kaplún. 

Los seminarios de trabajo de grado y la extensión que se supone debe tener el texto también generan problemas, según Kaplún. “La mayor parte de las entregas son enormes, tienen 80 o 90 páginas, parecen del tamaño de una tesis de maestría”, resumió. Reflexionando sobre este punto, relató que le ha tocado estar en algún tribunal de la Facultad de Ciencias Sociales y los trabajos finales de grado tienen una extensión de 30 a 40 páginas: “están muy bien para un trabajo de egreso de una licenciatura”, ejemplificó. “Si bien eso está regulado y pensado, quizás haya que ajustar las pautas para el nivel adecuado”, concluyó sobre este tema. En cuanto a los seminarios de trabajo de grado, que son unidades curriculares obligatorias que debe cursar el estudiante para poder realizar su TFG, hay problemas en cuanto al contenido. Según Kaplún, al terminar de cursar los seminarios el estudiante debería tener el TFG terminado o por lo menos lo suficientemente avanzado como para que la finalización le lleve unos pocos meses. Sin embargo, parece que esto no está sucediendo así. Lucía comentó a Sala de Redacción que en el seminario de la orientación Publicidad hacían “trabajos que tenían que ver con la publicidad pero no se avanzaba en el trabajo final de grado en sí”.

Por su parte, Martínez resaltó que desde el Instituto de Comunicación se están buscando soluciones a estos problemas. “Se está llevando a cabo un proyecto de egreso que busca que algunas orientaciones se pongan en contacto con estudiantes que terminaron el seminario y no han podido avanzar en el TFG para pensar en alternativas”, sostuvo. Además se está apoyando a algunos docentes para que puedan ser co-tutores. Sin embargo, insiste en que es necesario e importante que desde el Instituto se plantee esto como una problemática, ya que eso permite pensar en mejores alternativas. “Se deben pensar soluciones rápidas que tengan una respuesta lo más inmediata posible, pero también otras más a mediano plazo”, comentó el docente. Buscar la rapidez en el egreso no es un fin en sí mismo, sino que es pensar en la posibilidad de que los estudiantes ingresen al mercado laboral y tengan la posibilidad de seguir estudiando, reflexionó. 

Por otro lado, “no debemos dejar que el TFG se transforme en un problema sino que hay que seguir trabajando en la lógica de que ese proceso sea una posibilidad de aprendizaje”, concluyó Martínez.

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